sábado, 18 de abril de 2015

La Nueva Empleada [Capítulo 20 / 2º y última parte] ¡GRAN FINAL!

AEROPUERTO DE MIAMI
AVIÓN


Cecilia está en uno de los puestos del avión, el cual comienza a desprender de la parte inferior y se va elevando a lo superior lentamente. La denuncia de Lucía y Tatiana fue demasiado tarde. Cecilia sonríe con victoria.

NOCHE
VECINDARIO STREET WINKLENT
ENTRADA
CASA DE ANDREA


Lucía va llegando con Tatiana a la casa de Andrea. De repente, el fiscal se acerca a ambas apurado.



Lucía: Ojalá la puedan capturar en el aeropuerto… (Ven al fiscal) ¿Sucede algo, fiscal?

Fiscal (suspira resignado): Me acaban de informar que Cecilia Mansilla pudo huir (Lucía y Tatiana se sorprenden). Pero nos comunicaremos con la aerolínea de España para que puedan detenerla en el aeropuerto. Enviaremos todos los datos posibles.

Lucía: Está bien fiscal, gracias.

El fiscal asiente con la cabeza y se marcha. Tatiana no hace un buen gesto.

Tatiana (molesta): ¿Cómo es posible que haya logrado huir? ¡Ojalá la atrapen en España! Como me gustaría estar cerca de ella y recalcarle lo que hizo.

Tatiana niega con la cabeza y Lucía suspira resignada. 

HORAS MÁS TARDE
AVIÓN


Es madrugada, poco más de las cuatro de la mañana. En medio de las altas nubes que se encuentran en el cielo, el avión donde viaja Cecilia está cerca de La Palma, una isla del océano atlántico perteneciente al archipiélago de de Canarias, España. Se enfocan a los pasajeros, algunos se encuentran durmiendo y otros permanecen despiertos, entre esos, Cecilia. De repente, el avión empieza a sufrir algunas turbulencias. Una azafata se acerca. Los pasajeros se encuentran nerviosos. Cecilia mira extrañada y a la vez preocupada.

Azafata (preocupada): ¡Deben de mantener la calma! Tenemos algunos problemas técnicos con el avión. Trataremos de arreglarlos.

Pasajera: ¿Tratarán? (En tono molesto) ¿Insinúa que es probable que el avión caya en pleno mar?

Algunos pasajeros murmuran entre ellos preocupados. El avión cada vez se mueve más y de repente, la azafata se resbala por el movimiento y al caer, se golpea la cabeza con uno de los asientos. Los pasajeros gritan nerviosos. Cecilia se levanta de su asiento guardando silencio. Una alarma empieza a sonar.

Los gritos se hacen escuchar. La escena se llena de tensión. Se enfoca la cabina de vuelo. El piloto trata de manejar bien el avión pero le es imposible. En la otra parte del avión, los pasajeros siguen atemorizados y algunos lloran preocupados.

Azafata 2: ¡El avión va a aterrizar en el aeropuerto de La Palma! (Otra azafata de acerca)

Azafata 3 (a su compañera): El piloto dice que no alcanzará a llegar a la isla, pero que tratará de hacer la maniobra del acuatizaje, pero de todos modos, se van a abrir las puertas del avión. Entregaremos los paracaídas y chalecos salvavidas.

El avión comienza a desprender hacia la parte inferior con lentitud. Unos minutos más tarde, se ve como gran cantidad de los pasajeros ya tienen puesto los paracaídas y el chaleco salvavidas. Cecilia trata de buscar ayuda, pues aquellos implementos fueron más que todo entregados a niños y personas jóvenes. Cecilia se acerca a un niño que está aislado de al menos siete años y a la fuerza, le quita el paracaídas y el chaleco. El niño comienza a llorar.

Niño: ¡Entréguemelo! ¡Mi mamá fue a pedir uno para mi otro hermanito!

Cecilia ignora al niño y se aleja de él. Las personas comienzan a saltar. El avión está cerca de la isla La Palma, sin embargo la distancia es aún bastante. Cecilia se acerca a una de las puertas abiertas, por las que entra mucho viento, a lo que las azafatas se sostienen con fuerza mientras ayudan a los pasajeros a saltar.

Azafata (a Cecilia): Señora, le pedimos que se quite los implementos. Hay todavía más gente que puede ser salvada. Todo esto es por precaución. 

Azafata 2: No hay muchas posibilidades de que el avión aterrice a La Palma así sea bruscamente y por eso estamos haciendo este procedimiento.



Cecilia (ríe irónica): ¿Creen que voy a confiar en que nos salvaremos? ¡Claro que no! (Desafiante)

Azafata 1: ¡Por favor no tenga esa actitud tan egoísta e incrédula!

Cecilia ignora a la azafata mayor y se prepara para saltar. Lo que la mujer no se esperaba es que el paracaídas se le queda atorado en un chuzo de metal que tiene la ventana.

Cecilia: ¡Ayúdenme! (Mirando hacia abajo aterrada) ¡Estoy atorada!

Las dos azafatas ignoran a Cecilia y se voltean. Cecilia abre los ojos de la sorpresa mientras ve que el paracaídas se va zafando del chuzo y al mismo tiempo se rompe. La cámara enfoca el aterrador motor de una de las alas del avión. Cecilia es arrastrada a ése motor.

Cecilia (gritando): ¡Nooooooooo! 

Cecilia es devorada por el motor. La cámara se aleja y se ve como el avión finalmente cae en el agua, pero la destrucción no es demasiada puesto que el piloto pudo lograr el acuatizaje, una maniobra que sirve para hacer aterrizar el avión lo más levemente posible. Se intercalan escenas en el mar de las personas tratando de sobrevivir. También llegan barcos cercanos de la isla.

MÁS TARDE
VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DESCONOCIDA
CUARTO DE CARMEN

Todas las empleadas están reunidas en el cuarto de la casa de Carmen. Las cinco miran sorprendidas las noticias del televisor.

Periodista: En la madrugada de las cuatro de la mañana, el vuelo hacia Madrid tuvo problemas técnicos y terminó cayendo en el mar. El avión iba con ciento ochenta y seis pasajeros. Gracias al número de sobrevivientes, se pudo calcular que cuarenta y nueve personas fallecieron ahogadas y atoradas en el avión. Entre los pasajeros fallecidos, se debe encontrar Cecilia Mansilla, quien huyó de Miami siendo acusada de homicidio. Los sobrevivientes y fallecidos fueron sacados. La señora Mansilla aún no es encontrada y…



Lucía (apagando el televisor): ¡No me esperaba esto! Cecilia muerta… (Sorprendida)

Nataly: Que en paz descanse…

Carmen: Parece como si la Tierra se la hubiera tragado. Está desaparecida.

Paty y Antonia guardan silencio sorprendidas.

2 AÑOS DESPUÉS
AEROPUERTO DE MIAMI
PUERTA DE EMBARQUE

Un joven sale de la puerta de embarque. La cámara lo enfoca desde abajo hasta arriba y se puede observar que es Alejandro muy sonriente. Mateo va a su lado. El niño ya tiene más de cinco años.

MÁS TARDE
RESTAURANTE DE LA CIUDAD

Un restaurante está lleno de personas. Las meseras atienden. El restaurante tiene pinta modernizada y parece con apariencia elegante, pero no es demasiado grande. Se lejos, se encuentra Braulio sonriendo mientras ve que el restaurante de su hija ha podido prosperar. Es él quien maneja las finanzas e incluso atiende bien a los clientes. Viste de otra manera un poco más agradable. Nataly ingresa al restaurante. La muchacha también está más cambiada y tiene ropa fina. Nataly llega al fondo del restaurante y se acerca a su padre.



Nataly: (sonriendo) ¡Hola papá! Hoy domingo hay muchos clientes. Eso es bueno.

Braulio (entusiasmado): Tienes razón, hija. Tenemos muchos clientes. Las finanzas están bien organizadas, incluso. Todavía estoy agradecido contigo por la oportunidad que me diste de manejar el restaurante.

Nataly: (sonriéndole) No tienes nada que agradecer. Soy yo la afortunada de que no hayas vuelto a jugar y apostar.

En ese momento, Alejandro y Mateo ingresan por el restaurante. Braulio no lo ve y justo en ese momento, se retira al ver que un cliente le está haciendo un llamado. Nataly alcanza ver a Alejandro y se queda sorprendida. Alejandro y Mateo toman asiento en uno de los puestos. Alejandro deja las dos maletas que trae a un lado y se sorprende al ver a Nataly de lejos. Ésta comienza a acercarse molesta.



Mateo: (al ver a Nataly) ¡Nataly! (Sonríe tierno)

Alejandro se levanta del asiento y le sonríe a Nataly, pero ésta le da una bofetada. Alejandro se toca la mejilla adolorido. Algunas personas se quedan viendo curiosas. Un par de minutos después, se ve como Nataly y Alejandro salen de la cafetería y llegan a un parque muy cercano.



Nataly: Te tardaste dos años en Boston y no me enviaste ninguna carta (expresando molestia). ¿Vienes a aparecer cuando se te da la gana?

Alejandro (le sonríe): ¿Quién es usted? (Fingiendo no conocerla en forma de broma). Me extrañé que me golpeara y que incluso me obligara a salir del restaurante. ¿Nos conocemos?

Nataly (enojada): ¡No seas payaso!

Alejandro: (mirando a todos lados) ¿Un payaso? (Aterrado) ¿¡Dónde!? ¡Desde niño les he tenido miedo!

Alejandro se esconde detrás de Nataly. Ésta se voltea enojada peor finalmente le sonríe a Alejandro con lágrimas en los ojos. Alejandro finge estar atemorizado y ambos se quedan mirándose fijamente. Alejandro no duda en abrazar a Nataly, ésta le corresponde mientras sonríe con los ojos vidriosos.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE LUCÍA Y CARMEN
SALA

Carmen está sentada en un sofá viendo un partido de fútbol muy emocionada. En un sofá distinto, se encuentra Lucía leyendo una revista de belleza. La mujer tiene los pies encima de una mesa especial, puesto que hay una mujer haciéndole un masaje de pies.



Lucía (a la mujer): Es bueno que a parte de ser nuestra sirvienta, también sepas hacer masajes.

La cámara le muestra el rostro a la mujer y se trata de Nicole, quien tiene la cabeza agachada.

Nicole (sumisa): He terminado, señora. Ma retiro a terminar los quehaceres. Permiso (se va)

Carmen (a Lucía): Lucía, deberías tratarla mejor. Recuerda que nosotras también fuimos sirvientas.

Lucía: No olvido que siempre se creyó superior a los que le rodeaban. Además no nos trataba bien.

Carmen (comprensiva): Lo sé, pero ya lleva un año y medio trabajando aquí. Al principio me burlaba de ella al igual que tú, pero creo que ya se ha vuelto más humilde. Al menos no la humilles ni la trates de “criada” o “sirvienta”. Consejo de dama (sigue viendo el partido).

Lucía sigue leyendo la revista pensativa.

CLUB DE LA CIUDAD
SALÓN

Paty y Antonia se encuentran en el salón de un club, en donde hay varias máquinas de ejercicio. De lejos se encuentra Rogelio levantando pesas.



Paty: (sin dejar de mirar a Rogelio) Che, boluda… Mirálo. No ha dejado de asistir al club a pesar de estar casi en la pobreza.

Antonia: Sí. Tuvo que vender su casa en el vecindario varios meses después de que Madam Nicole se fue de su lado.

Paty: Tenés razón. Cada rato hay rumores de que se encuentra viviendo en otro vecindario distinto al Street Winklent.

Antonia: La diferencia es que no es tan refinado como ése. Creo que es un vecindario para personas de clase baja y clase media. Hasta la empresa se le fue abajo. También tuvo que venderla.

Ambas siguen chismoseando entre ellas y no dejan de observar a Rogelio, quien aún no las ha visto.

RESTAURANTE DE LA CIUDAD

Nataly y Alejandro están en frente de Braulio, quien le acaricia el cabello a Mateo. Éste se come un panecillo dulce.



Braulio: Que bien que volviste, muchacho. Aunque debiste haberle avisado primero a Nataly. La dejaste y hasta ahora vienes a aparecer (serio).

Alejandro (avergonzado): Lo sé, señor. Lo lamento.

Braulio: Bueno, debo retirarme de aquí (sonríe y se va al fondo del restaurante)

Alejandro (sorprendido: ¿Entonces el restaurante es de ustedes?

Nataly: (asentando con la cabeza) Así es. Lo compré y mi papá lo maneja bien (sonríe). Por cierto… ¿Tienes una casa en donde ir a vivir?

Alejandro: Pensaba alquilar un hotel con Mateo… ¿Mi papá sigue en el vecindario?

Nataly: No, tuvo que vender la casa. Creo que se encuentra en otro vecindario. Tampoco tiene la empresa en su poder. Ricardo ha podido sacarla adelante con unas inversiones que hizo con el poco dinero que tenía.

Alejandro: ¿Entonces mi padre perdió la empresa? (Expresando sorpresa) Me pregunto en dónde estará viviendo…

Nataly: Y tu madrastra es la empleada de Lucía y Carmen.

Alejandro (más sorprendido): Eso sí que no me lo esperaba…

Nataly: Me gustaría pasar un rato con Mateo. Pueden quedarse en mi casa, por el momento.

Alejandro: ¿Sólo quieres que nos quedemos por estar con Mateo? (Nataly asiente con la cabeza) ¿Segura? (Sonríe y Nataly suelta una leve risa)

CÁRCEL DE LA CIUDAD
SALIDA

Dos tipos acompañados de Adriana están afuera de la cárcel de Miami. Fernando sale por la gran puerta y sonríe contento. Adriana se acerca y le da un gran abrazo.



Adriana (con lágrimas): ¡Por fin estás libres, papá! (Se desprende de él y sonríe)

Tipo 1: Felicidades, patrón. Estamos felices de su salida.

Fernando: También estoy feliz, muchachos (sonríe).

Tipo 2: Antes de que pregunte por el negocio que manejábamos, no se preocupe. Lo cerramos cuando usted fue encarcelado. Ahora empezamos de cero.

Fernando: Ustedes dos son los únicos que siguieron preocupándose por mí a pesar de que se les acabó el trabajo. Gracias por la lealtad.

Los dos hombres le sonríen a Fernando. Adriana también sonríe.

Adriana: ¿Vamos al vecindario? (Fernando asiente con la cabeza)

HORAS MÁS TARDE
VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE NATALY
HABITACIÓN PRINCIPAL

Nataly se encuentra observando la luna y las estrellas por medio del ventanal grande que tiene su habitación. Hay un pequeño balcón allí. En eso, alguien la abraza por detrás. Es Alejandro, quien también acaba de apagar la lámpara y todo se ve oscuro.



Nataly (avergonzada): ¿Por qué entraste a mi cuarto?

Alejandro: (recostando su cabeza en el hombro de Nataly) ¿Te gusta mirar la luna?

Nataly: Sí, es demasiado bonita… (Sonríe) Al igual que las estrellas. Son muchísimas… 

Alejandro: ¿Me creerías si te dijera que el tamaño de esa constelación es el mismo tamaño de mi amor hacia ti?

Nataly (ríe): ¿No suena eso un poco apresurado?

Alejandro se desprende Nataly y la gira hacia él. Saca una cajita pequeña del bolsillo de la camiseta blanca que está usando y luego abre dicha caja, mostrando un lujoso anillo a Nataly. Ésta se sorprende.

Alejandro: ¿Te casarías conmigo? (Sonríe)

Nataly asiente con la cabeza y sin dudarlo, ambos se dan un apasionado beso en la boca. La cámara se adentra a la habitación. Se ve la silueta de Nataly y Alejandro reflejados por la inmensa luna.

AL DÍA SIGUIENTE
VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE ANDREA
ENTRADA

Es temprano sobre la ciudad. Tatiana sale de la casa de Andrea con uniforme escolar junto con su hermano Felipe. Ambos se despiden de Andrea y se van de allí. De lejos, Teresa y Alonso los observan.



Alonso: Pobres muchachos… Al menos tienen un lugar donde vivir.

Teresa: Sí… Hace varios días se cumplieron dos años de la muerte de Cecilia (con nostalgia). Fue tan doloroso saber la forma en como murió.

Alonso: Lo peor de todo fue lo que hizo, Teresa (en mal tono). En este momento podría estar en la cárcel por homicidio y modificación ilegal de un testamento. Incluso en este momento el abogado tuvo que pagar un par de meses de cárcel.

Alonso se adentra a la casa y Teresa continúa con una profunda nostalgia en su ser.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE NATALY
COMEDOR

Alejandro y Mateo están desayunando en el comedor de la casa de Nataly. Ésta termina de servir el jugo de naranja y también se sienta.



Alejandro: ¿Por qué no contratas a una empleada?

Nataly: Es poco lo que hay que hacer ya que he vivido sola este tiempo. Me gusta hacer las tareas de la casa.

Mateo: (viendo el anillo sorprendido) ¿Se van a casar?

Nataly (sorprendida): ¿Tú cómo sabes de estas cosas, Mateo?

Nataly mira a Alejandro, éste sonríe con malicia y sigue comiéndose el desayuno. Mateo ríe pícaramente.

MÁS TARDE
EMPRESA MORALES
OFICINA DIRECTIVA

Antonia se encuentra sentada en el puesto de un escritorio ubicado en un gafete pequeño. La muchacha se levanta con una carpeta en mano y entra por una oficina aún más grande que se vincula con el gafete donde estaba Antonia. La muchacha camina elegantemente y se acerca al escritorio de Ricardo. Éste termina de escribir unos documentos y sonríe al ver a Antonia.



Antonia: (dejando la carpeta sobre el escritorio) Aquí está lo que me pidió, señor Ricardo.

Ricardo: (sonríe) ¿Por qué me tratas como el jefe amargado y gruñón? ¡Vivimos en el mismo vecindario!

Antonia (sonríe): Tienes razón, peor prefiero ser una en el vecindario y otra en la vida laboral. Me retiro ya, permiso.

Antonia se va caminando y de repente, se tacón se parte y cae en el suelo. Ricardo rápidamente va hacia ella y se agacha. Ambos se quedan mirándose fijamente a los ojos.

Ricardo: ¿Estás bien? (La ayuda a levantar)

Antonia (avergonzada): Sí, estoy bien… Gracias.

Antonia se va caminando coja al tener el tacón roto. Ricardo se queda pensativo y luego sonríe. Alejandro en ese momento entra a la oficina y le sonríe a Ricardo.

Ricardo (sorprendido): ¿Ya regresaste?



Alejandro: (bromeando) ¿No me estás viendo? (Se estrecha la mano con Ricardo y luego se sueltan mientras sonríen) Veo que te ha estado yendo muy bien.

Ricardo: Sí, soy el director de la empresa, después de que tu padre la perdió. Invertí dinero en la bolsa de dinero y pude vender las acciones que tenía en la empresa. En cuanto tu padre cayó en bancarrota, yo pude levantar la empresa y ahora soy el director general.

Alejandro (sorprendido): ¿Entonces quién es el presidente?

Ricardo: El cargo no ha sido manejado por nadie, pero pronto se hará una reunión entre los directores, los ejecutivos y los gerentes principales. También estarás tú presente. Recuerda que tu padre anteriormente era el presidente.

Alejandro (extrañado): No creo que sea necesario…

Ricardo (le interrumpe): La junta será para elegir al presidente. Tienes más experiencia que yo, a pesar de que en estos dos años he tratado de mantener al margen a la empresa (sonríe).

Alejandro se queda pensativo ante lo que Ricardo le propone.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE LUCÍA Y CARMEN
ENTRADA

Lucía se está dirigiendo a su casa acompañada de Paty, pero en eso, ven el auto de Fernando pasar por la carretera. Tanto Lucía como Fernando se quedan mirándose por un breve rato, pero ella sigue dirigiéndose a su casa.



Paty: Al parecer ya salió de la cárcel el viejo ese. ¿No querés ir a darle la bienvenida?

Lucía (negando con la cabeza): Por supuesto que no, Paty. No tengo ningún motivo por el cual hacerlo. Mejor cambiemos de tema… ¿Sí nos reuniremos todas más tarde para jugar cartas y aportar dinero para comprar el billete de lotería?

Paty: Sí boluda, aunque no estoy segura si Nataly pueda. Ya me enteré que Alejandro regresó de Boston. Ambos andan saliendo de nuevo.

Lucía sonríe y las dos terminan de entrar a la casa.

EMPRESA MORALES
OFICINA DIRECTIVA

Ricardo toma asiento en su puesto. Alejandro también se sienta, en un sofá que se encuentra en la oficina.



Alejandro: Ricardo, ¿sabes dónde está viviendo mi papá? Me gustaría ir a verlo…

Ricardo: Conozco el vecindario y creo también saber la dirección y la ubicación de la casa, pero no estoy muy seguro.

Alejandro escucha atento a Ricardo.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE LUCÍA Y CARMEN ENTRADA
ENTRADA

Fernando está tocando el timbre de la casa de Lucía y Carmen. En eso, Nicole abre y queda sumamente avergonzada al verlo.



Fernando (sorprendido): ¡Nicole! (Nicole agacha al cabeza) No sabía que estabas trabajando aquí. Bueno, vine a ver a Lucía.

Nicole (seria): Está bien señor, ahora mismo le informo de su venida. Permiso.

Nicole se va de allí. Fernando queda sorprendido. Unos minutos más tarde, se ve como Fernando toma asiento en un de los sofás de la sala. Lucía está en un asiento opuesto y expresa seriedad en su rostro.

Fernando: Lucía, pude ver como entrabas a esta casa. Estoy feliz de que tengas una propiedad. Yo quería agradecerte por lo que hiciste por mí hace dos años, deshaciéndote de la libreta.



Lucía: No fue por usted, sino por mí y mis amigas. Ellas hubieron salido afectadas. No debería estar aquí, sabiendo que Nicole es mi empleada.

Fernando (extrañado): Me sorprendió, ¿pero por qué lo dice?

Lucía: ¿No le molesta verla de sirvienta? Recuerde que usted la veía de otra manera diferente (Fernando se sorprende). Hace más de dos años, escuché la conversación que tuvo con su hija, asegurando en conquistar a Nicole. Osea que… Me engañó cuando estuve en el avión.

Fernando (sorprendido): Lamento haberte hecho pasar malos momentos… Sí cometí muchos errores y no me di cuenta de que siempre estabas allí, ayudándome. De verdad, quiero que me perdones.

Fernando se levanta y toma de las manos a Lucía. Ésta se sorprende. Nicole escucha la conversación en el fondo sorprendida.

Fernando: En los dos años en los que estuve en la cárcel… Me di cuenta de los errores que cometí y quiero que mes de una oportunidad.

Lucía (soltándose): Lo siento señor Fernando (se levanta del sofá y le da la espalda) En este momento no puedo confiar en usted, sabiendo que…

Fernando gira hacia a él a Lucía y le da un duradero beso. Ésta al principio trata de soltarse pero finalmente le corresponde dejándose llevar por Fernando. Nicole se voltea y se va de allí, yendo a seguir con sus quehaceres.

MÁS TARDE
VECINDARIO DE CLASE MEDIA
ENTRADA

Alejandro ingresa por un vecindario de la ciudad, el cual tiene pinta de callejón. Alejandro revisa un papel pequeño confundido. Unos minutos más tarde se ve como él llega a una de las casas y toca extrañado. En ese momento abre Rogelio y se sorprende al ver a Alejandro. Un par de minutos más tarde, ambos se sientan en unos sofás de la casa, la cual es pequeña.



Rogelio: Has regresado de Boston. ¿Por qué estás aquí?

Alejandro: No me imaginaba que perderías todo lo que tenías, papá. Ahora andas viviendo en este vecindario. ¿Cómo has podido sobrevivir?

Rogelio (de mal humor): Eso es lo que menos debes de saber tú, Alejandro. Es mejor que te vayas de aquí.

Alejandro (decepcionado): No pensé que me recibirías así, pero bueno… (Sonríe) No todo es malo en este momento. Me voy a casar con Nataly.

Rogelio (serio): Haz lo que quieras. Dejaste de ser mi hijo desde el momento en que me desafiaste.

Alejandro (molesto): ¿¡Cómo es posible que aún sigas así de frío y orgulloso!? Tendrás que ver a Nataly como mi esposa, quien a pesar de todas las humillaciones que le diste, en este momento tiene mejor vida que tú.

Rogelio: ¡Lárgate de mi casa! No quiero escuchar esas estupideces. De todos modos, no deja de tener la reputación de una miserable sirvienta.

Alejandro: Papá…

Rogelio (lo interrumpe): ¡Vete de aquí, ahora!

Alejandro suspira resignado y sale de la casa. Rogelio se queda serio y al mismo tiempo pensativo.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE PATY Y ANTONIA
ENTRADA

Paty abre la puerta y en ese momento entran Nataly, Carmen y Lucía. Todas sonríen.



Paty: ¡Que bien que ya llegaron, pelotudas!

Las empleadas terminan de entrar y Paty cierra la puerta sonriente. Todas se sienten en varios sofás. En el medio hay una mesa de vidrio elegante la cual tiene una gran cantidad de cartas.

Antonia: ¿Tienen dinero en el bolsillo? Nataly ahorita debe ir a comprar el billete de lotería. Mañana en las noches mencionan los resultados.

Carmen: Yo sí traje mi parte, al igual que Lucía (sonriendo). Ésta debe estar que salta de una pata, se reconcilió con Fernando.

Lucía: (le pega levemente con el codo) Deja de ser chismosa, Carmen…

Paty: ¡Creo que no es la única que está unida a alguien! Miren… (Señalando la mano de Nataly) ¡Tiene un anillo! ¡Se nos va a casar ésta boluda! (Todas las empleadas se emocionan)

Antonia (desanimada): Que bien por ustedes dos, Nataly y Lucía. Paty, Carmen y yo si estamos solteras.

Carmen: Esta semana serán tres noviazgos (sonríe con picardía). El joven del almacén donde venden los billetes de lotería es muy guapo.

Nataly (ríe): ¡Entonces deberías ir tú a comprar el billete! Así aprovechas y le coqueteas.

Todas las empleadas ríen.

Lucía: Bueno, empecemos a jugar cartas ya, ¿bien? (Sonriendo)

AL DÍA SIGUIENTE
EMPRESA MORALES
SALA DE JUNTAS

Varios empresarios se encuentran sentados en una mesa larga ubicada en la sala de juntas de la empresa. Nadie encabeza la mesa, pero en las dos esquinas principales, se encuentran Ricardo y Alejandro.



Ricardo: Ésta reunión se realiza con el fin de votar por el nuevo presidente de la empresa, ahora que ha regresado Alejandro Morales, el hijo de nuestro anterior presidente, Rogelio Morales.

Director ejecutivo: Bienvenido, señor Morales (sonríe). Supongo que se harán votos para elegir al presidente. Alejandro será uno de los candidatos (Ricardo asiente con la cabeza)

Empresario: No me parece tan correcto. El señor Alejandro ha estado dos años ausente, además no asistía mucho a la empresa, pero sí aceptamos que su trabajo como el vice-presidente sí era efectivo.

Alejandro: Estoy de acuerdo con sus sujeciones hacia mi candidatura. De hecho tampoco tenía en mis planes mandar la empresa.

Empresario 2: Entendemos… (Después de una breve pausa) Yo opino que Ricardo debería ser el presidente. Ha hecho un gran trabajo como el director general.

Director ejecutivo: Es una buena propuesta. Yo estoy de acuerdo y de hecho mi voto sería para él. Alejandro Morales podría quedar como el vice-presidente de la empresa, mientras cumpla bien con sus labores, ya que de lo contrario, debería ser destituido.

Ricardo (sorprendido): ¿Yo cómo el presidente? La verdad es que no he estado muy bien preparado para eso, pero sí aceptaría y en caso de ganar, haría lo mejor de mí (sonríe).

Todos en ese momento aplauden y le sonríen a Ricardo, incluyendo Alejandro. Unos minutos más tarde, se ve como los empresarios salen de la sala de juntas. Alejandro y Ricardo son los últimos.

Alejandro: Que bien que te has convertido en el presidente, Ricardo (sonríe).

Ricardo: Así es, espero desarrollar bien las funciones que me corresponden

Alejandro: Y cambiando de tema… Le propuse matrimonio a Nataly y ella aceptó.

Ricardo (sorprendido): ¡Qué buena noticia, Alejandro! (Sonríe)

Alejandro (incómodo): Sí, pero… ¿Te da igual? ¿Tú no estabas…?

Ricardo: (sonriendo) Sí estuve enamorado de ella, pero mis sentimientos han cambiado. Desde que Antonia ha sido mi secretaria, nos hemos visto más seguido y ya la estoy viendo como algo más que una amiga. Creo que me daré una oportunidad con ella.

Alejandro le sonríe a Ricardo y ambos continúan yéndose.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CALLES

Nataly se encuentra cargando una canasta en la mano. En eso, se topa con Andrea. Unos minutos más tarde, ambas están conversando en una banca del jardín de la casa de Andrea.



Andrea (sorprendida): ¿Entonces al fin de definió bien tu relación con Alejandro? ¿Se van a casar? (Sonríe emocionada)

Nataly: Sí, pero la verdad es que hubiera querido tener el permiso del padre de Alejandro, pero él fue a buscar y Rogelio sigue igual de frío. No le interesa en absoluto lo que suceda con su hijo y conmigo (suspira).

Andrea: Seguro luego recapacita. Oye, por cierto… En estos días he estado buscando una casa nueva en donde vivir con mi hija y mis sobrinos.

Nataly (sorprendida): ¿Por qué, Andrea?

Andrea: Me parece incómodo estar en una casa que tú compraste con tu dinero. Al principio me aseguraste que era la de una mujer que se fue de viaje y la dejó a tu cuidado, pero me enteré de la verdad cuando tú y las empleadas empezaron a hacer uso del dinero de la lotería públicamente.

Nataly (sonríe). Andrea, yo aquella casa quise darte a ti… Quédate por favor. No debes de preocuparte por cosas tan pequeñas.

Ambas amigas se sonríen mutuamente.

HORAS MÁS TARDE
VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE PATY Y ANTONIA

Ya es casi de noche. Ricardo está tocando el timbre de la casa que comparten Paty y Antonia. Ésta abre la puerta y queda muy extrañada. Unos minutos más tarde, Ricardo y Antonia se sientan en dos sofás distintos ubicados en la sala de la casa.



Ricardo: ¿Y Paty?

Antonia: Se fue a recoger a Nataly, Lucía y Carmen. Deben estar que vienen. Aún nos seguimos reuniendo.

Ricardo: Vine porque…

Ricardo sonríe, se levanta del sofá y acto seguido, se inclina tomándole la mano a Antonia. Ésta se sorprende.

Ricardo: ¿Me das una oportunidad para demostrarte que he aprendido a quererte? ¿Quieres ser mi novia?

Antonia (sonrojada): Ricardo, yo… No tengo nada qué decir… (Después de una breve pausa) ¡Acepto!

Antonia se levanta al igual que Ricardo. Ambos se sonríen con ternura. El timbre de la casa suena. Antonia de inmediato va a abrir. Nataly, Lucía, Paty y Carmen ingresan en medio de risas.




Carmen (sorprendida al ver a Ricardo): ¿Qué hacen ustedes dos? (Asustada) ¡Antonia!

Nataly: (sonríe) No debemos de pensar mal. Creo que Ricardo a fin se decidió de darse una oportunidad con Antonia.

Antonia asiente con la cabeza y todos ríen.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE PATY Y ANTONIA
SALA

Nataly, Lucía, Paty, Carmen y Antonia se encuentran sentadas en los sofás de la sala, mientras el televisor está encendido. Las cinco están jugando cartas.




Nataly (alegre): ¡He ganado! (Sonriendo)

Paty: ¡Miren boludas! Ya van a empezar a decir los resultados.

Lucía: ¿Tienes el billete de lotería en mano, Carmen?

Carmen: Claro, aquí lo tengo chicas. ¡Estén pendientes!

Antonia: Le subiré el volumen al televisor…

Antonia toma el control remoto y le sube el volumen de sonido al televisor.

Presentador del programa (en el televisor): ¡Buenas noches a todos! Empezamos a revelar el número ganador de la lotería de hoy.

Todas las empleadas escuchan atentas. Carmen tiene el billete en mano intrigada. Las empleadas se juntan todas a ver los números y oír al presentador.

Presentador: El número ganador es… 14, 25, 30… (Las empleadas se sorprenden) 33, 47… (Todas quedan aún más sorprendidas) Y el último número es el… ¡08!

Nataly, Lucía, Paty, Carmen y Antonia se miran entre sí. La cámara se congela en el rostro de sorpresa de las cinco mujeres.

FIN