martes, 23 de diciembre de 2014

La Nueva Empleada: Capítulo 2

CAPÍTULO 2



Nataly sale del almacén, en la entrada, al lado suyo hay un joven muy apuesto tomando un refresco; es Alejandro, que viene muy completamente cambiado pero ninguno de los dos se reconocen.

Alejandro: La ciudad no ha cambiado nada, es la misma de antes.

UNA SEMANA ANTES

Nataly con un esprimidor de jugo, hace jugo de naranja en la cocina de la casa Morales. Mientras tanto, Lucía también prepara algo en la casa de Alonso, cortando en varios pedazos varios tomates y empezando a preparar salsa especial. En la casa de Ricardo, Antonia también cocina, fritando algunas patatas en un sartén mientras también hace ensalada. A fuera de la casa de Paty, ella recoge las frutas y cultivos que han nacido. De nuevo Nataly que está revolviendo el jugo con una cuchara, Lucía prueba la salsa especial que hizo mientras que Antonia pone la ensalada en una bandeja grande de comida y las patatas encima. Paty lava las frutas y la lechuga que cogió y las vierte también en una bandeja.

CASA MORALES
COCINA

Nataly reparte varios platos pequeños y empieza a preparar camarones para ponerlos allí.

CASA FAMILIA RIVERA





Lucía, termina de cocinar comida vegetariana a la que le piensa vertir la salsa por lo que le pregunta a Cecilia que estaba tomando un café sentada en un sofá de la sala que está cerca de la cocina.



Lucía: ¿Vierto la salsa señora?

Cecilia: (gritando a una habitación donde está Teresa) ¿Que vierta la salsa nuestra sirvienta?



Teresa: ¡Sí!

Cecilia: (a Lucía) Pónsela sirvienta.

Lucía vierte la salsa a la comida vegetariana.

CASA DE RICARDO
COCINA





Antonia también termina la ensalada con patatas y en ese momento entra Ricardo sonriendo como siempre.



Antonia: ¿Por qué te unes a ellas? (las empleadas)

Ricardo no responde y toma una patata comiéndosela.

Ricardo: ¡Ah, qué rico! (se va)

CASA DE FERNANDO





Paty también termina la comida para Fernando, que se ve muy sencilla, en ese momento se acerca a ella Fernando.



Fernando: No, no, no, no... ¿Crees que la comida puede ser solo así? La reputación de mi hija está en juego.

Paty saca de una olla caliente un cangrejo para comer que ya está cocinado y lo pone encima de la lechuga y frutas mirando seriamente a Fernando.

CASA MORALES
COCINA





Nataly finalmente le agrega un poco se salsa a los camarones, llegando Nicole en ese momento.



Nicole: Trae una botella de vino (ve los camarones terminados y sonríe)

Nataly: Sí.

Nataly rápidamente se va a la licorera que está dentro de la cocina y coge una botella de vino barato llevándolo a Nicole quien la mira riéndose.

Nicole: Lo sabía, sabía que cogerías alguno de estos...

Nicole va a la licorería y coge otra botella de vino más fina.

Nicole: Qué ignorante... aunque te lo dijera cien veces, no lo sabrías. ¿Por qué? ¿Por qué simplemente no sirves tu vino favorito?

Nataly: (sonriéndole) Así soy yo... Lo siento, Señora.

Nicole: Lo sé, si fueras inteligente. Yo no podría vivir disfrutando de tu comida. ¿Quieres ir a clases de vino conmigo? Tus habilidades para preparar comida ha mejorado, ¿verdad? (Nataly solo le sonríe).

En la salida de una casa, está Ricardo con una canasta donde hay frutas, está esperando a alguien y de repente de la casa sale una mujer elegante, Ricardo se esconde para que no lo vea. Es Adriana, que es quien vive en la casa y ha llegado recientemente al vecindario. Sale con un plato grande cubierto de prástico y dentro hay comida. Cuando ya está un poco alejada de su casa, Ricardo sale tras ella y le toca el brazo riendo.



Ricardo: (riendo) ¡Hola!... Desde que volviste, el lugar está más brillante (Adriana ríe y sigue caminando con Ricardo)

Adriana: Soy una mujer medio casada.

Ricardo: (desconcertado) ¿Medio? ¿Cómo que medio?

Adriana: Sí, Volví luego de un compromiso roto, así que estoy medio casada.

Ricardo: (suspira) ¡Ah! La sociedad de ahora...

Adriana: Antes de que empiecen a hablar a mis espaldas...voy a callarlas yo misma.

Ricardo: (de nuevo sonriéndole) Buena idea, Adriana. Así que sabes qué tan intrometidas son las sirvientas del vecindario.

Adriana: (ríe) Ah, sí... escuché que Alejandro llega esta semana.

Ricardo: ¿Por qué? ¿Extrañas a ese tonto?

Ricardo y Adriana llegan así al jardín de la casa Morales quienes preparaban una reunión de vecindario, allí están Cecilia y su hermana Teresa.

Adriana: (saludando y sonriendo) Hola...

Ricardo: (también saludando y sonriendo) Buenas noches señoras...



Cecilia: (sonriendo) ¡Bienvenidos!

CASA DE RICARDO
CUARTO DE LAS EMPLEADAS

Nataly, Paty, Antonia y Carmen están reunidas en el cuarto en donde Ricardo las deja, allí todas juegan cartas a excepción de Nataly que está muy atenta al televisor esperando el resultado del sondeo de la lotería.



Carmen: (a Paty que siempre trata de hacerle trampa a Carmen) ¡Hey, tomaste mi carta!

Paty (enojada): ¿Qué? ¡Claro que no! ¡No bromees boluda!

Presentador del programa: (en el televisor) Bueno, comencemos... El orden no importa mientras los números coincidan. Los ingresos de la lotería benefician bajo la discapacidad de los mayores.

Carmen (lusionada): ¡Nuestro presentador de lotería es muy guapo...!

Paty mira a Carmen queriéndole decir que está soñando con el presentador.

Antonia: ¡Es mi tipo ideal!

Presentador del programa: ¡No pierdan la oportunidad! (en el televisor se empiezan a ver los números ganadores) El primer número es...

Antonia: ¿Por qué sólo presenta la lotería?

Nataly: (quien está anotando en una libreta los números ganadores) También presenta las noticias.

Antonia (sorprendida): ¿Dónde?

Carmen: Mejor ve las noticias niña.

Nataly (desilusionada): ¡Demonios! (se voltea hacia sus amigas)

Paty: ¿Perdimos?

Carmen: (a Paty) ¿Tienes que preguntar? Ésta es una casa grande y vacía... ¿por qué nos tenemos que quedar en este lugar tan pequeño?

Antonia: ¡Hey!

Carmen: Al principio, pensaba que las cámaras de seguridad eran para espantar a los ladrones.

Antonia: Pero no es así.

Carmen: El miedo más grande de dejar una casa sola mientras no están, es que los ladrones puedan llevarse las cosas. Pero una ama de llaves puede tocar, usar o robar sus cosas.

Nataly: Qué decepcionante...

Carmen: (a Antonia) Así que, sólo limpia hasta que brille... y como la sirvienta, quédate encerrada en este cuartito. Básicamente eso es lo nos dicen.

Nataly: Que mezquinos...

Carmen: ¡Totalmente!

JARDÍN CASA MORALES

Ricardo, Adriana, Nicole, Cecilia y Teresa están cenando en una mesa grande y larga que está en el jardín de la casa Morales, allí está la comida que las empleadas prepararon.



Cecilia: Se ve todo delicioso (le pasa a Teresa un camarón con el tenedor) Come más de esto (también empieza a comer los camarones que Nataly preparó) Oh, cielos... (a Nicole) ¿cómo puedes tener tan buena suerte? ¿Por qué nuestra sirvienta no puede hacer cosas así?

Nicole: ¿De qué hablas? (mintiendo) Nuestra sirvienta tampoco puede hacer cosas como éstas.

Cecilia (sorprendida): ¿Qué? ¿¡Cómo!? ¿Entonces dices que todo esto lo hiciste tú? Oh, cielos, no hay duda...

Ricardo: (mirando los camarones atentamente) ¡Guau! Este camarón está tan recto como usted señora Nicole.

Nicole: (riendo) Es un cumplido, ¿verdad?

Ricardo: Qué miedo, ¿cómo me lo puedo comer? ¿Le muerdo la cabeza primero?

Adriana: Esto de aquí... ¿cómo cortó el camarón?

Teresa: (tambén mirando sorprendida el camarón) ¿Cómo hizo que el camarón se quedara recto?

Cecilia: Aquí hay algo diferente en la cabeza del camarón. ¡Dinos cómo lo hiciste!

Nicole no podía responder porque no había hecho nada y solo sonríe hipócritamente.

Nicole: (levantándose del asiento) Eh, permiso... Tengo que ir a hacer algo.

Nicole se aleja de allí y llama por celular a Nataly.



Nicole: La cabeza... La cabeza... La cabeza... ¿cómo hiciste que se quedara recta?

Nataly: ¿Qué?

Nicole: ¡La cabeza del camarón! ¿Cómo lo hiciste?

Nataly: ¡Ah! No puede cortarle la cabeza. Le clava un cuchillo en la parte de atrás y lo levanta para que se abra. Y luego sólo le pliega la cola.

Nicole (con asco): Que vulgar...

Nataly: ¿Qué?

Nicole: Nada. ¡Adiós! (cuelga). Tomar la cola y...



Carmen: (a Nataly) ¿Qué? ¿Qué te dijo?

Nataly: (hablando de Nicole) ¿Por qué va a las clases de comida italiana? Lo supe desde el día en que me siguió como mi sombra. Va a esas cosas pero al final me ordena a mí que lo haga todo. ¡Sólo va para aparentar! ¿Por qué tiene que estudiar cocina si no lo va a hacer?

Carmen: ¡Paty! ¿Por qué no metiste a escondidas un poco de ensalada orgánica?

Paty: No, no es orgánica.

Carmen: ¿Qué?

Antonia: ¿No son esas las que el Sr. Fernando cosecha orgánicamente? En cuanto se despierta, va a cuidar de su jardín. No hay dueño más dedicado que él, ¿verdad? (todas dicen que sí con la cabeza)

Paty: Él está ocupado. Ahora yo las cosecho.

Nataly (sorprendida) ¿Tú?

Paty: Sí. Hay muchos insectos... los mato en secreto con veneno. Esos insectos son una molestia.

Nataly: ¡Te van a descubrir!

Paty: No, no me van a descubrir, ¡sé lo que hago!

Carmen: Mira, mira ahí, es diferente. La lechuga orgánica real se ve diferente porque los insectos comen de ella. Así les gustan a los clientes. Si están muy lisas... te preguntan si usas pesticida y no les gusta. Te van a descubrir.

Paty: (riendo) Por eso uso mis manos para hacer parecer que los insectos se las comieron.

Antonia: (riendo) Paty, ¿quién te enseñó a hacer algo así?

Paty: No lo sé.

Carmen: Ahora es astuta como una zorra. Dice que no sabe cuando la van a culpar, fingiendo ser inocente.

Nataly: ¿Por qué no viene Lucía? Parece que hoy no pudo venir.

Antonia: ¿No a parecido estar actuando rara ella ahora? Parece un perro en celo (Carmen le empuja la cabeza molesta por lo que dice). ¡Auch! ¿Por qué fue eso?

Carmen: ¿Acaso tu lengua y tus pies intercambiaron lugares?

Antonia: (se levanta del piso enojada) Un perro es un perro, ¿de qué otra forma lo llamas?

Carmen: ¡Aún así, mocosa! (también se levanta y la enfrenta) ¿Cómo puedes decir algo así? ¿Qué? ¿"Un perro en celo"? A tu edad, ¿puedes decir algo así? (Nataly también se levanta para evitar un problema) Te estoy disciplinando porque eres como mi hija, ¿entendido) (Paty también se levanta)

Antonia: ¡Oh cielos! (patea las cartas con las que estaban jugando y se va enojada)

Carmen: ¡Oh, cielos! ¡Ésta mocosa! ¡Mira su actitud!

Nataly: (va tras Antonia) ¡Antonia!

Carmen: ¡La voy a matar! (trata de ir hacia ella pero Paty la detiene).

Paty: ¡Amiga, calmáte!

Carmen: ¡Una veinteañera hablando así! ¡Qué grosera, esa mocosa! (ve las cartas desordenadas y las termina de patear) ¡Hay que limpiar eso!

Carmen se va tras Antonia y Paty se queda sola enojada y desesperada.

Paty: Siempre se pelean, ¿por qué nos juntamos entonces? ¡Che! Los norteamericanos son gentes muy extraña.

Paty se agacha para limpiar todo.

CASA FAMILIA RIVERA

Todo está oscuro en la casa de la familia Rivera, Lucía está en su habitación, Alonso curioso se acerca allí y trata de mirar por por las rendijas de la puerta a Lucía.



Alonso: Sirvienta...

Lucía: Me estoy cambiando. Un minuto. Saldré enseguida.

Alonso: (riendo abre la puerta) Señorita Lucía...

Alonso entra a la habitación. En el jardín de la familia Morales, Nataly va a la mesa grande donde estaba la comida y ve que todos ya se fueron por lo que luego se acerca a la casa de la familia Rivera a llamar a Lucía.



Nataly: ¡Lucía!

En ese momento Carmen y Paty también vienen y se hacen al lado de Nataly para también llamar a su amiga Lucía.



Carmen: ¡Oh Lucía!

La luz de la habitación de Lucía, de repente se apaga y las empleadas se quedan sorprendidas.

AL DÍA SIGUIENTE
CASA FAMILIA RIVERA
COCINA

Lucía prepara el almuerzo para Alonso, Cecilia y Teresa, mientras eso, éstas dos últimas van yendo al comedor para desayunar.



Cecilia: ¿De verdad crees que la Sra. Castillo hizo ese platillo?

Teresa: Cuando los cerdos vuelen, ¿le creerás? Esa mujer nunca ha tocado ni la cáscara de un tomate. ¿Y la cabeza del camarón? ¿cómo lo hizo? Ella no lo sabía.

Cecilia: (dándole la razón) Cierto.



Ambas llegan al comedor y allí se sientan junto a Alonso que también está en el comedor, Lucía les trae el almuerzo que es sopa.

Teresa: Después de que la abuela Rosita se fue, ¿quién hubiera pensado que
serían tan afortunados? (Lucía se va) ¿No deberíamos nosotros cambiar también a nuestra sirvienta?

Cecilia: ¿Quieres que busque otra?

Alonso: (tomándose la sopa) ¡Wow, delicioso!

Cecilia: ¿Quieres un poco más?

Teresa: ¿Yo?

Cecilia: Sí, ¿quieres un poco más?

Teresa: No, está muy salada. ¿Qué tiene de buena? (Alonso las mira molesto).

Cecilia: Cierto.

Teresa: Mujeres de nuestra edad, no deben de tomar tanta sopa.

Cecilia: (a Lucía) Sirvienta Lucía, sírvale más sopa al Sr. Rivera.

Lucía le trae más sopa a Alonso, cuando se la trae, él empieza a tomarla muy satisfecho.

Añonso: ¡Delicioso!

CASA MORALES
BIBLIOTECA





Nataly está limpiando duramente la biblioteca de la casa Morales que está completamente empolvada y sucia, en ocasiones, se toca adoloridamente la espada por hacer tanto trabajo. Después de limpiar el piso y sacudir la estantería de libros, empieza a limpiar una mesa, pero curiosa abre un cajón y allí hay una billetera y una servilleta en donde está un número telefónico, Nataly no le presta atención a la servilleta y solo saca y abre la billetera viendo unos billetes.

Nataly: Este es el dinero que me ganaba en una semana en el restaurante, definitivamente esto debería ser para mí. Pero no puedo decir que es mío.

Nataly cierra la billetera y la guarda en el cajón, al abrir otro cajón, encuentra varias cartas y las coge.

Nataly: Ya pasaron 3 años desde que vine a esta casa.

3 AÑOS ANTES
BOSTON
CASA DE ALEJANDRO
ESTUDIO




Alejandro está sentado en una silla escribiendo una carta sobre el escritorio del estudio que la iba a enviar a Rosita.

Alejandro: (escribiendo en la carta con un bolígrafo) ¿Estarás bien abuela? Ya te extraño. Te puedo imaginar desempolvando y limpiando esa enorme casa. Crecí comiendo bien y estando cómodo. Abuela, ¿cómo está tu rodilla que siempre has tenido enferma? ¿y tu espalda?

JARDÍN CASA MORALES





Rosita está sacando varias cartas que le envió Alejandro en el buzón de la casa Morales ya que él cree que aún está trabajando allí. Nataly también está en el jardín de la casa, cargando y arrullando a Mateo, Nataly está desconcertada por la anciana que no conoce por lo que se acerca a ella.



Nataly: ¿Qué hace?

Más tarde, Nataly y Rosita están dentro de un auto. Rosita le contó la historia que tuvo en la casa Morales a Nataly.

Nataly: No robé su trabajo, ¿o sí? (Rosita no responde) Lo lamento...

Rosita: Si lo lamentas, ¿harías algo por esta anciana?

Minutos después, en el mismo auto, Nataly escribe una carta que le está dictando Rosita.

Rosita: (dictándole a Nataly) Joven Amo, no se salte las comidas y coma bien. Me está yendo bien. Su padre y su nueva madre me tratan bien (Nataly la mira porque sabe que es mentira) Está estudiando lejos de casa y eso sólo lo distraería. ¿Qué bien le haría saber que una anciana ha sido echada? Guarda el secreto.

Nataly: ¿Qué pasa si llama y pregunta por usted?

Rosita: ¿No sabes mentir?

Nataly: ¿Qué pasa si llegan más cartas?

Rosita: Sólo dile que estoy muerta. Entonces eso lo arregla.

Nataly: Entiendo señora...

Rosita: De acuerdo (se iba a bajar del auto pero Nataly la detiene).

Nataly: Yo sólo soy la niñera, la Abuela fue de compras... Está en el baño, está tomando una siesta, etc... Mentiré así.

Rosita: Señorita... Ese bebé no es del Joven Amo, es del dueño, del señor Rogelio que mucho antes de casarse con la señora Nicole, tuvo una relación con una asiática.

Nataly (se sorprende): Ah... está bien.

Rosita: Si no regreso... ¿Podrías tú responder sus cartas?

Nataly asienta con la cabeza. Mientras van pasando las estaciones de cada año: invierno, verano, otoño y primavera, Nataly sale siempre al buzón de correo de la casa Morales, saca las cartas enviadas por Alejandro y las guarda en un cajón de una mesa que está en la biblioteca. Cuando otra carta llega, Nataly decide abrirla y ve lo que dice.


"Querida Abuela, a quien extraño. Cuando llamo, me dicen que te acabas de ir. No hay respuestas a mis cartas, me muero de preocupación. Tomaré un vuelo a Miami ahora mismo para asegurarme que estés bien, pero me estoy conteniendo así que por favor responde esta carta..."


Nataly termina de leer la carta y le habla a Mateo que está acostado en el carrito de bebé.



Nataly (tiernamente): Tu hermano mayor está esperando una respuesta.

Minutos después, Nataly está sentada en el piso escribiendo una carta que la enviaría a Alejandro haciéndose pasar por Rosita.

Nataly: (escribiendo la carta) Para el joven Amo que extraño... (piensa y nuevamente escribe) Querido joven Amo, ¿Cómo está el clima en Nueva York? Pienso en usted cada vez que limpio el estudio. Ha leído todos esos libros y me pregunto cuánto más puede aprender que se fue a un lugar tan lejano. ¿Para estudiar más? La próxima vez dígame qué quiere comer. Esta abuela lo preparará y se lo enviará.

DÍAS DESPUÉS
BOSTON
CASA DE ALEJANDRO
AFUERA





Alejandro recibe una salsa picante que Nataly le envió pero que él cree que su abuela se lo envió desde Miami, por lo que también decide luego enviarle una hebilla de cabello.

DÍAS DESPUÉS
CASA MORALES
JARDÍN





Nataly recibe un sobre de carta y dentro tenía una hebilla y también decía...

"Esto no es caro, pero quiero que te veas bonita...
Mantente saludable.
Te quiero

Nataly se la pone y sonríe.

DÍAS DESPUÉS
AEROPUERTO DE MIAMI




Alejandro llega del viaje desde Boston a Miami, está completamente cambiado, ya se viste mejor, no usa lentes y no parece tan sonriente como lo era antes. En el aeropuerto, hay cabinas de llamadas, se acerca a una de llas y llama a la casa Morales para avisarle a Rosita que ya va para allá pero allí nadie le contesta colgando el teléfono y yéndose del aeropuerto a tomar un bus que lo dirigiera cerca a su casa.

ACTUALIDAD
ALMACÉN DE VENTAS DE BILLETE DE LOTERÍA





Nataly está en un almacén en donde venden billetes de lotería.

Vendedor: Creo que el dinero para el sorteo es muy poco. Juegas cada noche, pero sólo compras un boleto de lotería de 10 dólares, ¿es suficiente? Siempre pierdes.

Nataly: No compramos boletos de lotería pensando que ganaremos. Si ganamos, sería genial. Si no, sólo nos deshacemos del estrés. Es pura diversión. Adiós.

Vendedor: Adiós.

Nataly sale del almacén, en la entrada, al lado suyo hay un joven muy apuesto tomando un refresco; es Alejandro, pero ninguno de los dos se reconocen. Nataly piensa un momento y vuelve a entrar al almacén y pone otros 10 dólares sobre la vitrina del vendedor.

Vendedor: ¡Guau! ¿Qué rayos? Hey, ¿qué se celebra hoy que compras dos?

Nataly: (mirando la foto de su madre) Nada.

A fuera, Alejandro dice.



Alejandro: La ciudad no ha cambiado nada, es la misma de antes.

Alejandro se va de allí y empieza a caminar por la ciudad también dirigiéndose a su antigua casa. Se detiene frente un almacén donde venden celulares y entra allí.

Alejandro: (al vendedor) ¿Puede venderme un celular ahora mismo?

CASA MORALES
COCINA





Nataly que recién llegó a la casa, cocina el almuerzo pero de repente, el teléfono suena por lo que se limpia sus manos y va a contestar.

Nataly: Hola, residencia de Rogelio Morales.



Alejandro: (en el otro lado de la línea) Quiero hablar con la Abuela.

Nataly (desconcertada): ¿Quién habla?

Alejandro: (mintiendo para darle una sorpresa a Rosita) Hablo desde Boston, con la abuela por favor.

Nataly: La abuela está... (se sorprende) ¿De dónde llama?

Alejandro: (sonriendo) Soy Alejandro Morales.

Nataly se queda muy sorprendida porque acaba de recordar lo que Rosita le dijo hace tres años sobre Alejandro.

Nataly: La abuela estará en casa pronto...

Alejandro: Estaré pronto allá, pero por favor, dígale usted que la llamé de Boston. Es una sorpresa para ella.

Alejandro cuelga y se va del almacén. Nataly también cuelga muy sorprendida y nerviosa porque no sabe qué hacer respecto a la llamada de Alejandro, pues éste cree que Rosita sigue trabajando allí ya que Nataly desde hacía tres años le enviaba cartas haciéndose pasar por Rosita así como ella se lo pidió. Nataly sale de la casa corriendo desesperada y mirando para atrás, de repente, se tropieza y cae bocabajo sobre la carretera.

Uno de los tacones que Nataly llevaba puestos que en realidad son de Nicole, se sale del pie de ella y cae por otra parte. En ese momento, Alejandro llega allí y se acerca a ella.

Alejandro: ¿Se encuentra bien?

Nataly: Ah... Sí (pasa un momento y no escucha a nadie) ¿Ya se fue? ¿Hay alguien ahí? Que vergüenza.

Alejandro que no se había ido, se agacha y voltea a Nataly, sorprendiéndose y reconociéndola.

Alejandro: ¿Qué haces aquí? (sonríe y ve la herida que tiene Nataly en la rodilla del pié derecho).

Nataly: ¿Te conozco?

Alejandro: ¿No me recuerdas? ¿No me has visto antes?

Nataly: (se levanta quedando sentada en la carretera) No, aunque lo hubiera hecho... ahora, quiero fingir que no lo conozco.

Alejandro: ¿Crees que puedas caminar?

Nataly: Claro que sí.

Alejandro: ¿Así? (mira los tacones que llevaba puestos y Nataly también los alcanza a ver).

Nataly (asustada): ¡Oh! ¡Los zapatos de Madam! (trata de levantarse pero no puede).

Alejandro: Vamos al hospital.

Nataly: ¿Por qué debería?

Alejandro: (le corre el cabello de la cara sonriendo) No has cambiado ni un poco. Eres la misma.

Más tarde, Nataly y Alejandro van caminando juntos por un parque rodeado de árboles. Nataly tiene su pie derecho encima del pie de Alejandro quien la ayuda a caminar.

Alejandro: ¡Qué pesada eres!

Nataly: Aunque lo sea, sopórtalo. Debiste haberte ido rápido cuanto te pregunté si te habías ido.

Alejandro: Agradezco que no te hayas caído de cara frente a mí. Fue muy difícil no reírme.

Nataly se detiene y mira a Alejandro enojada, se suelta de él y ella sola se va cojeando pero Alejandro va tras ella rápidamente.

Alejandro: Dije que te apoyaras en mi pie.

Nataly: Olvídalo.

Alejandro: No te cobraré.

Nataly sigue cojeando sin prestarle atención y Alejandro sigue tras ella pero también empieza a cojear.

Alejandro: Dije que fue difícil no reírme. Nunca dije que me haya reído. Yo soy... (siguen cojeando) Soy Alejandro Morales.

Nataly deja de cojear y se sorprende al escuchar el nombre, baja el pie y lo pone sobre el de Alejandro.

Alejandro: Me alegra verte. ¿Has estado bien?

Minutos después, Nataly está sentada en una pequeña banca afuera de un almacén de zapatos, allí está Alejandro que está comprando un tacón igual al que ella etenía puesto. Sale y se lo entrega a Nataly quien lo resibe con la cabeza baja muy nerviosa.

Alejandro: Póntelo.

Nataly: ¿De verdad eres Alejandro Morales?

Alejandro: Te llamaré.

MÁS TARDE
VECINDARIO





Un auto llega el vecindario y es el de Ricardo, que está sonriendo y cantando dentro de él, Alejandro va caminando por las aceras, Ricardo lo ve y cree que es alguien nuevo.

Ricardo: ¡Qué aburrición! Este vecindario es aburrido.

Ricardo sigue conduciendo y saca su pie por donde está el retrovisor y sigue cantando. Alejandro lo mira riendo y llega a su casa, la mira atentamente y suspira. En el jardín está un perro lobo que siempre ha tenido, cuando lo ve, se va corriendo hacia él muy feliz, acariciándolo. Luego va a la puerta de la casa, y toca el timbre, nadie le abre, así que entra él mismo con una llave que tenía guardada.

Alejandro: (feliz) ¡Abuela!

Alejandro se va a buscar a los demás lugares de la casa a su abuela, llega al cuarto donde dormía Rosita, pero antes de entrar, sonríe y toca la puerta, pero al ver que nadie le va a abrir, entra serio y ve todo el cuarto cambiado, dándose cuenta que su abuela no está ahí.

Alejandro: (gritando) ¡¡¡ABUELA!!!



Nataly está escuchando todo detrás de la puerta de la casa, al escuchar el grito de Alejandro, nerviosa se va corriendo y se mete dentro de la pequeña casita del perro lobo en el jardín. Ricardo quien pasaba por allí con un balón, ve a Nataly y hacia allí.



Ricardo: (agachándose a la casita) ¡Hola!

Nataly: ¡Vete! ¡Vete rápido!

Ricardo: ¿Qué estás haciendo ahí? ¿Hay espacio ahí? ¿Debería entrar? (trata de entrar pero Nataly con señas trata de detenerlo)

Nataly: ¡No entres!

Ricardo: ¿Por qué? ¿Qué haces ahí?

En ese momento llega Alejandro, Nataly se sorprende y se queda callada.



Alejandro: Ricardo, ¿qué clase de persona eres?

Ricardo: ¿Quién eres?

Alejandro: ¿Qué pasó con la abuela?

Ricardo: ¿De casualidad eres Alejandro? (se levanta) ¿Alejandro? ¡Alejandro!

Ricardo abre sus brazos para que Alejandro lo abrace, pero Alejandro lo toma de la camisa y lo estruja.

Ricardo: ¡Hey! Suéltame. ¿Qué es esto? ¿Qué te hice? ¡Suéltame!

El perro empieza a ladrarle a Nataly.

Nataly: (en voz baja desesperada) ¡Silencio! Silencio... ¡Por favor!

Alejandro se da cuenta de que alguien está dentro de la casita por lo que se agacha y ve a Nataly, ésta se pone mucho más nerviosa y se sorprende tratando de mirar para otro lado.

CONTINUARÁ...

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