lunes, 9 de febrero de 2015

La Nueva Empleada [Capítulo 13]



Carmen: No deberías vivir así, Nataly. Estamos muy sorprendidas por tu forma de ser, has cambiado mucho…

Nataly (asustada): Car… Carmen…

Lucía: ¿Lo revelamos nosotras o quieres confesarlo tú?

Carmen: La última vez en el centro comercial, estabas con Alejando Morales y fingiste no conocernos (Alejandro voltea la mirada y Nataly se sorprende)

Ricardo (extrañado): ¿De qué están hablando?

Paty: Contános Nataly, eras vos la del ascensor, ¿verdad?

Nataly (avergonzada): Sí era yo pero...

Antonia (celosa): Le gustas a Ricardo y saliste con Alejandro. ¿A quién de los dos estás engañando? A nosotras también nos engañaste al no decirnos nada y no confiar en nosotras. ¿Cuál de estos dos cayó en tu trampa?

Nataly (dolida): Todos estos años he cuidado mi lenguaje para no ofender a nadie. Las traté a ustedes como mis amigas, ¿¡ante sus ojos soy una mujerzuela intentando atrapar a un hombre rico!? (Molesta)

Carmen: Tomaste la ropa de Madam Nicole y la usaste sin pedir permiso.

Lucía: ¿Qué pasaría si ella se enterara de eso? Lo malinterpretaría como robo… Y de esa forma, la imagen de todas las empleadas se vería manchada, pues creerían que andamos cogiendo la ropa de los patrones para ponérnosla. Lo que hiciste estuvo mal.

Paty: ¿Entonces quién de los dos es el que más te gusta, boluda? Nos preocupamos por vos y no es correcto que estés con varios hombres a la vez (Alejandro y Ricardo se ponen incómodos)

Nataly (suspira): Quien más me gusta es… El dinero (todos se sorprenden) ¿¡Satisfechas!?

Nataly se retira de allí muy enojada. Alejandro y Ricardo también se empiezan a ir.

Paty: Entonces no engaña a ninguno de los dos, pero le gusta más el dinero.

Carmen: En eso todas somos iguales. Quizás Antonia exageró, no debió gritarle. Parecía más celosa que enojada por la falta de confianza de Nataly con nosotras.

Antonia: ¿Celosa? (Cruzada de brazos) Por supuesto que no, espero que Nataly diga la verdad y no esté enredando a esos dos, porque haría mal.

Lucía: Deberíamos dejar ese tema así. Por cierto Carmen, ¿cómo supiste que Nataly era la del ascensor de la otra vez?

Carmen: Eh, pues… Porque fui a la lavandería y allí me entregaron el vestido de Madam, por eso me acordé inmediatamente de Nataly.

No muy lejos, Alejandro y Ricardo se encuentran platicando.

Ricardo: Así que la tal Ximena de la que me hablaste era la misma persona que Nataly. Osea que ella está interesada en ti.

Alejandro: Sí, y aunque al principio desprecié a Nataly, he empezado a sentir algo más que cariño por ella.

Ricardo: (sonríe) Nosotros dos tenemos una relación como de hermanos y justo nos interesa la misma mujer. ¿Nos pondremos a pelear por eso?

Alejandro: Por supuesto que no. Sabemos que a Nataly le gusta más el dinero, por lo que debemos empezar una batalla en contra de él.

Ricardo: Tienes razón (ríe). Al menos yo tengo mucho más que tú.

Alejandro: (también ríe) Estaré yendo muy seguido a la empresa de mi padre.

Ricardo: Es curioso… La empleada de tu casa está detrás de ti y yo estoy en la misma situación.

Alejandro (se sorprende): ¿Le gustas a Antonia? (Él asiente con la cabeza) Eso sí es noticia nueva…

AL DÍA SIGUIENTE
VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA RIVERO
SALA

Cecilia y Teresa se encuentran platicando. Ambas sentadas en un sofá igual.



Cecilia: Como ya nos dimos cuenta, Lucía recibirá la mayor parte del dinero, debemos despedirla y ser nosotras quienes cocinemos.

Teresa (seria): Aunque me parece injusto despedir a la empleada para que no herede la mayor cantidad del dinero de Alonso, tendremos que hacerlo.

Cecilia: Por supuesto. Ahora mismo le pongo fin a esa mujer.

Cecilia se para del sofá y se empieza a dirigir a la cocina. Una vez llega, se acerca a Lucía, quien estaba preparando el almuerzo.

Cecilia: Deja eso ahí, sirvienta. No sigas cocinando (ella se extraña). Alonso, mi hermana y yo estuvimos hablando y tomamos la decisión de despedirte.



Lucía (sorprendida): ¿Qué? ¿Por qué?

Cecilia: Ya no nos gusta tu comida, nos aburrimos de ti. Son más de diez años en los que tú has trabajado para ésta familia, es hora de irte. Pasa a mi habitación en media hora mientras empacas tus cosas. Te daré el sueldo de este mes y una buena liquidación.

Cecilia se retira. Lucía queda muy sorprendida por su despedida en la casa.

CORPORACIÓN MORALES
ENTRADA

Nataly está ingresando a la Corporación Morales muy sonriente. Allí está Alejandro esperándola.



Alejandro: (sonríe) Me llamaste a decirme que te esperara aquí. ¿Para qué?

Nataly: Pues ya que tengo un par de horas libres, te quería invitar a la sauna (él se sorprende). Me quiero relajar un poco. ¿Irías conmigo? (Sonríe)

Alejandro: (asintiendo con la cabeza) Por supuesto, iré a guardad todo en la oficina y regreso contigo en quince minutos. ¿Está bien?

ALMACÉN

Carmen entra al almacén al que ella y las demás empleadas han venido a comprar los billetes de lotería. La mujer pone una botella de vino sobre una vitrina. El vendedor se extraña.



Carmen: Hola... ¿Aquí compran botellas de vino que no han sido destapadas?

En ese momento entra otro cliente.

Vendedor: Espere aquí, atenderé a la otra persona.

Carmen mira hacia arriba y ve que hay una cámara, por lo que aprovecha el descuido del vendedor e ingresa por una puerta del lado derecho. La mujer se encierra allí y ve un computador en el que se ve todo lo que graba la cámara.

Carmen: A ver... (Mirando las teclas direccionales) La izquierda debe ser para retroceder videos pasados.

Carmen presiona dicha tecla y efectivamente se empiezan a pasar videos de días y semanas anteriores.

Carmen: Necesito el video en el que se debe ver a Nataly comprando el billete de lotería. El número ganador que ella se llevó jugó hace unas tres o cuatro semanas.

Carmen sigue retrocediendo los videos y cuando llega al rango de más de tres semanas pasadas, lo hace más lento y es así como ve cuando Nataly entró al almacén a comprar el billete.

Carmen: Ese día compró uno para ella y uno para todas las cinco empleadas.

Carmen ve en el video cuando Nataly compra el billete de lotería con dinero suyo que saca de la cartera y mete dicho billete en el bolsillo izquierdo de su saco y ve cuando toma el dinero que ella y las otras empleada juntan para comprar un billete de lotería entre todas y lo saca del bolsillo derecho de su saco, mismo en el que introduce el billete que compra para ella, Carmen, Paty, Antonia y Lucía.

Carmen: Entonces el de ella es el del lado izquierdo del saco y el de nosotras el del lado derecho. Se supone que ganó el de la izquierda, el que compró Nataly por a parte.

Carmen abre la puerta y se asoma por la rendija, viendo al vendedor aún distraído, por lo que aprovecha a salir, coge la botella de vino disimuladamente y acto seguido, se va del almacén.

MÁS TARDE
VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA RIVERO
HABITACIÓN DE DE CECILIA

Lucía está esperando a que Cecilia termine de juntarle el dinero. La empleada carga un maletín grande y sostiene el uniforme de empleada en una de sus manos. Cecilia cierra un sobre que está lleno de billetes y se lo entrega a Lucía, quien suelta el maletín y lo recibe.



Cecilia: Es lo suficiente del sueldo del mes y la liquidación por haber trabajado tanto tiempo en nuestra casa. Deberías estar contenta de que verás a tus hijos, ¿o seguirás siendo una sirvienta?

Lucía: Eso es problema mío, señora. Mire el uniforme…

Cecilia: ¿Por qué me entregas eso a mí? Tendrías que haberlo dejado en el cuarto de servicio. ¿Acaso crees que soy la nueva sirvienta? (En mal tono)

Lucía seria, le tira el uniforme de empleada a Cecilia en los pies. Ella se sorprende.

Lucía: Pues eso es lo que merece, ser la sirvienta porque no es más que una vieja cacatúa que siempre me humilló y estuvo detrás del marido de su propia hermana (Cecilia abre los ojos como platos). Me marcho de ésta casa con dignidad, la cual usted no tiene.

Cecilia (furiosa): ¿¡Cómo te atreves, insolente!? (Trata de abofetearla pero Lucía no lo permite)

Lucía: ¡Ni vuelva a tratar de pegarme! En lugar de estar aquí libre, debería estar tras las rejas (ella se impacta aún más). Ya sé que atropelló a una pobre anciana. Si quiere saberlo, murió y sus familiares están más que cerca. Así que prepárese Cecilia, porque muy pronto dejará a un lado ese ímpetu y orgullo.

Lucía toma su maletín y se va de la habitación. Cecilia se sienta en la cama muy sorprendida por la confesión de la antigua empleada.

SAUNA DE LA CIUDAD

Nataly y Alejandro están encerrados en una de las habitaciones de la sauna al que asistieron. Ambos tienen ropa cómoda.



Alejandro: Me sorprendió que me invitaras a venir aquí. ¿Por qué?

Nataly (sonríe): Ya te lo dije, quería relajarme un poco y venir conmigo.

Alejandro: No creas que estoy muy contento por tu confesión de anoche. ¿Cómo que te gusta más el dinero que yo?

Nataly: No me digas que estás celoso. Lo dije en otro sentido, además fue tan vergonzoso que las empleadas me lo preguntaran frente a ti y a Ricardo. Ah… Sabes bien que desde hace tiempo he estado enamorada de ti. Ya nos hemos besado dos veces.

Alejandro se acerca a Nataly y le da un rápido beso. Luego se despega de ella y sonríe. Nataly se sonroja.

Alejandro: Ahora son tres veces y todavía no me parece mayor cosa. Sólo cuando pasen más de treinta veces.

Alejandro se levanta y se va de allí. Nataly se queda desconcertada y al mismo tiempo, sorprendida por lo que él le acaba de decir.

UNA HORA DESPUÉS
VECINDARIO STREET WINKLENT

Carmen se encuentra sentada en una banca, cerca de la casa Morales. La mujer ve cuando Nataly llega allí y justo antes de entrar, ve a Carmen. Ésta la llama con el dedo índice. Carmen se para de la banca con una mirada seria.



Nataly: Hola Carmen, ¿cómo estás? (Sonríe) ¿Nos reuniremos hoy para jugar cartas?

Carmen (directa): Ya sé que te ganaste la lotería y obtuviste un premio de diez millones de dólares (Nataly se sorprende). No te preocupes, yo no diré nada…

Nataly: Carmen…

Carmen: Ese día tú compraste dos billetes de lotería. Uno para ti solamente y otro para todas. Estuve en aquel almacén y vi los videos de la cámara. Tu billete de lotería lo guardaste en el lado izquierdo del saco y el de todas lo pusiste en el derecho.

Nataly (impactada): Al contrario… El mío fue el del lado derecho y el de nosotras el del izquierdo.

Carmen: Y el del lado derecho fue el que ganó. Osea que todas somos las ganadoras. Tú has estado equivocada pensando que el del billete de la derecha era el tuyo, pero te confundiste. Como te dije antes, vi los videos de seguridad.

Nataly se queda sorprendida y en ese momento empieza tener un flashback de semanas antes.

FLASHBACK
ALMACÉN

Nataly está en un almacén en donde venden billetes de lotería.



Vendedor: ¿Vienes a comprar un billete de lotería?

Nataly: No, ésta vez compraré dos (sonríe) El que solemos comprar mis amigas y yo y uno para mí a parte.

El vendedor le entrega dos billetes de lotería cuando Nataly le da el dinero.

Nataly: El de mis amigas y yo lo pondré en el lado derecho de mi saco (lo pone allí). Y el mío por a parte, en el izquierdo (lo deja allí y sonríe).

Nataly sale del almacén, en la entrada, al lado suyo hay un joven muy apuesto tomando un refresco; es Alejandro, que viene muy completamente cambiado pero ninguno de los dos se reconoce.



Alejandro: La ciudad no ha cambiado nada, es la misma de antes.

FIN DEL FLASHBACK

Nataly queda fría ante lo que recordó. Carmen tiene razón. La muchacha siempre estuvo confundida después de la emoción al haber ganado.

FLASHBACK
RESTAURANTE CERCANO

Nataly se está comiendo un plato de fideos en un pequeño restaurante. Mientras eso, lee un periódico que está allí.



Noticia del periódico: El número ganador de la lotería es el 334 y el premio mayor es de 10 millones de dólares.

Nataly curiosa y sin quitarle la mirada al periódico, intenta sacar su billete de lotería del lado izquierdo de su saco, pero sale sacándolo el del lado derecho sin darse cuenta.

Mesero: (a Nataly) ¿Quieres más rábanos? (Ella asiente con la cabeza) ¿Y cebollas?

Nataly no responde, porque está muy sorprendida comparando su billete de lotería con el periódico. Es imposible para ella ver lo que está viendo. Los números que están en el periódico son completamente iguales a los de su billete de lotería. ¡¡¡Nataly se ha ganado la lotería!!!

FIN DEL FLASHBACK

Nataly se cae para atrás muy impactada al darse cuenta que tanto dinero que se ganó también es el de las otras empleadas.

MÁS TARDE
VECINDARIO STREET WINKLENT

Son poco más de las siente de la noche. Lucía se encuentra caminando en medio de la carretera un tanto ebria. El auto de Rogelio se estaciona frente a la casa Morales y de ahí se bajan Nicole y Rogelio. La primera ve a Lucía y le hace una seña a su esposo para que la espere. Nicole se dirige a Lucía cruzada de brazos.



Nicole: Si fuiste despedida, ¿por qué sigues en el vecindario?

Lucía: (ríe) Te vine a buscar porque aún eres mi amiga. Aunque por tu parte, es más difícil escuchar decir de tu boca la palabra "amiga" que alcanzar una estrella (Rogelio se acerca)



Rogelio: Cariño, ¿qué haces hablando con una sirvienta así? Entremos.

Lucía: Ésta sirvienta "así" es amiga de tu esposa. ¿Qué harás al respecto? Hombre despreciable.

Rogelio: ¿Te volviste loca después de que te despidieron? ¿Qué no tienes clase?

Lucía: Ustedes dos parecen haber nacido en el cielo para estar hablando de clases sociales, aunque hacen una bonita pareja (ríe)

Rogelio se marcha con Nicole. Lucía se tira al césped de la casa Morales.

Lucía: Yo ni siquiera tuve suerte al casarme (ríe en medio de un suave llanto)

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DESCONOCIDA
CUARTO DE CARMEN

Carmen está observando un cajón de la mesita de noche. La mujer triste saca de allí una bolsa transparente.



Carmen: Aquí pondré la quinta parte del dinero que me corresponde. Siempre estuve soñando con ganar la lotería e inesperadamente sucede así.

Carmen guarda la bolsa al ver que Antonia ingresa a la habitación y se sienta al lado de ella, en la cama.



Antonia: Me iba a dar un baño con agua caliente pero no había… ¿Oye, estás triste?

Carmen: (reanimándose) No, por supuesto que no… (Sonríe) ¿Y para qué querías agua caliente?

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA MORALES
HABITACIÓN DE NATALY

Nicole entra al cuarto de Nataly y enciende la lámpara, viendo a Nataly sentada en la cama y abrazándose las piernas llorando.



Nicole (extrañada): ¿Estás llorando?

Nataly: ¿Ya llegaron? (Se limpia las lágrimas) ¿Necesita algo?

Nicole: Afuera está una de tus amigas. Está un poco ebria, deberías hablar con ella, no se ve muy bien después de que la despidieron.

Nataly: (levantándose sorprendida) ¿La despidieron? Entonces tampoco está pasando por un buen momento, como yo… Siento como si hubiera sido robada.

Nataly sale del cuarto de servicio dejando a Nicole muy extrañada. Al llegar afuera, se acerca a Lucía y también se recuesta en césped.

Nataly: ¿Qué haces aquí, Lucía?



Lucía: (sonriendo) ¡Nataly! Pues fíjate que hoy me vida dio un giro radical.

Nataly: La mía también… (Ella se desconcierta) Digo… El trabajo en la casa Morales no es muy fácil (sonríe).

Lucía: Ah… La perra de Cecilia me despidió que porque ya no les gustaba mi comida, ¿qué pasaría si todos los del vecindario se enteraran que es una cruel asesina? (Riendo)

Nataly: ¿De qué hablas?

Lucía: Sí, la muy descarada atropelló a una pobre anciana y la dejó por ahí tirada.

Nataly extrañada, guarda silencio, pues le cuenta una historia similar a la que le dijo su amiga Andrea, pero no le cree a Lucía al saber que está ebria. Unos minutos más tarde, Lucía llega a la casa donde trabaja Carmen apoyándose en Nataly, quien deja a la empleada acostada en la cama.

Nataly: Debemos llamar también a Paty para lo de la lo...



Carmen: (le interrumpe nerviosa) Hablaremos mañana Nataly, Lucía no está en condiciones de escuchar.

Antonia (extrañada): ¿De qué hablan?

Nataly: Está bien, mañana hablaremos. Adiós.

Nataly se va de la habitación, Carmen suspira aliviada y Antonia se queda muy extrañada.

AL DÍA SIGUIENTE
VECINDARIO STREET WINKLENT

Lucía está sentada en una banca en la entrada del vecindario, contando el dinero que le dio Cecilia. Fernando se acerca a ella y se sienta a su lado.



Fernando: Tiene mucho dinero.

Lucía: Sí, lo suficiente de mi último pago y un poco más.

Fernando: La última vez en el hotel, cuando se estaba celebrando el aniversario de Nicole y Rogelio, no fue casualidad encontrarla a usted allí (Lucía se sorprende). La mujer a la que su amiga le gritaba por la ventanilla de mi auto era a la Madam Nicole, ¿no? (Lucía trata de irse pero él la detiene) Y fue usted quien la llamó a ella en el hotel para que yo saliera rápido de la habitación (sonríe).

No muy lejos, Carmen está hablando con Nataly en la entrada de la casa Morales.



Carmen: Iremos hoy a ver el dinero y luego llamaremos a las otras empleadas. Conseguiré una maleta para poner las cajas de dinero allí, y que no quede en aquella bodega.

Nataly: (suspirando) Está bien Carmen. Allí estaremos en un par de horas.

MÁS TARDE
BODEGA

Nataly y Carmen llegan a la bodega de un edificio, el cual es de Fernando, donde compra los billetes de lotería. Nataly abre la puerta con una llave de uno de los tantos cuartos y antes de entrar, cierra los ojos muy resignada. Ambas ingresan sosteniendo una maleta bastante grande. Nataly con otra llave, abre varias maletas que están llenas de fajas de dinero. Carmen se queda atónita al ver tanto dinero



Nataly: Son diez millones de dólares y somos cinco empleadas, por tanto debemos dividirlo en cinco, correspondiéndole a cada una dos millones, aunque claro, yo ya me gasté cien mil dólares en un celular, ropa, una casa en el vecindario…

Carmen: ¿La de Andrea?

Nataly: (asintiendo) Así es. Y más de cien dólares que perdí el día del robo en la casa Morales. Lo que yo me he gastado se descuenta de mis dos millones de dólares.

Carmen: ¿No es una lástima? Tener diez millones y repartir de a dos. ¿No sientes como si te estuvieran robando?

Nataly: Sí, pero es lo que tengo que hacer (sonríe).

Carmen: También podemos dividirlo en cinco millones para ti y cinco para mí. Sólo nosotras dos (Nataly se sorprende). Te puedo estar pareciendo malvada, pero lo digo para beneficio de las dos.

Nataly: No sería correcto hacer eso. Paty, Lucía y Antonia también merecen...

Carmen: ¿Cinco millones de dólares o sólo dos?

Nataly no sabe qué responderle a Carmen. Ésta se queda muy seria.

CONTINUARÁ…

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