miércoles, 7 de enero de 2015

La Nueva Empleada [Capítulo 4]

CAPÍTULO 4

Lo que Nataly no se esperaba, es que Ricardo está en el mismo cementerio. Éste está sentado al lado de la tumba de sus padres, muy cerca de donde está Nataly, mira muy sorprendido. La joven empleada al darse cuenta de que hay alguien cerca de ella, se extraña.



Nataly: ¿Quién está ahí?

Ricardo: (cambiando de voz) Soy el hombre de la montaña.

Nataly: Ah… (Ríe)

Ricardo se levanta de donde estaba sentado para mostrar en realidad quién es.

Nataly (sorprendida y a avergonzada): ¿Qué haces tú ahí?

Ricardo: Vine a visitar a mis padres. Aunque la pregunta va es para ti. ¿Qué puedes estar haciendo tú aquí?

Nataly se atreve a responder y para evadir la pregunta, le quita a Ricardo una flor que tenía puesta en el cabello. Ella misma se la pone y empieza a hacerse rulos en su cabello.

Nataly: Desde que Alejandro Morales me despidió, he estado enloqueciendo.

Ricardo (sonriente): Veo que eres muy bonita, demasiado bonita empleada (Nataly se desconcierta). ¡Ánimo, Nataly!

CASA DE RICARDO
COCINA

La empleada de Ricardo, Antonia, está preparando el almuerzo. Suena el timbre de la casa. Ella va a abrir. Adriana que fue ex novia de Ricardo, entra atrevidamente a la casa sin pedir permiso.



Antonia (molesto): ¿Qué se le ofrece? ¿Por qué entra así? Si viene a buscar a Ricardo, él no está.

Adriana: ¿Ah no? Pues… Tengo el permiso de Ricardo para venir a supervisar la limpieza de la casa (miente).

Adriana termina de entrar al lugar. Pasa con su dedo los bordes del piso para saber si hay polvo. Antonia se molesta mucho.

Antonia: (pensando celosa) Cree que no me di cuenta que solo vino a coquetearle a Ricardo y como no estaba, se toma el atrevimiento de mirar la casa. ¡Metiche!

CASA MORALES
SALA

Nicole está cruzada de brazos en la sala de su casa. Mateo llega muy sonriente, corriendo hacia ella. Le toma de la mano.



Mateo (tiernamente): ¡Abuela, hazme algo de comer!

Nicole: (soltándose de él bruscamente) ¿¡Quién es tu abuela!?

Nicole se va de donde estaba. Mateo se pone muy triste.

Mateo: (llorando) ¡Nataly!

VENCINDARIO STREET WINKLENT
CARRETERA
CERCA DE A CASA MORALES

Lucía está pasando por una carretera del vecindario que está cerca de la casa Morales. Lleva en sus manos dos bolsas de comida muy pesadas. Para su desgracia, una de ella se le rompe, cayéndosele todas las cosas del mercado.



Lucía (asustada): ¡Dios mío! (se agacha para recoger lo que no se dañó). ¿Cómo me pudo haber pasado esto?



Justo en ese momento, Nicole pasa por allí. Lucía sin importarle su clase social, le pide que le pase una naranja que está retirada de ella.

Lucía: Madam, ¿por favor me pasa esa naranja de allí?

Nicole molesta por lo que la empleada le pidió, se para encima de la fruta, rompiéndola con su tacón. Continúa yéndose.

Lucía: (sorprendida y murmurando) Qué orgullosa. Que porque vive mejor que todas nosotras se quiere creer una princesa. Vieja antipática.

Nicole escucha los mormuros de Lucía por lo que se devuelve y le pega una leve bofetada a la empleada justo cuándo ésta se levanta.

Lucía (sorprendida): ¿Acaba de pegarme? (se alista para también empezar a pelear). ¡Haber, vuelva a hacerlo!

Nicole recoge un huevo que estaba tirado en la carretera. Se lo embarra a Lucía encima de la cabeza. Ésta no se queda atrás ya que recoge una mandarina y hace lo mismo. Las demás empleadas, Paty, Antonia y Carmen, van viniendo, muy sorprendidas por lo que están viendo.

Lucía: (gritándole a Nicole) ¿¡Crees que porque eres más rica que nosotras puedes humillarnos y dejarnos por el piso!? ¿¡Ah!? ¿Cuántas veces ha sido la esposa de alguien? ¡No nos engañemos! ¡Te casaste con el viejo de tu marido por el dinero! ¡Hipócrita!

Nicole: ¿¡Y tú qué!? ¿Cuántas veces has sido la sirvienta de una familia? ¿Diez veces, veinte? ¿Ah? ¡Sirvienta miserable! ¡No quiero volverte a ver por aquí desgraciada!

Lucía: ¡Más desgraciada tu asquerosa madre!

Lucía se le avienta a Nicole, tirándola en el piso. Empieza a pelear con ella, dándole varias cachetadas, una tras otra, muy fuertes. Sin embargo ella no se queda sin defenderse. La empuja y coge una fruta. Trata de introducírsela a Nicole por la boca cómicamente. Las demás tres empleadas vienen hacia ellas para tratar de separarlas.



Lucía: ¡Eres una orgullosa con aires de diva!

Paty trata de separarla pero en su intento, Lucía accidentalmente le golpea el ojo.

Paty: ¡Ay boluda!

Nicole: ¡Cállate la boca estúpida sirvienta! ¿¡Te gusta lavar baños!? ¡Contesta! (Antonia también trata de separarla).

Mientras las dos empleadas tratan de separar a Nicole y Lucía, Carmen con maldad, le jala el cabello fuertemente.

Carmen: ¡Lucía pídele disculpas! (ríe).

Lucía: ¿¡Disculpas a ésta vieja engreída!? (Sigue tratando de golpear a Nicole pero Paty la detiene).

Carmen pone un tacón detrás de Nicole. Cuándo esta iba a caer allí acostada, se maltrata la espalda por el tacón.

Nicole (adolorida): ¡Ayyy!

Todas ríen por la maldad de Carmen a quien fantasiosamente se le ponen los ojos rojos y se escucha en el fondo una voz maquiavélica. Todo vuelve a la normalidad y es así como Carmen, levanta a Nicole del cabello, jalándoselo fuertemente. Ella vuelve a gritar, sin embargo Nicole no se da cuenta que lo hace con intención ya que lo disimula muy bien. Es así como Fernando va llegando al vecindario en su auto. Al ver la pelea, se detiene y se baja de allí. Va directamente hacia las mujeres para separar a Nicole, de quien ha estado enamorado un largo tiempo.



Alonso, el dueño de la casa donde trabaja Lucía, también ve la pelea. Rápidamente se dirige hacia ellas para también separarlas. Cuando el anciano llega, levanta a su empleada del pasto ya que por estar peleando con Nicole, estaba allí tirada. Paty, Carmen y Antonia se sorprenden por la amabilidad de Alonso.

Paty: (pensando) ¿¡Pero…!? ¿Por qué este boludo está haciendo eso? ¿Tendrá Lucy algo con ese viejo verde? Qué horror Dios mío, protégeme.

Antonia: (también pensando) ¿Eh? ¿Qué significa esto?

Carmen: (pensando mientras se saborea la boca) ¡Quiero un tamal! Ah, sí, cierto. ¿Por qué ese viejo decrépito es tan amable con Lucy?



Fernando también levanta con delicadeza a Nicole.

Nicole: (gritando) ¡Ya te lo dije zorra! ¡No quiero volverte a ver por aquí!

Lucía: ¡Y yo tampoco quiero volverte a ver tu horrenda cara llena de botox!

Nicole es llevada por Fernando a la casa de ella. Alonso también toma a Lucía y se trae para su casa.

Paty: ¿Si vieron? Ese viejo pervertido como que está muy interesado por Lucy.

Antonia: Tienes razón, pero hizo muy bien. Y mejor recojamos todas éstas cosas antes de que se dañen.

Las tres se agachan a recoger lo que está en buen estado.

Carmen: (riendo) Jijijijiji, ¿se dieron cuenta cuando yo hice mis maldades? Le puse un tacón por detrás cuando se estaba acostando.

Paty: ¿A quién? (no ha prestado atención).

Carmen: ¿Pos a quién más Patricia? ¡A la Madam! (vuelve a reír). Y también le jalé el pelo cuando la levanté diciéndole a Lucía que le pidiera disculpas.

Todas las empleadas ríen divertidamente. Dentro de la casa de Alonso, éste persigue a Lucía quien está yendo al baño. Al terminar de ir, se encierra y se derrumba a llorar. Saca una foto donde está ella y sus dos hijos dentro del bolsillo. Mira muy triste con lágrimas en los ojos.

RESTAURANTE

Nataly está sentada en una esquina de una mesa. Al otro lado está su padre quien cena gracias a la muchacha.



Nataly (molesta): Me enteré de que sigues haciendo apuestas. ¡A este paso se te va a terminar todo tu dinero!

Braulio ve el bolso de Nataly en la mesa que los separa. Lo coge y toma la cartera de su hija, donde introduce varios billetes que él saca de su pantalón.

Nataly (indignada): ¿Ahora me das dinero? No sé si aceptártelo. No quiero que más adelante me lo cobres cuanto te quedes sin qué jugar.

Braulio antes de poner la cartera en el bolso, ve el billete de lotería de Nataly. Alcanza a ver los primeros números. La muchacha al darse cuenta, inmediatamente se lo arrebata evitando que vea que su hija es millonaria.

Braulio: Me has criticado mucho Nataly y mira que tú también haces apuestas.

Nataly: Eso es diferente. Además esto también es de... Mis amigas (miente).

Un par de borrachos que están en la mesa de al lado, le hablan con burla a Nataly.

Hombre 1: Oye muchacha, tráenos una botella de vino (ríe).

Hombre 2: ¡Vamos! ¿Qué esperas? ¿Tú no eres la mesera? Tienes cara.

Ambos ríen y en ese instante, Braulio enojado por las ofendas de los dos ebrios, se levanta del asiento golpeándolos pero ellos dos no se quedan sin defenderse, pegándole al padre de Nataly mucho más fuerte, que hasta lo tiran al piso donde le propinan una paliza.

Nataly: (gritando desesperada) ¡No! ¡Por favor no que lo van a matar! ¡Por favor!

MÁS TARDE
HOSPITAL
SALA DE ESPERA

Nataly está sentada en la sala de espera del hospital, acaba de salir de la oficina del doctor.



Nataly (triste): ¿Qué voy a hacer con mi padre? Tengo de sobra para pagar la cuenta pero no lo tengo en efectivo y temo a que alguien se entere de que soy millonaria al irlo a reclamar en el banco.

Nataly mira el reloj, decidiendo irse de aquel lugar.

SUPERMERCADO

Alejandro está haciendo una llamada en el supermercado. Afuera no muy lejos, está Ricardo.



Alejandro: (hablando por celular) Sí, necesito saber el lugar en el que se está hospedando Rosa Hernández... (Escucha la voz de la otra línea) Perfecto, por favor espere un momento encuentro dónde anotar.

Alejandro mira a sus lados, viendo de lejos en el mismo supermercado, a Nataly que está viendo el número ganador de lotería arriba en un cartel grande, comparándolo emocionada con el de su billete. De repente Alejandro llega y empieza a anotar el número de teléfono que le están diciendo por el celular.

Alejandro: (escuchando atento) 321… 672... 64... 37. Muchas gracias.

Alejandro cuelga.



Nataly (molesta): Entrégame ese papel. Podías haber anotado en tu mano con ese bolígrafo.

Alejandro: No te lo entregaré. ¿Por qué me estás persiguiendo muchacha? Regálame esto.

Alejandro levanta con su mano el billete de lotería. Nataly salta tratando de alcanzarlo. Inteligentemente la joven pisa con fuerza a Alejandro en el pie, logrando quitárselo. Nataly sale corriendo del supermercado, Alejandro también hace lo mismo pero no puede correr demasiado por lo que al ver a Ricardo, le dice que vaya por ella. Ricardo va corriendo hacia Nataly logrando alcanzarla y acorralarla.



Nataly: (suplicándole) Por favor déjame ir... Necesito irme rápido. ¡Por favor!

Ricardo con amabilidad deja ir a la muchacha que se va directamente al vecindario Street Winklent donde residen sus amigas: Paty, Antonia, Carmen y Lucía. La cámara muestra la puerta de la casa de la primera que abre al instante.

Nataly: Hola Paty... ¿Tienes algo de dinero para que me hagas un préstamo? Necesito con urgencia pagar una cuenta del hospital.



Paty: Lo siento Nataly pero todavía no he recibido mi paga (sonriente). Te prometo que cuando me paguen, te regalaré cierta cantidad. Pero, ¿vos estás enferma?

Nataly: No te preocupes, es para mi papá, que se metió en serios problemas. Hablamos luego.

Nataly se retira de allí y va a la casa de Antonia, que también le dice que no tiene dinero. La misma situación sucede con Carmen y Lucía. Cuando la joven empleada se va a ir del vecindario, Paty sale corriendo hacia ella.

Paty: (entregándole una tarjeta) ¡Oye boluda! Vi que las otras chicas tampoco te dieron dinero entonces toma esto. Es la tarjeta del lugar donde trabaja Fernando, mi jefe. Él tiene un negocio de préstamos.

Nataly: Veré que hago. Gracias Paty.

Nataly un tanto desanimada, termina de irse. Paty suspira y empieza a cloquear con sus brazos como lo hacen los patos.

Paty: ¡Cuá, cuá, cuá!

EDIFICIO DE PRÉSTAMOS
ESTABLECIMIENTO DE FERNANDO TORRES

Nataly está afuera del lugar en el que trabaja Fernando. Este tiene un negocio de préstamos y aparte, compra los billetes de lotería. Ve la dirección que hay en la tarjeta que le dio el Pato, confirmado que llegó al lugar correcto. Abre la puerta y entra muy curiosa. Al cerrarla, sin querer golpea a Fernando en la frente que justo iba a entrar. Nataly se acerca a él preocupada.



Nataly: (a Fernando) ¿Está bien señor? Perdone por favor, yo iba a cerrar la puerta y…

Fernando: (tocándose la frente) Tranquila muchacha, yo tengo la culpa porque iba a entrar.

Nataly: ¿Usted es el dueño de este lugar?

Fernando: Eh, sí… (Mira fijamente a Nataly) Tú eres… ¿Nataly Molina? (se sorprende).

Más tarde, dentro del establecimiento de Fernando, está él sentado en una silla muy cómoda. Frente a ella Nataly también tomó asiento.

Fernando: Por favor no vayas a decir nada. Temo a que el vecindario descubra este negocio que tengo.

Nataly: ¿Por qué? ¿Porque es ilegal?

Fernando: (evita las últimas palabras que Nataly dijo) ¿Necesitas Nataly un préstamo? Además de eso, también compro billetes de lotería o hago intercambios de cosas. ¿Alguna opción que te sirva?

Nataly (se sorprende): ¿También compra billetes de lotería?

Fernando: Así es, pero de los que tienen el premio mayor. A la persona que me venda el billete de lotería, sale siendo beneficiada porque en un banco donde se reclama el premio, rebajan cierta cantidad de dinero de intereses dependiendo de la cantidad del premio, mientras que yo, para beneficio propio, solo rebajaría la mitad de lo que el banco quita. ¿Entiendes?

Nataly: Sí, entiendo. Entonces… ¿Cuánto sería si me compra un billete de lotería de diez billones?

Fernando (no se sorprende): Aproximadamente el banco te quitaría dos billones, por lo que yo solo dejo para mi lado un billón, osea que te quedas con nueve y no con ocho. Esto es como un cambio de que yo te doy todo el dinero en efectivo, y tú me das el billete. Los dos salimos beneficiados porque así reclamas tú más fácil el dinero y además no te sacan tanto de intereses, y yo también termino beneficiado puesto a que al cambiar el dinero por el billete que es casi lo mismo, me gano un billón de más.

Nataly: Me parece bien señor Fernando. Entonces, ¿me puede enseñar ya todos los nueve billones? (muy emocionada).

Fernando asiente con la cabeza. Unos minutos más tarde, él está abriendo con una llave un cuarto no muy grande. Al entrar hay varios maletines grandes que están rellenas de billetes grandes. Nataly no puede dejar se sentirse muy bien, trata de olvidar los problemas que tiene. Fernando llega a un maletín que está marcado con el valor de dinero que Nataly espera. El jefe de Paty abre dicho maletín, dejando a Nataly bastante sorprendida, pues aunque esté consiente que tiene mucho dinero, nunca antes había visto tantos billetes juntos y de un valor muy grande. Se va para atrás, Fernando la sostiene.

Nataly: Por favor… ¿Puede contar el dinero?

Fernando le sonríe a la muchacha. Después, ambos están en una sala donde una avanzada máquina va contando todos y cada uno de los billetes. Varios empleados de Fernando están presentes. Finalmente todo termina de contarse, Nataly vuelve a irse para atrás pero Fernando no la deja caer.

CASA MORALES
ESTUDIO



Alejandro intenta llamar al lugar en el que está doña Rosita. Marca a varios números ya que no está seguro de cuál es el teléfono real, pues solo alcanzó a aprenderse los primeros números que anotó en el billete de lotería de Nataly. Se rinde después de continuas llamadas. Saca de un cajón una servilleta en donde está anotado el número celular de Nataly, la llama. En el establecimiento en donde ella está, no le presta mucha atención a su teléfono, pues está paralizada después de analizar bien todo lo que tiene. Minutos después, Fernando le entrega dos llaves a Nataly.



Fernando: (le entrega una de las llaves) Con esta copa de llave podrás abrir el salón donde estará el maletín de todos tus billones (le da la otra llave). Y con esta, puedes abrir el maletín que tiene candado. Te aviso que todos los maletines que hay en la sala, tienen seguro y necesitan una llave especializada, por lo que con esta llave que te estoy dando para abrir tu maletín, no puedes abrir los demás (sonríe).

Nataly: Claro que no, no pensé en eso señor.

Fernando: Ahora sí puedes entregarme tú a mí el billete de lotería que te compré.

Nataly le da el boleto de juego a Fernando. Él lo recibe guardándoselo en el bolsillo de su saco.

Fernando: Muy bien. No volverás de nuevo por aquí ¿verdad? (Nataly con su cabeza lo niega). Ahora sí puedes irte. ¡Vive como quieras, sé feliz con tanto dinero!

Nataly (emocionada con lágrimas): ¡Claro que sí señor Fernando! Muchas gracias…

Nataly se va de allí, Fernando se queda sonriendo.

AL DÍA SIGUIENTE
HABITACIÓN 302

Dentro de la habitación en la que se encuentra Braulio, éste está muy pensativo después de ver encima de una mesa de noche que hay ahí, la factura de la cuenta.



Braulio: Qué raro… ¿Con qué pagaría Nataly la cuenta?

El padre de Nataly recuerda cuando le vio el billete de lotería a Nataly el día anterior. Deja de recordar. En ese momento llegan las cuatro empleadas.



Carmen: (sentándose en la cama) ¡Buenos días señor Mario!

Braulio: (corrigiéndole) No es Mario, es Braulio. ¿Qué hacen ustedes las amigas de mi hija aquí? Por su forma de vestir, parecen viejas chismosas.

Paty: ¡Ay no inventes boludo! Nosotras acostumbrados a vestir así. Pensamos en venir de ropa negra para prepararnos para el velorio pero mejor decidimos no apresurarnos tanto.

Lucía: (la golpea levemente en el hombro) ¡Oye Patricia! No seas tan irrespetuosa con el señor padre de Nataly. Mejor saquemos ya las cartas. ¡Hazte tú en la puerta a revisar que nadie venga!

Paty se para en la puerta. Carmen saca de su bolso las cartas con las que jugarán con Braulio. Antonia empieza a repartir.

Paty: ¡Rápido asnas! Estar aquí es vergonzoso.

Una señora que pasa por allí se queda mirando a Paty.

Paty: ¿Vos qué mirás? ¿Qué se te perdió boluda?

Señora: ¡Tu madre! (ríe).

Paty se iba a ir en contra de la mujer pero justo en ese momento llega Nataly a la habitación. Todas se sorprenden al ver a su amiga allí. Braulio voltea la mirada. Nataly muy enojada arroja todas las cartas que están en la cama al piso.



Nataly (enojada): ¡Basta ya! ¿¡No están consientes de lo que hacen!? ¿Jugando cartas en un hospital?

Carmen: Ay mija no seas tan exagerada. No hay nada más bueno que jugar con un enfermo, así se muere más rápido.

Carmen ríe pero se pone seria al ver que Nataly no hizo lo mismo por su simple chiste.

Carmen: Tu padre necesitaba entretenerse un rato. Debes comprender.

Nataly: ¡Váyanse ya de este cuarto!

Nataly recoge los bolsos de las empleadas que estaban en la mesa y se los entrega, sacándolas de la habitación. Paty no se queda sin protestar. Saliendo del hospital, la argentina se queja porque se le rompió un tacón.

Paty: Ay mis queridas boludas… Que incomodidad caminar descalza por aquí. ¿Por qué no me llevas a caballito Carmencita?

Carmen (se sorprende): ¿Qué? No quiero llevarte a ningún lado, que vergonzoso sería. Además yo ya no estoy para estos trotes. Ya tengo suficiente edad muchachas.

Paty: ¡Ay tú todavía aguantas! Comprendo que ya eres una mula vieja pero aún vos resistís. ¡Mirá que soy liviana!

Carmen: Claro, pareces un cangrejo desnutrido.

La empleada de mayor edad ríe. Luego se da cuenta de que Antonia y Lucía no están ahí.

Carmen: ¿Y esas sonsas para dónde se fueron?

Paty: ¿Y yo qué sé? Seguro se cansaron de tanta cháchara que decís (se adelanta).

Carmen: ¡Oye argentina que nació prematura, regresa, espérame! ¡Eres tú la que me tienes que cargar!
Paty: (hablando desde lejos) ¡Ni más faltaba pelotuda! ¡Me muero del cansancio soportando tu peso de ballena con patas!

Carmen: (corriendo graciosamente hacia Paty) ¡Ven aquí chiquilla del demonio! ¡Tienes que aprender a respetar a los mayores!

CASA MORALES
SALA

Alejandro, Nicole y Rogelio platican sentados en los sofás de la casa. Nicole habla sobre la necesidad del servicio doméstico que hace falta.



Rogelio: No te preocupes mi amor. Pronto llegará una nueva empleada que se encargue de tanto trabajo.

Nicole (seria): No quiero una nueva sirvienta. Quiero que la joven que estaba antes, regrese. No entiendo por qué tu hijo insiste en traer de vuelta a la altanera de Rosa.

Alejandro: Si ella se comportó así con usted, motivos tendría. Ella regresa porque regresa.

Nicole: Me disculparás Alejandro, pero esa mujer ya tiene suficiente edad para hacer trabajos tan pesados. Entiéndelo de una vez. Si tanto quieres estar cerca de ella, las puertas de esta casa están abiertas.

Alejandro: Veo que has sabido aprovecharte muy bien de tu matrimonio con mi padre (se va pero después se queda escuchando detrás de la pared).

Nicole (molesta): ¿Te diste cuenta de cómo me habló Alejandro? Rogelio, tienes que contactar a la chica que antes hacía el aseo, cocinaba y cuidaba a Mateo. ¡Quiero tenerla de vuelta!

Alejandro termina de irse cuando ve que su madrastra se levanta del asiento y se dirige a su amplia habitación. Rogelio suspira resignado, hace una expresión en su rostro que indica que hablará con Nataly.

AGENCIA INMOBILIARIA

Nataly está en el edificio de una agencia inmobiliaria, esperando que le toque el turno para ir a hablar con la directora del lugar.



Nataly (con emoción): Con una buena parte de ese dinero, voy a comprar una casa... La casa de mis sueños, la que desde corta edad soñé con tener. Nadie podrá saberlo, ni mucho menos papá.

Una secretaria le avisa a Nataly sobre que puede pasar a la oficina. Ella al entrar, ve la silueta de una mujer mirando por un ventanal de vidrio grande que hay allí. La mujer gira y resulta ser Adriana. Ninguna de las dos logran acordarse de sí mismas.



Adriana: (sentándose en una silla) ¡Buenas tardes! Yo soy Adriana López, la directora de la agencia. ¿Cuál es su nombre? ¿Está interesada en algún apartamento o casa individual?

Nataly: Eh… Bueno, yo me llamo Nataly Molina. Me gustaría comprar una buena casa bastante cómoda.

Adriana: (sonriendo) ¡Perfecto! Pues ahora hay varias casas desocupadas en el vecindario Street Winklent. Es un lugar bastante bonito, muy elegante por supuesto.

Nataly se lleva una gran sorpresa cuando Adriana mienta el nombre del vecindario, dándose cuenta al instante de que es el lugar donde ella fue empleada y donde sus amigas residen.

Adriana: ¿Entonces, acepta? Le recomiendo muy bien aquel vecindario, es donde yo me pasé recientemente.

Nataly: (pensando) Aceptaré. Será mucho mejor de esta forma, así estaré más cerca de Paty, Carmen, Antonia y Lucía. Y con especialidad, cerca del niño Mateo (deja de pensar). Sí, compraré una de las casas del vecindario que me dice.

Adriana: ¡Muy bien! Espere por favor un momento trato de conseguir algunas fotos de las casas para que termine de gustarlo. También traeré unos documentos (antes de irse). Pero primero dígame una cosa… ¿Pagará por cuotas mensuales o la comprará de una vez?

Nataly: La compraré de una vez.

Adriana se levanta del asiento sin dejar de sonreír y sale de la oficina.

Nataly: Wow, qué casualidad… Lo más casual es que la tal Adriana vive allá. Me parece tan conocida. Mucho antes Antonia me mentó a una mujer llamada así. ¿Será la misma? (extrañada).

Momentos más tarde, Nataly sale de la agencia inmobiliaria con varios documentos que están dentro de una carpeta café. La joven empleada está muy emocionada. De repente le suena el celular.

Nataly: (contestando) ¿Hola?



Alejandro: (al otro lado de la línea) Necesito que vengas un momento al vecindario. ¡Rápido! (cuelga).

Nataly (extrañada): ¡Qué raro! Ni si quiera saludó. ¿Para qué me necesitará?

UNAS HORAS MÁS TARDE, NOCHE
VECINDARIO STREET WINKLENT

Nataly está en el vecindario, cumpliendo con la llamada de Alejandro sin pensar que él la pudo haber llamado solo para hacerla venir con prisa. Llega hasta un punto donde está estacionado el auto de él. Alejandro al verla, la llama. Segundos después, ambos están dentro del vehículo.



Nataly: ¿Para qué me llamaste de esa forma? Eres un maleducado, no eres capaz de saludar.

Alejandro: Necesito hablar contigo sobre Rosita, que fue despedida injustamente.

Nataly: Yo también fui despedida de una forma parecida, y no fue justo. ¿Qué dices respecto a eso?

Alejandro: (cambiando de tema) Tú me gustas, pero a la vez no.

Nataly (sorprendida): ¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Cómo que… Te gusto?

Alejandro: ¿Tienes curiosidad? (Nataly asienta con la cabeza desconcertada). Entonces trata de seducirme (sonríe).

Por la misma carretera donde está estacionado el auto de Alejandro, pasa el vehículo de Fernando. Este al ver a la chica, se incomoda, creyendo que podría decir algo sobre su trabajo.

Nataly (nerviosa): ¡Oh, hace calor! (soplándose con la mano).

Alejandro: Dices que hace calor y en realidad hace frío.

En ese instante, Nicole y Rogelio llegan. Éste último está cargando en sus brazos a Mateo.



Nicole (muy extrañada): ¿Qué hacen ustedes dos solos ahí encerrados?

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