jueves, 18 de diciembre de 2014

La Nueva Empleada: Capítulo 1


CAPÍTULO 1

Un auto lujoso, llega a un elegante vecindario, allí están varias empleadas de sus respectivas casas haciendo algunos oficios; unas riegan las plantas y otras recogen las hojas caídas de los árboles. Aquellas empleadas miran entrar el auto al vecindario y dentro de ese auto está Nicole Castillo, la nueva esposa del dueño de una de las empresas más importantes del país, Rogelio Morales. Nicole miraba por la ventanilla del auto a aquellas empleadas con atención junto a su esposo, Rogelio.



Nicole: ¿Son las vecinas?

Conductor del auto: (viendo a Nicole por el retrovisor del auto) Son sirvientas de sus correspondientes casas.

Nicole (indiferente): ¿Todavía se usa la palabra "sirvienta"?

Conductor del auto: Lo siento.

Nicole: No tiene por qué sentirlo. Una sirvienta es una sirvienta. La palabra "ama de llaves" no encaja realmente. "Ama de llaves" es muy larga a comparación de "sirvienta". Es una molestia (Rogelio sonríe).

Conductor del auto: Sí, por favor hábleme cómodamente, Señora (detiene el auto frente a la casa de Rogelio).

Rogelio: Está bien, así que ábrele la puerta a nuestra señora. Cuida bien de ella (besa la mano de Nicole).

El conductor del auto se baja y le abre la puerta a Nicole, quien se baja y todas las empleadas se quedan mirándola sorprendidas quienes empiezan a murmurar. Dos de ellas se ajuntan hablar.



Carmen: Creo que vuelven de su luna de miel. Cada nueva esposa que tiene, es más joven. Se ven muy felices los recién casados.

Paty: Es un hada. De ella sale un billón de dólares.

Carmen: ¿Un billón? El dinero es genial, ¿verdad?

Nicole se para en frente a su nueva casa, suspira y mira todo el alrededor sonriendo pero al ver que las empleadas la miran, cambia de cara por seria y le da curiosidad al no ver que la empleada de su casa no sale.

Nicole: ¿Por qué no sale la sirvienta de ésta casa?

En ese momento al vecindario se acerca un taxi y dentro de él está el conductor del auto y una anciana con un bebé que cargaba.

Anciana: (le entrega dos billetes al conductor de taxi) Tome.

Conductor de taxi: Sí.

Anciana: ¿Seguro de que ésta si es la calle que le indiqué?

Conductor de taxi: Sí. Por favor salga rápido.

Anciana: Sí, sí.

La anciana que se encuentra desconcertada, sale del taxi cargando al bebé sin percatarse que dejó su bolso en el asiento del vehículo. La anciana solo mira a su alrededor confundida. El taxi se va y se acerca un auto por la misma carretera que necesitaba pasar en donde estaba la anciana. Dentro de ese auto, está Teresa Mansilla y su hermana Cecilia.



Teresa: (que es la que conducía) ¿No puede moverse más rápido esa anciana?

Cecilia: ¡Odio esperar!

La anciana se dio cuenta que dejó su bolso dentro del taxi empieza a gritarle mientras se iba.

Anciana: ¡Dios mío! ¡Taxi! ¡Taxi! ¡Traigo algo importante ahí! ¡Taxi, espere! ¡Taxi!

Las empleadas miraban como se iba el taxi pretendiendo detenerlo pero ya era demasiado tarde.

Teresa: ¿Ahora qué? (suspira) Esa anciana...



Teresa hace sonar la bocina del auto, causando que la anciana del susto se caiga no soltando al bebé pero dejando caer una leche en tarro que llega rodando a los pies de Nicole que también estaba mirando todo. Teresa y Cecilia se bajan del auto asustadas porque algo malo les pudo haber pasado a la anciana y al bebé que cargaba.

Cecilia: (acercándose y levantando a la anciana) ¿Se asustó? ¿Está bien?

Anciana: (levantándose con ayuda de Cecilia) En ese taxi, en ese taxi dejé mi bolso. Ahí estaba algo muy importante, allí está el nombre del padre de este bebé que vive en este vecindario (las empleadas se acercan). Su madre huyó abandonando a su hijo pero dejó una carta y ahí es donde está el nombre del padre.

Carmen (con curiosidad): ¿Cuál es el apellido del padre?

Anciana: Morales... Morales...

Paty (sorprendida) ¿Morales?

Antonia (otra de las empleadas) ¿No es Ricardo González?

Anciana: No, pero... ¿Si es Morales? ¡Cielos!, cada vez que me hago vieja se me olvidan más las cosas. Creo que es mejor ver la cara de cada uno de todos los que viven aquí para comprobar si se parecen al bebé.

Minutos más tarde, se ven reunidos a Ricardo, Nicole, Rogelio, Antonia, Paty, Lucía, Carmen, Alonso, Fernando, Teresa y Cecilia frente a la anciana y al bebé. Ricardo se ve muy tranquilo mientras comía un helado, pero la anciana al verlo...



Anciana: ¡Tú puedes ser el padre del niño por la edad!

Ricardo (sorprendido) ¿¡Qué!? ¿Yo?

Anciana (desilusionada) ¿No eres tú?

Ricardo: No, no soy yo.

Rogelio: ¿Es niño?

Anciana: ¿Le reviso? Entonces si sí es niño, ¿eres tú el padre?

Rogelio: ¡No! Tampoco soy yo el padre, acabo de regresar de mi luna de miel.

La anciana sigue mirándolos a todos, al ver a Alonso el esposo de Teresa, ríe pero...

Anciana: Tú no puedes ser el padre, ni si quiera debes tener fuerza para sostener una cuchara (las empleadas ríen sin que nadie se de cuenta pero Alonso se sorprende por la imprudencia de la anciana).

Alonso: ¿Qué?

Rogelio: Ya que estamos todos presentes, señor Alonso y Fernando compré un excelente vino, pueden venir a mi casa más tarde.

Alonso: Está bien.

Rogelio: Bien... Entonces, ya me voy.

Rogelio y Nicole se retiraron al igual que todos los demás, las empleadas seguían a sus superiores. Alonso, Teresa y Cecilia se dirigían a su casa...

Teresa: Querido, ¿en qué otro accidente te metiste?

Alonso: ¿Qué? No soy yo, ¿por qué intentan tomarla contra un hombre inocente? No soy yo...

Cecilia: (cometiendo una imprudencia) Cuando lo hacías conmigo, le mentías a... (Teresa los mira sorprendidos por lo que Alonso vuelve a lo mismo)

Alonso: No soy yo el padre de ese bebé.

Por otro lado, Rogelio y Nicole van también pasa su casa...

Nicole: ¿Acaso la sirvienta es la señora de la casa? ¿Por qué aún no sale?

Rogelio: No frunzas el ceño con tu bello rostro, ¿si?

Ricardo y Antonia también van a la casa de éste primero, Antonia es la empleada de él.

Antonia: Tenga cuidado cuando beba.

Ricardo (sorprendido) ¿Qué?

Antonia: Nunca recuerda nada cuando bebe, así que me preocupa.

Ricardo: ¿Por qué te preocupas?

Antonia: (ignorando la pregunta) ¿Comemos en la misma mesa ahorita en la cena?

De repente, la anciana empieza a gritar.

Anciana: ¡Lo recuerdo! ¡Lo recuerdo! Ya recuerdo el nombre del bebé...

Todos que se iban a su casa, se acercan de nuevo a la anciana extrañados...

Anciana: El nombre del bebé es Mateo

Lucía (otra de las empleadas) ¿Y cuál es su apellido?

Anciana: Morales, su apellido es Morales, así que el padre debe tener ese apellido...

Rogelio y todos se sorprenden. Ricardo se acerca al bebé y lo mira atentamente dándose cuenta que se parece al hijo de su tío Rogelio.

Ricardo: Tío, viendo de nuevo al bebé... Se parece a Alejandro cuando estaba pequeño.

Rogelio (sorprendido): ¿A Alejandro?

Ricardo: Ojos, nariz, boca (todos miran a Rogelio curiosos)

Rogelio (molesto por la acusación) ¿Hay alguien aquí que no tenga eso en la cara? ¿Se parece? ¿En qué se parece? ¡Se supone que eres su primo! (le habla al conductor del auto que está detrás de él y le entrega el celular de él) Llama a Alejandro y luego me lo pasas.

Anciana (extrañada): ¿Quién es Alejandro?

DISCOTECA



Alejandro se encuentra en una discoteca durmiendo en un sofá de una sala, rodeado de personas que bailan y beben licor. Él usa lentes, viste muy sencillo y no tiene un buen corte de pelo causando las risas de los que lo rodean. Recibe la llamada en su celular pero no la oye al estar dormido.

VECINDARIO

La anciana seguía con su duda.

Anciana: ¿Quién es Alejandro?

Teresa: (murmurándole a Cecilia sobre Alejandro) ¿Es que no tiene nada que hacer más que abandonar a su hijo?

Rogelio que colgó el celular y le gritó a Rosita, su empleada y la niñera de casi toda la vida de Alejandro.



Rogelio: (gritando) ¡Rosa! Nuestra sirvienta sabe mucho de Alejandro, incluso más que yo. Ella conoce todo con detalle, no puede ser engañada. Alejandro puede engañarme a mí, pero no puede engañar a Rosita, de hecho mi hijo nunca la ha engañado.

DISCOTECA
BAÑO

Un mesero de la discoteca en donde está Alejandro, entra al baño y se encuentra una billetera tirada en el suelo, la abre y tiene varios dólares, los cuales roba, pero también una foto en donde está Alejandro y su niñera Rosita. Por el corredor de la discoteca, llega Nataly cargando una bebé que es de su amiga Andrea que al verla de lejos, se molesta y se acerca rápidamente a ellas.



Nataly (con ironía): Qué bien se comporta la madre de una bebé.

Andrea (desesperada): ¿Estás demente? ¿Te volviste loca? ¿Cómo puedes traer a mi bebé a un lugar así?

Andrea toma del brazo a Nataly la lleva junto a su bebé a la cocina que está cerca de allí.

Nataly: Una bebé no puede venir sola por su madre, ¿o sí? (se la trata de entregar a Andrea pero la rechaza porque no sabe cargar muy bien un bebé)

Andrea: ¿Qué haces? ¡Tómala! ¡Estoy trabajando!

Nataly: Dijiste que ibas a trabajar en un mercado para ganar dinero para la leche. ¿Es esto un mercado? ¡La leche de la niña va a oler a alcohol! ¿Te gustaría que tu comida oliera a alcohol? ¿Te gustaría? ¿Vas a criar a tu hija como una alcohólica? ¿Sí? ¡¿Sí?!

Andrea (haciendo una pataleta): ¡Ah, de verdad que eres intensa! No tengo dinero, ¿qué quieres que haga? ¡¿Qué quieres que haga?!

Nataly: Apúrate y dale de comer a la bebé.

Detrás de ellas, está Alejandro, que despierta y al ver a la bebé llorando se acerca a ella y la contempla.



Alejandro: Cu-cú.

Nataly: ¿Quién eres? (lo empujar al ver que está borracho y le sigue hablando a Andrea) Dices que quieres morir con tanta facilidad frente a tu hija.

Andrea llora desesperada, Alejandro se vuelve a levantar y sigue contemplando a la niña.

Alejandro: ¡Cu-cú! ¡Que linda!

Nataly: (empujándolo de nuevo sin prestarle atención) Abril piensa que soy su madre. Dijo "mamá" por primera vez hace rato.

Andrea (sorprendida) ¿De verdad? (arrebata a su hija de los brazos de Nataly y la empieza a arrullar) Di "Ma-má", "ma-má" Esa mujer no es tu madre, ni si quiera tu tía, así que no te confundas (se va con la bebé)

Nataly: (sonriendo) No puedo creer que una chica así es madre. Pero supongo que quiere escuchar que la llamen "mamá".

Nataly se acuerda de Alejandro cuando lo estaba empujando y voltea a ver, viéndolo profundamente dormido.

Nataly: Pero este chico... De verdad, la gente como tú puede beber todo lo
que quiera desperdiciando su dinero, (quita una mantita blanca con la que estaba cobijado Alejandro). Pero incluso una mantita como esta es muy valiosa para nosotras. Esta mantita... esta mantita... mi madre me crió con una mantita como ésta.

Nataly se resbala y cae sobre Alejandro, los labios de los dos quedan muy cerca, Alejandro despierta y también se sorprende y de repente el mismo mesero que robó la billetera de él, llega.

Mesero: (malinterpretando) Ustedes no pueden hacer eso aquí (Nataly se separa de Alejandro inmediatamente)

Nataly (avergonzada): ¿Eh?

Mesero: Tome (le entrega la cuenta de Alejandro)

Minutos más tarde, Nataly y Alejandro están a fuera de la discoteca, allí también está el mesero y varios guardaespaldas. Alejandro como perdió la billetera, no tenía dinero para pagar la cuenta.

Mesero: ¿No se conocen? ¿Dos personas que no se conocen estaban en esa posición?

Nataly: (a Alejandro) Mira, si no tienes dinero, entonces al menos llama a tus amigos (Alejandro no le prestó atención porque nuevamente tenía ganas de dormir) ¡Hey! ¡Ah, me voy a volver loca! (los guardaespaldas empiezan a requisar su bolso, sacándole unos billetes) ¿Qué hacen? ¡De verdad no estoy con esta persona! (otro guardaespaldas la retiene para no quitarle los billetes al otro guardaespaldas) ¡Déjeme! ¡De verdad no estoy con él! ¡Suélteme! Esa es la renta de este mes de nuestra casa. Si no entrego eso, las tres (Andrea, Abril y ella) vamos a terminar en la calle (a Alejandro) ¡Haz algo! ¡De verdad no estoy con él, de verdad!

Mesero: (recibe los billetes que le entrega el guardaespaldas) Si ustedes dos no se conocen, y crees que has sido estafada, entonces haz que él te dé el dinero (señalando los billetes de Nataly) ¿Sabías que ni esto es suficiente?

El mesero y los dos guardaespaldas entran a la discoteca, Nataly rápidamente sale tras ellos pero cierran la puerta causando que Nataly se tropiece con la puerta. Alejandro como si nada le importara, camina hacia el paradero de autos, extiende allí su mantita blanca y se acuesta en ella a dormir no sin antes quitarse los zapatos ya que cree que está en su casa.

Nataly: Te quitaste los zapatos muy fácilmente. Pareces ser hijo de alguien muy bien educado y rico. ¿Por qué intentas estafar a una chica que no está ni bien educada ni es rica? ¿Eh? (se inclina y lo sienta) De verdad no estoy de humor para reprocharle a la gente (le pega una bofetada) Arreglemos este asunto ojo por ojo, diente por diente.

Nataly toma la mano de Alejandro y se pega ella misma en la cara, logrando que Alejandro se despierte asustado temiendo por haberle pegado a Nataly.

Alejandro: ¡Lo siento! Me disculpo...

Nataly: ¿Ya estás despierto? (Alejandro con su cabeza hace una seña de que sí)

Alejandro saca las llaves de su auto y se lo señala a Nataly.

Alejandro: ¿Quieres entrar por ahora? (Nataly se sorprende al ver que tiene un auto tan lujoso).

CASA MORALES
SALA



Rogelio, Nicole, Rosita y la anciana están en la sala de la casa.

Rogelio (muy enojado): No puedo creer que algo como esto esté pasando (a Rosita) Le he dicho que no lo proteja tanto.

Rosita: Aún si es el hijo de Alejandro, yo lo criaré. Por favor no sea tan duro con él. Él ya tiene baja autoestima por su perfil.

Rogelio: Si tiene baja autoestima dos veces, va a venir un día con gemelos.

Anciana (desconcertada): ¿Gemelos? (Nicole ríe pero Rosita le ve la cara con desprecio)

Rogelio: Encuentre rápido a Alejandro y hágalo venir. ¡Ahora mismo! (se va muy enojado)

Rosita: (a la anciana) ¿Quiere entrar y esperar aquí?

Nicole: Espere afuera.

Rosita: (ignorándola) Entre.

Nicole: ¿A dónde va a entrar? ¿Con permiso de quién la dejas entrar?

Rosita: (ignorando otra vez a Nicole) Todavía hace frío de noche y el bebé puede resfriarse. Después de que Alejandro venga, podremos solucionarlo.

Nicole: No será tan tarde para pedirle que se vaya.

Rosita: Un vaso de agua a una persona desconocida no le perjudicará (a la anciana) Entre.

Nicole (enojada): La dueña de la casa soy yo.

Rosita: ¿Desde cuándo? ¿Hasta cuándo? La señora de esta casa ha cambiado varias veces, pero a mí nunca me han cambiado. Quien quiera que sea la señora de la casa, yo sólo haré mi trabajo. Entre.

Rosita ayuda a la anciana a llevarla adentro de la casa, en ese momento viene el conductor del auto de Rogelio trayendo en una caja las cosas de Nicole.

Nicole: (al conductor) ¿Tiene Alzheimer esa mujer?

Conductor: No, Señora (sigue entrando a la casa).

CASA DE ANDREA Y NATALY
TERRAZA



Andrea llega a su humilde y estrecha casa con Abril, allí está el padre de Nataly, Braulio quien juega cartas. Al ver a Andrea, tapa inmediatamente las cartas con un tapete gris que está allí.

Andrea (sorprendida): ¿Señor?

Braulio: (va hacia Andrea) ¡Eres tú Andrea! (ve a Abril) Has crecido mucho Abril.

Andrea: ¿Ha estado bien?

Braulio: ¿Dónde está Nataly?

Andrea: Nataly llegará pronto. ¿Por qué?

AUTO DE ALEJANDRO



Nataly y Alejandro están en el auto de éste último, quien busca algo de comer y también dinero para pagarle a Nataly. Al mirar el asiento trasero del auto, ve el celular que está sonando ya que Rosita le está marcando pero ignora la llamada.

Alejandro: Escondí dinero para emergencias aquí y allá.

Nataly: ¿Cuánto? La cuenta va a salir con un par de miles.

Alejandro: Sí, por eso. De verdad quiero una taza de café.

Nataly (desesperada y enojada): ¿El café es importante ahora? ¡¿Eh?!

Alejandro: A ti también te robaron la cartera, así que no tenemos nada de dinero. No tengo mucho tiempo ahora... así que pensé que tomar una taza de café sería lo mejor para ambos. Luego voy a casa, y te devuelvo tu dinero allá. Vámonos ya...

Nataly: Nos van a atrapar.

Alejandro: No huele a alcohol. Incluso si sólo tomo un vaso de cerveza, me atrapan, es raro.

Nataly: (mirándolo entre ojos) No me quieres pagar, ¿verdad? (Alejandro coge dos paquetes de frituras que están debajo de su asiento de conducción) Entonces vámonos. Al menos comamos frituras... son lo mejor.

Alejandro: ¿Dulces? ¿O las saladas? (se voltea al asiento trasero para coger frituras saladas pero Nataly lo detiene)

Nataly: No importa, entonces las dulces.

Alejandro: (le da a Nataly un paquete de frituras) Si comemos algo, es más seguro y así el tránsito no se dará cuenta que tomamos alcohol. La última vez casi me atrapan por conducir ebrio, pero comí frituras saladas y no me atraparon (Nataly redondea sus ojos aburrida) Saben mejor si te las comes así (se las empieza a embutir pero Nataly lo detiene)

Nataly (cada vez más desesperada y enojada): ¡Por favor! (murmura desesperada) Aún no está sobrio.

Alejandro toca a Nataly en el hombro con su hombro, Nataly lo mira pero él se queda callado, sin embargo nuevamente vuelve a hacer lo mismo.

Alejandro: ¡Por favor!

Nataly no tiene otra opción que también embutirse las frituras, haciendo feliz a Alejandro.

Nataly: ¡No sé por qué estoy haciendo esto! (Alejandro empieza a conducir su auto) ¿No recuerdas dónde perdiste tu billetera? Debe de haber mucho dinero adentro.

Alejandro: Tenía ahí una foto mía y mi niñera que considero como mi abuela que nos tomamos y nos la llevamos a Boston, eso es lo que más me preocupa haber perdido. La obligué a tomarnos esa foto, todo lo demás no importa.

Nataly: ¿Qué? La abuela debió de ser muy buena con su nieto.

Alejandro: Por cierto, ¿qué pasó con tu cartera?

Nataly: Da igual, era barata, y la tenía desde hace mucho. Aún así, no es la cartera lo que importa, sino el dinero que había dentro. Ni siquiera tengo dinero, así que la cartera no importa. ¡Alto! (Alejandro detiene el auto frente una cafetería) Aquí hay una cafetería.

Minutos más tarde, Nataly y Alejandro están sentados en dos sillas, frente a una mesa de una cafetería, Alejandro es quien toma café.

Alejandro: Ni siquiera tienes dinero, ¿cómo hiciste para comprar una taza de café?

Nataly (indiferente): Estabas lloriqueando que querías café.

Alejandro: En esa esquina a una cuadra de aquí... revisan todos los días a los conductores ebrios. Y después de diez bebidas aquí, una es gratis. No pareces ser alguien que beba café de un lugar como este.

Nataly: ¿Me veo tan pobre a simple vista? ¿Acaso grité "pobre"? Ahí trabajo yo (señala un restaurante). Cada vez que quieren café, siempre me aseguro de correr. A tu edad, deberías llevar mujeres en tu auto, pero en lugar de eso, llevas frituras (Alejandro sonríe). Además tu risa es linda.

Alejandro: Te llevé a tí en mi auto.

Nataly: ¿Crees que soy una mujer cobradora de deudas?

Alejandro: No eres una cobradora de deudas. ¿Y si no voy a Boston?, es que me están obligando a ir a esa ciudad y no quiero, al menos de que sea con mi "abuela".

Nataly: ¿Por qué me preguntas eso?

Alejandro: Siento que hice una amiga, sería genial salir contigo (ríe)

Nataly (sorprendida): ¿Te gusto?

En ese momento suena el celular de Nataly, quien llama es Andrea.

Nataly: (se levanta de la silla y se aleja un poco de allí) ¿Sí?

Andrea: (al otro lado de la línea) Hola Nataly, bueno, solo quería decirte que tu padre apostó todo el dinero que tenía y que era para la renta de la casa, pero lo perdió.

Nataly: ¿¡Qué!? ¿Papá hizo eso? (Alejandro la mira curioso)

Alejandro: ¿Debemos irnos?

Nataly: (a su amiga) Luego nos vemos.

Nataly cuelga su celular, coge una servilleta que está en la mesa y anota con un lapicero que tiene en el bolsillo, el número de su celular y se lo da a Alejandro.

Nataly: Llama aquí por favor, confío en ti. Pienso que eres alguien en que puedo confiar. Si no llamas, no sé qué voy a hacer (sale de la cafetería pero sigue hablándola a Alejandro) ¡Por favor hazlo! (se va del todo)

Alejandro: ¡Tu nombre, tu nombre...!

Alejandro se levanta de la silla, tropezándose dejando caer sus lentes al suelo, se agacha y trata de buscarlos mientras que los demás clientes de la cafetería se burlan de él.

Mesera: (se acerca a Alejandro tímida) Cliente... ¿Debería ayudarlo?

Alejandro finalmente encuentra sus lentes viendo como se burlaban de él, baja su mirada triste. Mientras eso, Nataly camina por las aceras de las calles desesperada por la ambición de su padre, por eso llama al amigo también ambicioso de Braulio.

Amigo de Braulio: (al otro lado de la línea) ¿Hola, quién habla?

Nataly: Papá está ahí ¿verdad?



En el otro lado de la línea, hay una sala muy pequeña que tiene unas sillas, una mesa grande y un televisor en donde ven los resultados del ganador de la apuesta. El amigo de Braulio, lo mira indicándole que es su hija quien lo llama, él hace con señas de que no está ahí.

Nataly: ¡Señor, por favor! ¿¡Papá está con usted!?

Amigo de Braulio: (le pasa su celular a Braulio) Contesta...

Nataly: ¡Papá! Será mejor que no te muevas de ahí. Puedo vender toda mi ropa interior... No, incluso todos mis harapos si me lo pides, pero por favor deja de apostar el dinero que se necesita para pagar la renta de la casa. Mamá va a levantarse de su tumba...

Braulio: Si tu madre se levanta de su tumba, mucho mejor (cuelga)

Amigo de Braulio: Mira, deja de preocupar tanto a tu hija.

Braulio: Ella tiene tan buen instinto para sobrevivir, que si la dejara en un desierto, sobreviviría

Amigo de Braulio: ¿Y eso te hace orgulloso?

Braulio: Esta vez en verdad que necesito ganar...

Conductor del programa de televisión: Y el número ganador es...

NOCHE
CASA DE RICARDO
COCINA



Antonia cocina algo para sus amigas empleadas Paty, Lucía y Carmen, quienes están en el cuarto de Antonia, pues pasan allí su rato con ella. Ricardo entra a la cocina y toma una botella de vino.

Ricardo: Necesito un destapador, ¿dónde está?

Antonia: Justo donde se puede ver.

Ricardo: (ríe) ¿En dónde?

Antonia: Donde están las cucharas.

Ricado: (mira las cucharas pero no ve nada) ¡De verdad!

Antonia se acerca a él y le da el destapador que sí estaba en las cucharas. Ricardo destapa el vino y le sonríe a su empleada.

Carmen: ¡Antonia, me muero del hambre!

Antonia termina lo estaba cocinando y lo lleva a su cuarto, poniéndolo en el suelo para que sus amigas comieran que también están sentadas en el suelo jugando cartas y esperando la respuesta del ganador del billete de lotería, pues también la juegan.



Carmen: La señora Rosita no puede venir, tiene un gran problema con lo del bebé, ahora no creo que pueda.

Antonia: Entonces si el billete de lotería que compramos para este juego gana... ¿está exenta de ganar el dinero?

Carmen: Claro que sí.

Paty: Que egoísta sos.

Carmen: (a Paty) Pásame la carta de corazones.

Paty: (pasándole una carta diferente) ¿Es ésta boluda?

Carmen: Claro que no, no quieres pasarme la verdadera porque sabes que ganaría, ¿eh mocosa?

El conductor del programa de lotería empieza a deletrear los números ganadores, Paty es quien está más atenta, mientras que sus otras amigas siguen jugando cartas sin prestar atención, cuando el conductor del programa termina...

Paty (sorprendida) ¡Dios mío!

Carmen: ¿Qué pasó? ¿Al menos el segundo lugar?

Antonia: ¿O el tercero?

Lucía: ¿¡O el cuarto!?

Paty (emocionada): ¡Nada de eso che! ¡Ganamos el primer lugar!

Carmen: ¡No es cierto!

Paty: ¿Por qué no?

Antonia le arrebata el billete de lotería a Paty y lo mira, dándose cuenta que no ganó nada.

Antonia: ¿¡Cuántas veces debo decirte!? ¡Que los números ganadores deben de estar juntos y no separados!

Carmen: ¡Idiota! Tanta ilusión para nada...

Lucía: ¿Cuántas veces lo has hecho y aún así...?

Carmen: Cielos, por tu culpa sentí que me daba un infarto.

Paty: ¿Qué lugar tenemos que ganar para poder volver a Argentina con mis hermanos?

Lucía: ¿Qué lugar tenemos que ganar para educar a nuestros hijos? La sangre se me está secando por no sólo hacer el trabajo de la señora Teresa, sino también el de la amante del señor Alonso que es la misma hermana de ella.

Carmen: Tengo una curiosidad (ríe) El señor... ¿por la noche duerme con su señora o con la hermana de su esposa? (todas las empleadas ríen).

Paty: (quien es la que ríe más chistoso) Jijijijiji.

Todas las empleadas dejan de reír y ella es la única que queda riendo e inmediatamente se calla.

Lucía: (ríe) Me pregunto...

Lucía las mira a todas una por una quienes están muy atentas, de repente Ricardo abre la puerta que había escuchado todo.



Ricardo: (riendo) ¿Quizá duerme con la señora en el día y con la amante por la noche?

CASA DE NATALY Y ANDREA
TERRAZA



Nataly acaba de llegar a la casa de su amiga y también de ella.



Andrea: ¿Eres tú Nataly? ¿Viste a tu padre? ¿Nataly?

Nataly no responde y solo se acuesta en una banca que está allí, empieza a recordar momentos con su madre y la canción que le cantaba. Luego, se le salen algunas lágrimas y en ese momento llega Andrea.

Andrea: Ve y entra a dormir, te vas a resfriar.

Nataly: Estoy muy avergonzada. El alquiler de esta casa, ni siquiera es mío, es tuyo. ¿Cómo... cómo puede hacer eso, cuando tú tienes una hija? Alguien que se hace llamar padre, sabe bien que tú y yo apenas sobrevivimos. El único lugar que tenemos de casa... ¿cómo pudo pensar en quitárnoslo con sus apuestas?

Andrea: (se acuesta con ella en la banca) ¿Por qué lloras? Sólo maldice.

Nataly: (ríe) Estás loca.

Andrea: Por lo menos tu padre viene a estafarte de vez en cuando. El padre de Abril no vendría ni aunque ella muriera.

Nataly: ¿Dices eso para animarme?

Andrea: ¿No te anima que alguien esté peor que tú? Funciona conmigo (Nataly ríe) ¿Ves que funciona?

Nataly: El dinero... el menso va a llamar, ¿verdad?

Andrea (extrañada): ¿Quién?

CASA MORALES
JARDÍN



Rogelio juega golf en el jardín de su casa, en ese momento viene en un auto Alejandro, cuando se baja, su padre solo le sonríe.



Dentro de esa casa, Nicole entra a un cuarto muy lujoso lleno de vestidos, joyas y zapatos, suspira muy feliz y toma de allí un anillo muy grande de diamante y se lo pone en su dedo anular. En el jardín, Rogelio y su hijo están sentados en una banca.

Rogelio: ¿Bebiste?

Alejandro: Lo siento.

Rogelio: Alejandro, salva a tu padre. Acabo de casarme, ahora no puedo decir que el bebé es mi hijo. De todas formas te vas a Boston mañana. Tu padre no puede vivir sin esa mujer, déjame disfrutar mis días de recién casado. Cuando vuelvas, diré la verdad. Te enviaré una buena cantidad de dinero.

Alejandro: Padre...

Rogelio: Mi querido hijo...

En ese momento de la casa sale Nicole, Rosita y la anciana con el bebé.



Anciana: (mostrándole al bebé) Aquí...

Alejandro mira a su padre y al bebé, luego entra a la casa.

AL DÍA SIGUIENTE
CASA DE NATALY Y ANDREA



Nataly le ruega a la casera que no le quite la casa a ella, a su amiga y a Abril.

Nataly: ¡Señora! Por favor señora, no le alquile la casa a otra persona.

La casera abre la puerta.

Casera: Es decir, tu padre vino sin aliento, diciendo que tu madre iba a morir, pidiendo el dinero de la renta. Me dijo que luego podría subir la renta, como intereses, así que se lo di sin pensarlo.

Nataly: ¡Pero mi madre murió hace cuatro años!

Casera: ¡No lo sé! Voy a poner esa casa en renta (entra a su casa y cierra la puerta)

Nataly (desesperada): ¡Señora, señora! No va a llamar el menso para que me pague lo que me debe. Esa es la única salvación que tengo.

CASA MORALES
BIBLIOTECA

Alejandro y Ricardo conversan, mientras que éste primero coge un libro para leer.



Ricardo: ¿Quién hubiera pensado que serías el primer padre del vecindario? No te puedo entender (Alejandro ve la servilletas en donde está el número celular que Nataly le apuntó) No importa cuando veo al bebé, se parece más a tu padre que a ti, ¿te hizo tomar la culpa? ¿Por qué no asume la culpa él mismo? ¿Por qué te culpa a ti, que ni siquiera puedes matar un gusano? Entonces, ¿quién va a criar al niño? Como sea, el padre debería cuidar al hijo

CUARTO DE ROGELIO

Rogelio y Nicole están acostados en la cama, recién despiertos.



Nicole: ¿Tiene algún sentido enviar así al padre a Boston?

Rogelio: (mintiendo) Es un error que cometió un joven en una noche, tenemos que enviarlo fuera como lo planeamos. ¿O quieres que Alejandro críe el niño?

Nicole: Podríamos contratar a alguien. Aún así...

Rogelio: ¡Duerme más! Te van a salir arrugas si piensas ese tipo de cosas. ¿Cuántas horas fueron desde Colombia hasta aquí? He oído que viajar en avión por muchas horas, es malo para tu piel.

Nicole: No importa, ¿qué clase de matrimonio es este? Soy abuela... Ya tengo un nieto. ¿No vas a ir a despedirlo en el aeropuerto?

Rogelio: No, ya es adulto.



Más tarde, Nicole entra a la biblioteca, viendo en la mesa, el número de celular de Nataly, por lo que lo guarda por curiosidad y sale de allí.



En la sala, Rogelio lee el periódico, mientras que en eso llega Rosita con una maleta de Alejandro.



Rosita: (a Alejandro) Voy a ir a despedir al joven amo en el aeropuerto) Nicole llega en ese momento)

Rogelio: Está bien...

Nicole: ¿Y quién va a cuidar al niño?

Rogelio: (a Rosita) Vaya... (Rosita se va) No se verán en tres años, déjala.

Nicole: ¿Quién se cree para actuar como la señora de la casa? Es tu culpa que sea así, sin saber su lugar. ¿Parezco alguien que quiera trabajar para una sirvienta? ¡Pero ya no va a ser así!

CASA DE NATALY Y ANDREA
SALA

Nataly está sentada en el piso con su celular en la mano, desesperada esperando la llamada de Alejandro, Andrea contempla a Abril.



Nataly: Chico menso, ¿¡no vas a llamar!? (en ese momento suena su celular haciendo poner a Nataly muy feliz) ¿Será él? ¿¡Está llamando!? (Andrea la mira feliz por su amiga) ¿Hola?

VECINDARIO



En las carreteras del lujoso y rico vecindario, Nicole sale de su nueva casa con Mateo, el supuesto hijo de Alejandro.

Nicole: (quejándose) ¡Qué pesado!



A fuera de las casas, también están las empleadas, quienes miran curiosas. Carmen y Lucía están juntas con canastas de comida, mientras que Antonia riega el jardín de la casa de Ricardo y Paty lava el auto de su jefe Fernando.

Carmen: (a Lucía) Mira el niño de ayer, ¡como lo carga! Tiene problemas, ni si quiera sabe cargar a un bebé.



De repente, Nataly llega al vecindario con un papel en donde está la dirección de la casa de Rogelio, mira todo confundida, Antonia la ve y le da curiosidad. Nataly se acerca a Nicole, viendo la dificultad con la que carga al niño que está llorando.

Nataly (confundida): ¿Es usted quien llamó?

Nicole: Ah, ¿qué pasa con él?

Carmen: (murmurándole a Lucía) El bebé va a llorar hasta morir.

Nataly: (tratando de coger al bebé pero Nicole no se lo da) Démelo...

Nicole: (regañando al niño causando que llore más fuerte) Para, ¡Para! (se lo entrega a Nataly finalmente) ¡Ay, mis brazos!

Nataly: (contemplando al niño) ¡Ya, ya, ya! ¡Que niño más lindo, sí! (el bebé deja de llorar)

Carmen: ¿Quién es ella?

Nicole: ¿Sabes cuidar bien de un bebé?

Nataly: Es usted quien llamó ¿verdad?

AEROPUERTO INTERNACIONAL DE MIAMI



Alejandro se despide de Rosita, su niñera que trata como su abuela.

Alejandro: Cuide bien de su salud (Rosita y él se abrazan).

Rosita: Lo sé, no tienes que decirlo. Espero que la comida de Boston sea buena.

Alejandro: Por favor cuide de mi padre.

Los dos se encuentran con los ojos vidriosos.

VECINDARIO



Nicole: Si no eres la madre del niño, ¿qué quieres? ¿dinero? Podría pagarte el doble de lo que te pueden pagar para cuidarlo, o mejor... (mira el bebé maliciosa), puedes irte con él.

Nataly se extraña ante todo lo que le dice Nicole.

TRES AÑOS DESPUÉS
CASA MORALES
HABITACIÓN DE MATEO



Aquél bebé, ahora llamado Mateo tiene tres años de edad. El niño vestido de pijama, sale de su habitación corriendo y entra a la pequeña habitación de Nataly que se volvió empleada de la casa.



Nataly se encuentra dormida, soñando algo con su padre. Es de noche en el sueño y Nataly sale de la casa Morales.



Nataly: ¡Papá!

Braulio: ¿Qué haces en la casa de alguien más? Vamos a casa.

Nataly: ¿Qué? ¿Dices que a casa?

Braulio: Hija... sígueme.

Nataly: Tengo que hacer la comida.

Braulio: No se van a morir si se saltan una comida.

Nataly: Esta familia sí.

Braulio: Tontos ignorantes. Nataly, sígueme por solo diez minutos. No me sigas por mucho tiempo, sólo diez minutos.

Braulio sube a un auto fumigador. Nataly va a hacia el auto, pero no se sube. El auto arranca desprendiendo mucho humo por el tubo y Nataly va tras él.

Nataly: (tosiendo por el humo) ¡Papá! ¡Padre!

Y de repente, por el tubo, en vez de salir humo empiezan a salir muchísimos billetes, millones. Nataly se detiene y ríe al ver tanto dinero ilimitado, salta de felicidad y atrapa cada billete como puede con las manos. Aquél sueño se rompe cuando escucha la voz de Nicole.



Nicole: ¿No hueles a que algo se está quemando? ¡El arroz se quema!

Nataly abre los ojos, y ve a Nicole parada en la puerta y al niño Mateo frente a ella e inmediatamente carga al niño y va a la cocina. Apaga la estufa ya que la olla del arroz está pitando. Pone a Mateo encima de una mesa y le da de comer un banano.

Nataly: ¿Dormiste bien? Soñé por primera vez algo que no había soñado desde hace mucho tiempo pero lo olvidé. ¡Tenías hambre, eh! (mira al niño con mucha ternura y le acaricia sobre el cabello).

Más tarde, Nataly está en un almacén en donde venden billetes de lotería.

Vendedor: Creo que el dinero para el sorteo es muy poco. Juegas cada noche, pero sólo compras un boleto de lotería de 10 dólares, ¿es suficiente? Siempre pierdes.

Nataly: No compramos boletos de lotería pensando que ganaremos. Si ganamos, sería genial. Si no, sólo nos deshacemos del estrés. Es pura diversión. Adiós.

Vendedor: Adiós.

Nataly sale del almacén, en la entrada, al lado suyo hay un joven muy apuesto tomando un refresco; es Alejandro, que viene muy completamente cambiado pero ninguno de los dos se reconocen.



Nataly piensa un momento y vuelve a entrar al almacén y pone otros 10 dólares sobre la vitrina del vendedor.

Vendedor: ¡Guau! ¿Qué rayos? Hey, ¿qué se celebra hoy que compras dos boletos de lotería?

Nataly: (mirando la foto de su madre) Nada.

A fuera, Alejandro dice.

Alejandro: La ciudad no ha cambiado nada, es la misma de antes.

CONTINUARÁ...

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