jueves, 15 de enero de 2015

La Nueva Empleada [Capítulo 6]







Paty (extrañada): Chicas, no sabía que ese boludo tenía su lado malo.

Carmen: Es cierto. Por poco nos mata de un susto. ¿Por qué defendería a Nataly sino es su empleada? ¿Y por qué escuchó nuestra conversación?

Lucía: Además tiene la voz muy fuerte.

Carmen: (a Alejandro) ¡Tú! ¿Qué esperas para ir tras la empleada de tu familia? (Alejandro se va pensativo). Mejor chicas vámonos ya, de pronto ese hombre regresa y nos mata (ríe).

Antonia solo callaba, un tanto sorprendida. Afuera de la casa de Ricardo, éste sigue cargando a Nataly.



Nataly: ¡Ya te dije que me sueltes! Estoy bien, solo tengo un pequeño y leve dolor de cabeza. ¡Bájame! (Alejandro va viniendo).



Alejandro: ¿No estás siendo muy exagerado Ricardo?

Ricardo: Por supuesto que no, ella tiene dolor de cabeza. Sería bueno llevarla a un hospital para que le bajen la temperatura.

Nataly molesta se baja de Ricardo con fuerza.

Nataly: ¿Por qué me tratan así? Estoy bien. Déjenme… Iré a casa yo sola.

Nataly se empieza a ir a la casa Morales, caminando descalza, pues no tiene sus zapatos, que están en la habitación en la que todas estaban. Alejandro al verla, de inmediato va y la carga.

Nataly (molesta): ¡Ya te dije que no…! (se sorprende al ver que es Alejandro quien la está cargando).

Ricardo: Llévala a la entrada de la casa y yo la llevaré a su cuarto (sonríe).

Nataly: ¿Qué? No quiero que tengan tantos compromisos conmigo. Puedo ir yo sola. A una sirvienta, no se le debe prestar mucha atención, al final termina siendo maltratada.

Ricardo: ¿Quién te enseñó eso?

Nataly: Mi mamá…

Un momento más tarde, Ricardo acaba de bajar a Nataly en la cama, pues la cargó desde la entrada de la casa hasta el cuarto de ella.

Ricardo: Y cuéntame… ¿Qué hacía tu madre?

Nataly: Era sirvienta… Al igual que mi abuela.

Ricardo (sorprendido): ¡Vaya! Entonces vienes de una tercera generación de sirvientas.

Nataly: Quién sabe. Quizá la abuela de mi abuela también era sirvienta.

Ricardo: (ríe) Bueno, me iré ya. Buenas noches, duerme bien.

Ricardo se retira del cuarto no sin antes apagar el bombillo que estaba encendido. Alejandro está acostado en el sofá de la sala.

Ricardo: ¿Dónde están tus padres?

Alejandro: Salieron al club.

Ricardo: En todo caso, no pongas a trabajar a esa muchacha cuando esté enferma. Debe descansar… Ahora me voy, buenas noches…

Ricardo se va de la casa, en eso el celular de Alejandro suena. Éste contesta, dándose cuenta que es Adriana quien lo llama.

Adriana: (en la otra línea) Hola… ¿Estás solo en casa?

Alejandro: Eh, sí, estoy completamente solo (sonríe). Está bien, te esperaré… (Cuelga)

De repente, varios hilos de agua le caen a Alejandro. Mateo está arriba, en el segundo piso de la casa. Le está tirando agua con una pistola.



Mateo: (riendo) ¡Bang! ¡Bang!

Alejandro (enojado): ¡Oye! ¿Por qué me tiras agua? ¡Me estás empapando! ¡Baja de inmediato y pide disculpas!

CASA DE RICARDO
COCINA

Ricardo entra a la cocina de su casa. Ve que Antonia está lavando los platos. Él pone cierta cantidad de dinero en una mesa.



Ricardo: Cincuenta dólares… Para que cada una se reparta los diez dólares por lo que se estaban peleando. No olviden darle su parte a Nataly, también los merece.

Antonia (indiferente): Mejor olvídelo… Ya todas nosotras sabe lo que le toca a cada una, contando a Nataly.

Ricardo: Solo se ganaron el cuarto lugar, de doscientos dólares. Hubiera sido algo justificado si se hubiesen puesto a pelear por el primer premio, que son más de diez billones. ¿Te imaginas a alguien del vecindario con todo ese dinero? ¿Si una de ustedes cinco se lo gana?

Antonia: ¿Cómo quién podría ser por ejemplo?

Ricardo se imagina a Paty subiéndose a un auto. Al lado de ella hay un joven muy elegante.



Paty: Iremos a Argentina, y allá te casarás conmigo (sonríe con malicia).

Después Ricardo piensa en Carmen y Lucía, que están en un salón de belleza. Ambas están acostadas en dos camas diferentes, y a sus lados hay varias especialistas. Tienen las dos mascarillas en la cara.



Carmen: Con todo lo que me vayan a hacer, quiero parecer diez años menor.

Lucía: Y yo veinte…

Carmen (sorprendida): ¿Qué? ¿Qué edad se supone que tienes entonces?

Lucía: (sonriendo) Quiero regresar a la época en la que tenía tan solo diecinueve.

Finalmente, Ricardo se imagina a Nataly en una lujosa mansión. Él la está cargando como su empleado, y al frente de la muchacha, está Alejandro tímido.



Nataly: ¡Tú estás despedido Alejandro Morales! No te comportaste bien conmigo. Después te di una oportunidad para que trabajaras para mí, pero la desperdiciaste (se está abanicando sonriendo).

Ricardo deja de imaginar y ríe por todo lo que pensó.

CLUB DE LA CIUDAD



Aún es de noche en la ciudad. Se empiezan a enfocar varias personas del vecindario que están en un lujoso club. Se muestra a Nicole estando en una sala de masajistas. Luego se ve a Rogelio y Fernando en un sauna, bastantes relajados. También se enfoca una habitación amplia, en donde hay dos camas por lados opuestos, y están ahí acostadas Teresa y Cecilia, las patronas de la casa de Lucía.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA RIVERO
CUARTO DE LUCÍA

Lucía se está poniendo una mascarilla en la cara, pero de repente es interrumpida cuando alguien toca la puerta.



Alonso (desde afuera): ¡Lucía, ven! Debemos de aprovechar que no están ellas dos… Ya no habrá más oportunidades.

Lucía (molesta desde adentro): ¿Qué? ¡Con sus acosos, voy a renunciar!

Alonso: ¡No, por favor! Solo necesito hablar contigo. Sal de la habitación.

Un momento más tarde, en el comedor de la casa de Alonso, está Lucía sirviéndoles la cena a sus dos hijos. Alonso se acerca a ella sonriente.

Alonso: ¿Ya ves que no era lo que pensabas? Solo quería invitar a tus hijos aquí, para que pasaran un rato libre contigo y de hecho cenaran en mi casa.

Lucía: Sí señor Alonso, muchas gracias. Se lo agradezco…

Alonso: (sonriendo) No hay nada que agradecer Lucía, también pueden quedarse aquí hasta mañana. Duerme con ellos (sonríe).

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CASA MORALES
HABITACIÓN DE ALEJANDRO

Alejandro está acostado en su cama, le es imposible dormir. Está bastante pensativo. En un momento dado, decide levantarse y salir del cuarto. Se va directamente a la habitación de Nataly. Aprovecha que la puerta está entreabierta. Alejandro ve a Nataly durmiendo, pero está casi descobijada. Él se acerca con cautela a ella, toma la cobija y justo cuando se la iba a cobijar, Nataly se despierta alterada y pensando otra cosa de Alejandro. La muchacha coge su almohada y lo empieza a golpear.



Nataly: (muy enojada y pegándole con la almohada) ¿¡Eres un humano!? ¿Eres un hombre? ¡Eres peor que un animal!

Alejandro: No es lo que piensas…

Nataly: (le interrumpe) ¡Sólo porque soy la sirvienta de la casa, no tienes derecho a mirarme de otra manera! ¡Pensé que a pesar de todo, era parte de la familia!

Alejandro: (la detiene) ¡Ya basta! No es lo que estás pensando. Entré a la habitación y te vi desabrigada.

Nataly (incrédula): ¿Crees que voy a creer que te preocupaste por mí? ¡Lárgate ya!

Alejandro sale de la habitación con prisa. Nataly también se para de su cama y cierra con fuerza la puerta.

AL DÍA SIGUIENTE
CLUB DE LA CIUDAD

En la habitación donde se encuentran Teresa y Cecilia, ambas están despiertas y muy preocupadas.



Cecilia (con preocupación): No aguanto más Teresa, debemos irnos ya. No podemos dejar que esos dos (se refiere a Lucía y Alonso), hagan de las suyas. ¡Vámonos!

Teresa: Sí, tienes razón. Pero soy yo quien se debe preocupar. Soy la esposa de Alonso.

Cecilia: ¡Sí, lo sé! Pero como han dicho por ahí, una amante no puede soportar a otra amante.

Teresa: (pensando) Sinvergüenza… (Deja de pensar) Sí, debemos ir. ¡Vayámonos ya del club! Podemos descubrirlos a los dos juntos en la casa.

Teresa y Cecilia se empiezan a alistar para regresar a casa.

CLUB DE LA CIUDAD
PISCINA

Hay una gran piscina en el club. Nicole con vestido de baño, se mete allí y comienza a nadar. Un breve momento después, sale y se encuentra con Fernando, quien la mira de manera seria.



Nicole (sin mucho que decir): Eh… El agua de la piscina está genial (sonríe).

Justo cuando Nicole iba a irse, Fernando la detiene y la besa atrevidamente. Nicole sin dudarlo dos veces, se separa de él y lo abofetea.

Nicole: ¡Atrevido!

Fernando (avergonzado): Lo siento mucho… Desde que la vi, usted entró en mi corazón.

Eso deja sorprendida a Nicole, sin embargo Fernando con vergüenza, decide irse de allí. Más tarde, se enfoca la salida del club, viéndose como Fernando sube a un auto, para también regresar a su casa. De lejos, Nicole lo observa en un balcón del edificio del club.

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CASA MORALES

Alejandro está bajando las escaleras que hay en la casa Morales. Tocan la puerta, él va y abre, dándose cuenta que es Adriana.



Alejandro (sonriente): ¡Qué sorpresa! Entra.

Adriana pasa junto con Alejandro. Nataly que está en la sala, se esconde rápidamente al ver a Adriana. Para su suerte, ella no la logró ver.

Adriana: Pasaba por acá, entonces decidí hacerte una visita, a ver cómo estabas (le sonríe coquetamente).

En ese momento, viene Mateo, que muy alegre e inocente, le empieza a disparar con una pistola de agua, a Adriana. Alejandro se sorprende y aleja al niño, pegándole unas palmadas en su parte trasera. Mateo empieza a llorar.

Alejandro: (a Adriana) Eh, lo lamento Adriana… Él es…

Adriana: No te preocupes (secándose la cara). Mejor me iré ya (se acerca a la salida, abre la puerta y se va).

Alejandro nuevamente le pega a Mateo. Nataly sale de su escondite muy enojada y detiene a Alejandro.



Nataly: Por lo visto, me doy cuenta cada vez más de que eres un animal. ¿¡Cómo le puedes pegar a un niño y de esta edad!? (A Mateo). Ven Mateo, ven a tu cuarto y sigue jugando allí (el niño se va).

Alejandro: ¿Cómo no le iba a pegar? Fue un maleducado con una visita que tuve.

Nataly (muy seria): ¿Visita? ¿Es más importante una visita que Mateo? (se empieza a ir).

Alejandro: ¿Y a dónde vas?

Nataly: Saldré un momento, ya que no encuentro qué hacer en la casa, y más no estando los verdaderos patrones.

Nataly con severidad, sale de la casa. Más tarde, la muchacha está en un almacén bastante grande, comprando varias cosas. Casualmente, en el mismo lugar está Ricardo, quien ve a Nataly pero ésta no lo ve a él. Un breve momento después, la muchacha sale de allí con varias bolsas. Ricardo alcanzó a ver cuando Nataly sacó de su cartera, bastantes billetes de un valor muy alto. Ricardo va tras ella y comienza a perseguirla sin que Nataly se de cuenta. Es así como la joven llega a un barrio muy humilde. La muchacha se acerca a una casa y toca el timbre. Andrea que vive allí, abre la puerta. No muy lejos, Ricardo observa todo, y alcanza a escuchar.



Andrea (sonriente): ¡Nataly! Qué bueno que estás aquí. Puedes pasar, claro.

Nataly: No Andrea, no me puedo tardar. Solo te vine a traer estos regalos para ti y para Abril, tu hija (se los entrega).

Andrea: Muchas gracias, te agradezco con gratitud que nos sigas ayudando.

Nataly: ¿Cómo no hacerlo estando en la situación en la que estoy?

Andrea (extrañada): ¿A qué te refieres?

Nataly (mintiendo): Bueno, es que decidí comprar una casa. Más bien comprar no, porque la iré pagando por ciertas cuotas aprovechando que la paga de mi trabajo es muy alta.

Andrea (emocionada): ¡Me parece muy bien Nataly! ¿Y cuándo te mudas?

Nataly: No lo sé, pero te avisaré después. Solo te adelanto que no viviré sola. No te lo diré directamente, pero muy pronto veré como Abril juega en la casa (ríe). Me voy ya, te cuidas.

Nataly deja con la intriga a Andrea y se va, sin ver a Ricardo que está sorprendido y un tanto desconcertado. Pues no cree que haya comprado una casa que irá pagando por cuotas gracias al trabajo de empleada en la casa Morales.

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CASA RIVERO

Teresa y Cecilia acaban de llegar a su casa. Ambas se van con prisa a los cuartos. La primera entra al cuarto de su esposo Alonso, viéndolo acostado en su cama. La mujer suspira. Cecilia por su parte, entra a la habitación de Lucía, viéndola acostada en una cama con dos personas. No puede verlos porque están cobijados. Cecilia de inmediato, les quita la cobija, también suspirando al ver que son dos niños, los hijos de Lucía.



Lucía: (se despierta levantándose de la cama alarmada) Buenos días señora Cecilia. Eh, siento mucho lo de mis hijos. Ellos se irán ahora mismo.

Cecilia: No te preocupes, puedes quedarte con ellos un rato más (le sonríe y sale del cuarto aliviada).

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CASA DE LA FAMILIA TORRES

Fernando está en una mesa, almorzando en compañía de su hija, que es Adriana.



Adriana: Papá, ¿sabes algo? (después de una breve pausa). El hijo que tiene Alejandro Morales, no es de él (sonríe con malicia).

Fernando: ¿Qué? ¿Es en serio?

Adriana: Sí, muy en serio. Lo supe porque la otra vez estuve de visita en la casa de un vecino…

FLASHBACK

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CASA DE RICARDO
JARDÍN

Ricardo desayuna en compañía de Adriana que está de visita. Antonia molesta y celosa, les trae el café. Al retirarse, mira enojada a Adriana.

Adriana: ¿Si estás satisfecho con ella? (él asiente con la cabeza). Te estoy preguntando si cuida bien de la casa.

Ricardo: Por supuesto. No creo que la vaya a despedir algún día. Hace un excelente trabajo.

Adriana: (ríe) ¿Así? No parece, seguro hace una mala limpieza. Además es una coqueta. Me he dado cuenta como te mira. Despídela.

Ricardo: No hables mal de Antonia.

Adriana: ¿Acaso tienes algo con ella?

Ricardo: Claro que no, ¿por qué lo dices? Además, la coqueta eres tú. Sé que te interesa Alejandro.

Adriana: Él ya es padre.

Ricardo: Eso crees tú… Alejandro no es padre (Adriana abre los ojos de la sorpresa).

FIN DEL FLASHBACK

Adriana: Deduciendo, me imagino que es de Rogelio ¿no crees? ¿No será que él está haciendo pasar a ese niño por hijo de Alejandro?

Fernando (un tanto sorprendido): ¿Y la Madam, Nicole lo sabe?

Adriana: Eso si no lo sé, pero lo averiguaré (sonríe).

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CASA MORALES
COCINA

Nataly desde hace un momento, ya había llegado a la casa Morales. Está cocinando, de repente suena el teléfono. La muchacha se acerca a él y contesta.



Nataly: (contestando) ¿Diga…?

Señora: (en la otra línea) Estamos hablando desde la sección de belleza VIP desde un centro comercial, ofreciendo por tiempo limitado un cambio de imagen totalmente gratis. Si tiene tiempo, la esperaremos aquí.

Nataly: Claro que sí, le avisaré a Madam (cuelga).



Nicole: (llamándola desde lejos) ¡Nataly…!

Nataly de inmediato va hacia Nicole, quien está en el cuarto de joyas y vestidos del alto precio.

Nicole: (tocando de allí varias prendas) Ah, no tengo nada que ponerme (Nataly llega). Tráeme todos mis vestidos, los que tengo en mi habitación.

Nataly: Sí. Y llamaron del VIP, para…

Nicole: (le interrumpe) Para la próxima, si llaman de esos lugares, ignora, así sea gratis. Y ve rápido.

Nataly asiente con la cabeza y sale de allí.

MÁS TARDE
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Las cuatro empleadas: Paty, Carmen, Antonia y Lucía, están reunidas en el vecindario. Piensan ir a reclamar el dinero que se ganaron del billete de lotería.



Paty: ¿Entonces boludas dejamos o no fuera a Natalia?

Carmen: ¿Cuál Natalia tonta? ¡Es Na-ta-ly!

Paty: Ay pero si es lo mismo.

Lucía: (cambia de tema) Dejen de pelear por eso. Y no, no vamos a dejar fuera a Nataly. Le vamos a comprar algún pequeño detalle (sonríe). Mejor vámonos ya, estoy feliz porque dormí con dos chicos (se refiere a sus hijos).

Carmen (asustada): ¿¡Qué!? ¿Es en serio mija? (pensando mal). ¿Desde cuándo tienes dos amantes?

Lucía la ignora y sale corriendo, en forma de charla. Las demás la persiguen. Antonia se nota un tanto desanimada. Un momento después, las empleadas están en una tienda, donde se venden los billetes de lotería. Es allí conde deben reclamar el pequeño dinero del cuarto lugar. Carmen se le adelanta a todas, y va hacia el dueño de la tienda, que es un muchacho bastante joven.

Carmen (coqueta): Hola cariño, venimos a reclamar nuestro premio. Nos ganamos el cuarto lugar.

Joven: Claro que sí señora (Carmen le entrega el billete de lotería). Y…

Carmen calla al muchacho, poniéndole su dedo en la boca.

Carmen: Shhhh… (Coqueta)

Minutos después, las empleadas están fuera de la tienda.

Lucía: Ya sabemos en cuánto dividirlo ¿no?

Antonia: Vamos a comprar cosas para nosotras, y como dijo Lucía, tomar en cuenta a Nataly.

Todas asienten con la cabeza y se empiezan a ir a un centro comercial. Por otra parte, Nataly después de haber terminado de obedecer las órdenes de Nicole, acaba de ser traída al centro comercial del que llamaron en la casa Morales, por el chofer de allí.



Nataly: (sonriendo) Muchas gracias por haberme traído. No pensé que ibas a hacerle este favor a la empleada de la familia.

Chofer: No te preocupes, yo también soy un empleado.

Nataly: Está bien, me bajaré ya del auto. Hasta luego.

Nataly se baja del vehículo y casualmente, pasa muy cerca de donde está Rosita, la anterior empleada de la casa Morales. Ella hace el aseo en el lugar. Justo cuando el chofer se iba a ir, alcanza a ver a Rosita. Él alarmado, llama de inmediato a Alejandro para informarle de aquello.



Alejandro: (contestando en la otra línea) ¿Hola?

Chofer: Joven Alejandro, solo le llamo para decirle que acabo de ver a Rosita en un centro comercial.

Alejandro (sorprendido): ¿En serio? ¿Cuál es la dirección?

El chofer le empieza a dar la dirección del centro comercial. Dentro de éste, Nataly se acerca al lugar donde se hacen cambios sorprendentes. Pues se interesó por la llamada sobre que se hace un cambio de imagen completamente gratis.

Maquillista: El evento de clientas VIP ha comenzado (sonríe).



Nataly al escuchar eso, se acerca y luego se sonríe así misma al mirarse a un espejo. Minutos más tarde, la muchacha está sentada en una silla especial. Una maquillista profesional, empieza a hacerle el cambio de imagen. Toma con delicadeza, un lápiz con el que maquilla a Nataly en la parte inferior y superior de los ojos. Después toma una plumilla con un buen grosor, y maquilla a la joven en sus cejas. Posteriormente, toma un lápiz labial de color rosa claro y le pinta los labios. La maquillista toma un poco de rubor y se lo aplica a en los pómulos. La cámara no le enfoca bien la cara a Nataly. Después empieza a arreglarle el cabello, viéndosele un poco más largo y brillante. Un instante después, se termina de hacer el cambio de imagen. La cámara termina de mostrar a Nataly que se encontraba con los ojos cerrados, al abrirlos y mirarse al espejo que está al frente de ella, se sorprende por su gran cambio, casi irreconocible.



No muy lejos de allí, Paty, Carmen, Antonia y Lucía llegan al mismo centro comercial y empiezan a escoger varios productos de belleza. Fuera del lugar, Alejandro acaba de llegar a buscar a Rosita como el chofer se lo informó. Sube corriendo las escaleras que hay en el centro comercial muy emocionado. En el piso de arriba, Nataly está en la sección de moda, con la misma ropa con la que vino al lugar. Mira con un poco de antojo, los vestidos que se están vendiendo. Toma una blusa blanca de botones sin mangas, junto con una falda corta blanca y un broche de cinturón gris.



Nataly (sorprendida por el precio de la ropa): ¿¡Qué!? ¿Quinientos dólares?

Supervisora de ropa: (se acerca a Nataly) Así es señorita, el conjunto vale tal precio por su gran calidad. De regalo, le daremos una pulsera plateada.

La señora le sonríe a Nataly. Ésta está pensativa, pues considera el precio demasiado alto. No muy lejos de allí, las cuatro empleadas también están comprando ropa pero muchísimo más económico.



Carmen: Creo que lo que podemos comprar, también lo puede usar Nataly, ¿no creen?

Antonia (molesta): ¿Estás queriendo decir que debemos turnarnos para usar una blusa?

Paty: ¿Y qué hay de la talla boluda? Yo debo ser más flaca que Nataly.

Carmen: Es obvio, te quedaría flotando la ropa (ríe).

Por otro lado, en el mismo centro comercial, Alejandro está reunido con el chofer. Ambos estaban buscando a Rosita.



Alejandro: ¿Está seguro que sí vio a Rosita?

Cerca, Rosita está bajando las escaleras eléctricas. Al ver a Alejandro, se tapa con una bolsa que lleva y sale a prisa, escondiéndose de él.

Chofer: (asienta con la cabeza) Eh, la verdad no estoy completamente seguro, pero era bastante parecida. No creo haberme equivocado.

Alejandro: Tendremos entonces que averiguar otro día al personal. Me retiro.

Alejandro se aleja de él y llega casualmente a la sección de moda, en donde Nataly ya tiene puesto el vestido completo, el que se está ensayando. La muchacha se sorprende al verlo. Él confunde a otra señora del aseo que está volteada de espalda, con Rosita.

Alejandro: ¿Abuela?

Señora del aseo: (se voltea) ¿Busca a alguien?

Alejandro: Eh, no, no se preocupe. Perdón.

Justo cuando Alejandro se voltea para irse, Nataly lo detiene alejada de él.



Nataly: (cambia un poco la voz) ¿Disculpe…?

Alejandro: (voltea extrañado) ¿Me hablabas a mí?

En ese momento llega la supervisora de la sección de ropa.

Supervisora: (a Nataly) Me parece que el vestido le quedó muy bien. ¿Si lo va a comprar? Recuerde que son quinientos dólares (le sonríe).

Nataly aún está indecisa de comprar la ropa, está un poco nerviosa al estar Alejandro en frente de ella. La muchacha decide comprarlo, para quedar como una mujer millonaria ante Alejandro. Nataly de repente se marea y justo cuando iba a caer, Alejandro rápidamente la sostiene.

Alejandro (preocupado): ¿Estás bien?

Nataly asienta con la cabeza y le entrega una tarjeta de crédito a la supervisora. Un momento después, ésta se la devuelve y le entrega un paquete en donde está la ropa sencilla que antes usaba. Nataly le da las gracias y se empieza a ir, Alejandro la sigue.

Alejandro: Cuando dijiste “disculpa”, me hablabas a mí, ¿no?

Nataly: Por supuesto que no…

Alejandro: Sí lo hacías… Mejor dejemos el tema (sonríe). Te invito a un café (saca de su bolsillo dos tarjetas). Conozco cerca, una cafetería en la que si se compra café, regalan dos tarjetas para comprar otros dos, gratis. ¿Te gustan las cosas gratis?

Nataly (sonriente): Sí, me gustan las cosas gratis.

Alejandro: Está bien. Y cuéntame, ¿a qué te dedicas?

Nataly: Me dedico al hogar (pensando): Ingenuo… (Ríe)

Alejandro: Si solo te dedicas al hogar, ¿con qué dinero compras cosas tan caras?

Nataly: ¿Acaso una mujer que hace tareas del hogar, no tiene derecho a ropa bonita? Siempre he comprado éste tipo de ropa (miente).

Alejandro: No compres más. Mejor usa esa que tienes cuando nos veamos. Te ves espectacular (sonríe).

Los dos llegan a un ascensor, que cuando se abre, casualmente están allí las cuatro empleadas, ninguna reconoce bien a Nataly. Paty, Carmen, Antonia y Lucían cargan varios paquetes.

Alejandro: Creo que es mejor que esperemos otro ascensor…

Nataly: ¿Qué dices? Entremos.

Ambos entran sin ningún problema. Carmen empieza a interrogarlos, como lo suele hacer por su personalidad de chismosa.



Carmen: (a Alejandro) ¿Es su novia?

Alejandro (coqueto): Me gustaría… (A Nataly) ¿Puedo?

Carmen: Es muy bonita y se parece un poco a nuestra amiga Nataly.

Antonia sospechosa mira a Nataly de pies a cabeza, considerando que reconoce su altura y se sorprende al verle los zapatos que usa, pues cree haberlos visto antes.

Alejandro: Pero por suerte, la empleada no está aquí. No les veo en qué se parezca a ésta bella chica con Nataly Molina. Son como el día y noche, demasiado diferentes.

Lucía (molesta): Es verdad, ambas son diferentes. Además, éste (se refiere a Alejandro), nunca saldría con una empleada.

Nataly: (cambiando un poco la voz) ¿Por qué no? Las empleadas también son humanas.

Paty: Ay boludas, su voz se parece a la de Nataly ¿no creen? (Nataly se pone un tanto nerviosa).

Alejandro: Claro que no, la empleada es maleducada, testaruda, usa un niño para hacer lo que quiere (Nataly se sorprende). No tiene cerebro, es violenta. Lo que hace en casa, es un desastre (hablando fríamente). ¿Debería seguir diciendo sus verdades?

En ese momento el ascensor se para. Las empleadas se preparan para salir.

Carmen: Vamos a decirle a Nataly que éste rico, estaba hablando mal de ella. Que la estaba ofendiendo, insultando y que amenazó con matarla y hacerla pedazos. Que le dijo que era un desastre y que nació de un bulto de piedras (miente). Vamos.

Las cuatro salen del ascensor. Antonia sigue pensativa.

Antonia: ¿No creen que se parezca un poco a Nataly?

Lucía: No, son completamente distintas. ¿Se fijaron en la ropa que llevaba?

Carmen: Ni que fuéramos ciegas Lucy (empieza a inventar chismes). Esa ropa que tenía era muy cara, seguro valía más de dos mil dólares o hasta más. Seguro esa vieja del ascensor viene de una familia aristócrata, o tal vez es una asaltabancos, quién sabe.

Dentro del ascensor, Nataly y Alejandro siguen platicando.

Alejandro: No te preocupes por esas… Personas.

Nataly: No lo hago… Mejor dime, ¿qué piensas de mí?

Alejandro: Primero… ¿Cuál es tu nombre?



Nataly: (cambia de nombre) Me llamo Ximena, Ximena Montero.

Nataly le sonríe a Alejandro, sin rencor a las frías palabras que hace unos momentos, pronunció de ella.

CONTINUARÁ…

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