lunes, 2 de marzo de 2015

La Nueva Empleada [Capítulo 17]

Lucía se encuentra en uno de los asientos del avión, llorando levemente y al mismo tiempo, limpiándose con un pañuelo. La mujer mira distraída por la ventana y siente que alguien se sienta a su lado. Lucía mira y ve a Fernando, sorprendiéndose.



Fernando: (tomándola de la mano) No te vayas, Lucía, por favor… Quédate en mi casa.

Lucía se sorprende ante la propuesta de Fernando.

Fernando: Con el dinero, no se puede confiar… En este momento, sólo puedes confiar en mí. Ven conmigo.

Lucía: ¿Confiar en un hombre?

Lucía en ese momento tiene un flashback de siete años antes.

FLASHBACK
HOSPITAL DE LA CIUDAD
HABITACIÓN DE LUCÍA

Lucía está dando a su luz a su segundo hijo. El doctor le pide que puje y la mujer grita desgarrada. Hay un hombre en el mismo cuarto, el cual trata de ser sacado por las enfermeras.

Esposo de Lucía: ¿¡Cómo pudiste embarazarte de otro hijo!? ¡Los hijos traen muchos gastos!

FIN DEL FLASHBACK

FLASHBACK
CASA DE LUCÍA
ENTRADA

Es de noche. Lucía y su esposo, un hombre de unos treinta años, se encuentran discutiendo afuera de una humilde casa.

Lucía: ¡Trabajo como empleada, no sé qué otra cosa hacer!

Esposo de Lucía (molesto): ¡Eso no es mi problema! Te embarazaste sin medir las consecuencias…

Lucía: ¡También son tus hijos! (Llorando)

Esposo de Lucía: ¡Lo sé! Pero eres una ignorante… He conseguido una mujer con más dinero.

Lucía: ¡No puedes huir con los niños de esa forma!

Esposo de Lucía: Soy su padre, como bien lo dices… Tendrán una madrastra y tú podrás verlos cuando lo desees. De todos modos, eres una sirvienta, no tienes tiempo para ellos. ¡Vete y déjame en paz!

El hombre le arroja unos billetes a Lucía en el rostro y se adentra a la casa. Lucía se queda completamente decepcionada.

FIN DEL FLASHBACK

Lucía ya ha dejado de recordar. Fernando ya no se encuentra a su lado, sino en el fondo de avión, a más de veinte puestos cerca de Lucía. Fernando habla por celular con Nataly

AEROPUERTO
SALA DE ESPERA

Son más de la cinco de la tarde. Nataly está hablando por teléfono con Fernando. Las demás empleadas están a su lado pegadas al celular.



Nataly: ¿Si se va a bajar del avión? (Pausa) ¿¡No!? (Las empleadas se sorprenden) ¿Entonces por qué usted no ha salido? (Pausa) Quiere convencerla… (Pausa) Entendido, adiós señor (cuelga)

Carmen (siendo la más interesada): ¿No se va a bajar del avión?

Nataly: Fernando me dijo que aún no ha tomado una decisión. Debemos esperar…

Unos minutos más tarde, la cámara enfoca la puerta de embarque. Frente a ella, están las empleadas, Alejandro y Ricardo. Todos están pendientes para comprobar si Lucía y Fernando salen.



Alejandro: ¿Cuánto dinero perdiste, Nataly?

Nataly: Mil dólares (miente).

Ricardo: ¿¡Mil!? (Se mira con Alejandro muy extrañado)

Los segundos pasan y aún no se abre la puerta. A Carmen se le ilumina el rostro tras que Lucía finalmente ha salido. Todas las empleadas se sorprenden, aunque Carmen tiene un gesto de seriedad.

DOS HORAS DESPUÉS
VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA RIVERO
COMEDOR

La familia de Alonso está cenando. Cecilia y Teresa comen mientras guardan silencio. Ambas prepararon la cena, pues no disponen de una empleada.



Alonso: ¿Por qué han preparado la cena últimamente? (Molesto) ¡Se estarían evitando esto sino hubieran despedido a Lucía! Lo peor de todo es que fue sin mi permiso.

En ese momento, tocan el timbre de la casa. Cecilia decide levantarse y se va a abrir, pero se da cuenta que no hay nada, más que una carta en la parte inferior. Cecilia la abre desconcertada y comienza a leer, dándose cuenta que hay letras de periódico que forman una frase: “Te manchaste las manos de sangre y ahora estás llena de hipocresía, escondiendo tu crimen como si nada, querida Cecilia”.

Cecilia se sorprende y arruga la carta, mirando para atrás muy asustada.

Teresa: (gritándole desde el comedor) ¿Quién es, Cecilia?

Cecilia (nerviosa): ¡Eh, eh…! ¡Nadie! (Dirigiéndose al comedor) Seguro fueron los mocosos del vecindario. Tocaron y se fueron corriendo (negando con la cabeza cínica).

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE FERNANDO
ENTRADA

Un auto se estaciona al frente de la casa de Fernando. De allí se baja él y Lucía. Carmen y Antonia están a lo lejos observando. Fernando se adelanta a entrar.



Carmen: (murmurando con Antonia) Mírala, seguro se fue a cenar con el viejo panzón ese y con nuestro dinero.



Lucía: (gritándole a lo lejos) ¡Hola, chicas! ¡Buenas noches!

Carmen (sorprendida): ¿Buenas noches? ¡Nos ha saludado esa ladrona sinvergüenza! ¡Será cínica la condenada!

Lucía: ¡Mañana hablaremos sobre el dinero! (Entra a la casa)

Antonia (extrañada): Trató de ser amable…

Carmen: Cree que si nos saluda de buena forma, la vamos a perdonar. ¡Pero ya va a ver! (Trata de irse pero Antonia la detiene)

Antonia: ¡Mañana vamos a hablar, detente!

Carmen se detiene y escucha Antonia. Ambas se voltean y se adentran también a la casa de Carmen.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA MORALES
SALA

Nataly y Alejandro están entrando a la sala de la casa. Ambos también acaban de llegar. Nicole y Rogelio los esperan allí, con una maleta.



Nicole: (yendo hacia Nataly) ¿Por qué llegas a esta hora? (Le da la maleta) Sino vas a trabajar, vete.

Nataly: Lo lamento mucho…

Rogelio: A parte de eso, no te queremos ver más cerca de Alejandro.

Alejandro (sonriendo): Que bueno que tomaron la decisión de despedir a Nataly, pues ahora ella será mí…

Rogelio: (interrumpiéndolo) ¡Guarda silencio! (A Nataly) Y tú no eras así antes, nunca nos habías decepcionado. Cuidas bien a Mateo, después de que te ofenden, te culpas a ti misma. Sabes cuando complacernos y leer nuestro estado de ánimo... Y algunas veces, a pesar de ser humillante, te comes las sobras de comida.

Alejandro (furioso): ¡Papá!

Rogelio: (continúa hablándole a Nataly) Conoces tu nivel y te relaciones con nosotros de la manera correcta.

Nicole: Cariño, la estás elogiando. ¿Se irá o no de la casa?

Rogelio: Se va a quedar. No le quiero dar el gusto a Alejandro (éste se sorprende). Nataly seguirá siendo la empleada de esta familia. Está en ella marcharse o no.

Nataly: Lamento causar estos problemas (cabizbaja).

Alejandro: ¡Haz lo que quieras papá! (Con tono molesto) Pero no me vas a detener. Voy a quedarme a su lado.

Rogelio se acerca y lo abofetea. Nataly y Nicole se sorprenden.

Nicole: ¡Cariño! (Espantada)

Alejandro: (pensando: Estoy seguro que aceptarías a Nataly si supieras que ella tiene millones de dólares en su poder)

Rogelio: ¡Entre más te opongas, más va a sufrir la empleada! Entiende que sólo es nuestra sirvienta, ¿la quieres ver humillada? ¿Sabes cómo debe sentirse al saber que su nivel es más bajo que el tuyo?

Nataly enojada, decide irse de allí se adentra a su habitación. Rogelio y Nicole también se retiran. El primero se queda furioso.

VECINDARIO STREET WINKLENT

Lucía camina por la acera del vecindario. La mujer se topa con Carmen por allí mismo.



Carmen: ¿Cuándo nos piensas regresar el dinero?

Lucía (sonriendo con ironía): ¿Por qué quieres que te lo regrese a ti personalmente? ¿Piensas robar de nuevo? (Ella se sorprende). Somos cinco empleadas y el dinero es de diez millones de dólares. A cada una le corresponde dos. Las demás deben de venir por su parte, ¿no te parece? (Sonríe)

Carmen (molesta): ¡Ladrona!

Lucía: ¿Por qué sigues llamándome ladrona? ¡Regresé a devolver el dinero!

Carmen: Si no hubiera sido por el otro viejo, hubieras huido del país viviendo feliz y malgastando el dinero.

Lucía: ¿Finges estar molesta conmigo? (Ríe) Te cegaste por la ambición y dejaste a un lado la confianza y lealtad. ¡Estoy segura que fuiste la principal causante de que me excluyeras!

Carmen: ¡Ese no es el problema ahora, mujer! ¿Cuándo piensas darme mi parte?

Lucía: Avísales a las demás empleadas. Hoy nos reuniremos en el Hotel Downtown Miami, en la habitación en la que hospedaban ¡NUESTRO DINERO! Traeré al señor Fernando, será testigo de todo.

Lucía sigue su camino y Carmen se queda seria. En ese momento, se intercalan algunas escenas, en las que Paty sale de la casa donde trabaja vestida elegante, al igual que Carmen y Antonia. En la casa Morales, Nataly se encuentra limpiando el piso con una trapeadora. Nicole lee una revista sentada en el sofá.

DOS HORAS DESPUÉS
BANCO DE LA CIUDAD
OFICINA

Lucía está en el banco de la ciudad, sentada en una silla y frente a ella, hay un hombre de buen porte.



Encargado: (entregándole un cheque) Listo señora Lucía, aquí tiene el cheque que me pidió. Si esto llega a caer en manos de otra persona y usted lo reporta como un robo, el dinero se le va a devolver a usted y el del cheque robado, quedará inservible.

Lucía (pensativa): Entonces si alguien me roba el cheque, el cheque robado queda inválido y ustedes me regresan el dinero que deposité aquí.

Encargado: Exactamente (le sonríe).

MEDIA HORA MÁS TARDE
HOTEL DOWNTOWN MIAMI
SUITE PRESIDENCIAL

Carmen, Paty, Lucía, Antonia y Fernando están sentados en varias sillas al lado de un ventanal. En el centro hay una mesa redonda. Nadie pronuncia ninguna palabra, por lo que Carmen rompe el hielo.



Carmen (seria): Si Nataly no llega…

Lucía: (le interrumpe) ¿La piensas excluir? Ese es tu pasatiempos (sonríe irónica)

Carmen: ¿¡Qué!? (Enojada)

En ese momento, Nataly ingresa a la habitación. La muchacha se sienta en una las sillas muy apurada.



Nataly: ¡Lamento haber llegado tarde! (Después de una pequeña pausa) ¿Podemos conversar con rapidez? No tengo mucho tiempo…

Carmen: Nosotras te esperamos a ti, entonces es momento que nos des tiempo.

Lucía: Simplemente debemos dividirlo por parte iguales.

Antonia: No estoy muy segura, Lucía. Fuiste la última en enterarse y no mostrabas interés. Debiste averiguar qué número ganó y no lo hiciste.

Lucía (molesta): Ustedes también tardaron en enterarse…

Nataly: Al principio era sólo yo la ganadora (Lucía se sorprende). Pensé que el billete era el mío, pero luego me di cuenta que también era el de ustedes. Carmen se enteró al igual que los demás. Siempre les he propuesto en dividir el dinero en partes iguales, pero…

Lucía: (sorprendida): ¿Tú siempre lo pensaste de ese modo? ¡Claro! Con razón me decepción hacia ti no era tan mayor, sentía que algo pasaba (Nataly le sonríe).

Fernando: (se mira el reloj) ¡Eh, lo siento! Debo irme en quince minutos. ¿Pueden agilizar la decisión? ¿Cómo van a repartirse el dinero?

Lucía: De la manera correcta…

Carmen: (interrumpiéndole) Ya lo dijimos, Lucía. No estuviste interesada por el dinero y trataste de huir con todo…

Nataly: (se levanta molesta) ¡Pero Lucía ya regresó, Carmen! Ya que les molesta lo que ella hizo, les propongo que… Sólo nosotras cuatro nos quedemos con el dinero (Lucía se sorprende)

Carmen: No es noticia nueva, es lo más beneficiario… Recuerden que Lucía era quien ponía menos dinero.

Paty: ¡Eso es cierto, boludas! Un billete de lotería cuesta 9 dólares en el almacén del vecindario.

Antonia: Cada una aporta dos dólares, a excepción de Lucía, que sólo pone uno…

Nataly: Si la división de los diez millones es de a dos a cada una… Hagamos de cuenta que los dos dólares que ponemos cada una para comprar el billete de lotería, son dos millones.

Carmen (extrañada): ¿Entonces quieres decir que a Lucía le daríamos un millón por poner sólo un dólar?

Fernando: No es mala idea… Me parece la manera más justa.

Nataly: Sí, a eso es a lo quería llegar. También, hagamos de cuenta que ese millón de dólares que le daremos a Lucía, es por nuestro amor y lealtad. ¿Qué dices, Lucía?

Lucía (seria): Acepto, me parece correcto… Gracias, Nataly (ésta le sonríe).

Carmen: Hagamos cuentas (contando con sus dedos). Son diez millones, pero hay trescientos mil que se ha gastado Nataly… Eso se le descuenta a ella. Entonces quedan…

Nataly: (siguiendo) Quedan nueve millones setecientos mil dólares. ¿Es ese el valor que tienes, Lucía?

Lucía: (negando con la cabeza) Tengo ocho millones setecientos mil.

Nataly (extrañada): Mmm… (Después de una breve pausa) ¡Ah, sí! Olvidaba que tenía un millón de dólares a parte, en efectivo.

Carmen: Claro, por eso casi no te dolía que Lucía hubiera huido con el dinero, porque al menos te quedaba la mitad.

Fernando: (escribiendo en una libreta) Muy bien… No pondremos a Lucía por el momento para hacer la operación más rápida y haremos de cuenta que el millón que Nataly tiene en efectivo, está aquí. Entonces de esos nueve millones setecientos mil, a cada una de las cuatro, le corresponde dos millones, cuatrocientos veinticinco mil dólares.

Carmen (emocionada): ¡Muy bien! (Sonriendo)

Fernando: (sigue anotando) Ahora, cada una debe poner una parte para que ajuste el millón de dólares que le darán a Lucía (sonríe).

Carmen: (le arrebata la libreta y el bolígrafo) Si somos cuatro, cada una debe poner doscientos cincuenta mil dólares. ¿Cuánto nos quedaría a cada una estando ese dinero?

Fernando (pensativo): De dos millones, cuatrocientos veinticinco mil que le toca a cada una, restar doscientos cincuenta mil dólares… (Después de una pausa) A cada una de ustedes le va a quedar dos millones, ciento setenta y cinco mil dólares.

Antonia y Paty: (al unísono) ¡Nos parece bien! (Sonríen muy felices)

Lucía: A mí también me parece bien. A cada una de la va a quedar más de dos millones, como pensaban.

Carmen: (sonríe) También estoy de acuerdo, aunque si Lucía no estuviera…

Nataly: (le interrumpe sonriendo) ¡Perfecto! El señor Fernando es testigo de lo que hemos decidido. Nos reuniremos en un par de horas para repartir…

Lucía: Está bien (se levanta de la silla). Yo me iré ya, ¿me va a acompañar, señor Fernando?

Fernando: (también se levanta) Por supuesto, vamos a la misma casa.

Lucía les sonríe a las empleadas y se marcha de la suite presidencial con Fernando. Nataly también sonríe, al igual que Paty y Antonia. Carmen no luce tan satisfecha, pero guarda silencio.

DOS HORAS DESPUÉS
VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE FERNANDO
CUARTO DE LUCÍA

Lucía está escribiendo en una libreta negra el número del cheque, el cual tiene una cantidad de ocho millones setecientos mil dólares. La mujer guarda la libreta en su mesita de noche y se queda viendo el cheque, el cual se esconde en el bolsillo de su delantal de empleada.

MINUTOS MÁS TARDE
VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DESCONOCIDA
CUARTO DE CARMEN

Todas las empleadas se encuentran reunidas en el cuarto de Carmen. Las cinco están sentadas encima de una alfombra en el piso.



Carmen: Acabemos con esto rápido (estira el brazo indicándole a Lucía que debe entregarle el dinero).

Lucía (seria) Primero… Quiero que me den el millón de dólares que me prometieron.

Carmen (molesta): ¿Viniste con las manos vacías sólo para exigir el dinero?

Paty: Entregános el dinero boluda y te sacaremos la parte de ahí. Che, ¿de dónde vamos a sacar todo eso?

Antonia: Nataly tiene un millón guardado (Nataly se sorprende)

Carmen: ¡Oh, es cierto! Tienes un millón en efectivo. Te lo devolveremos después de que Lucía nos entregue el dinero.

Nataly (indecisa): Ah, bueno… (Suspira) Está bien, iré a traerlo.

Nataly sonríe y sale de la habitación. Carmen se emociona al saber que pronto el dinero volverá a sus manos. Unos minutos más tarde, Nataly vuelve a entrar al cuarto con un maleta grande. La muchacha la pone en el medio de todas sus amigas. Lucía abre el bolsillo y ve la gran cantidad de dólares.

Lucía: Ya que me lo ha dado Nataly, confío en que todo está ahí (sonríe).

Lucía saca el cheque que dobló desde el bolsillo del delantal. La mujer estira el brazo dirigiéndose a Carmen. Ésta sonríe con ambición y cuando iba a coger el cheque, Lucía lo aleja de ella y se lo da a Nataly.

Lucía: Creo que es mejor que Nataly guarde el cheque y reclamen el dinero cualquier día de la semana.

Nataly sonríe al ver el valor del cheque. Carmen trata de acercarse.

Carmen: ¿Puedo tocarlo y olerlo una vez? (Nataly la mira sospechosa) Paty y Antonia se quedarán a dormir aquí esta noche. Tú también puedes quedarte y todas podremos dormir tocándolo. ¿Qué te parece?

Nataly: No puedo descuidarla casa de Madam, Rogelio me vigila todo el tiempo… (Se lo entrega a Carmen) Cuídalo bien, Carmen.

A Carmen se le iluminan los ojos al ver el cheque. Paty y Antonia también lo cogen, las tres al mismo tiempo.

Nataly: Bueno, debo irme ya… ¿Quieres venir conmigo, Lucía? (Ésta asiente con la cabeza) Está bien (ambas se levantan) Buenas noches, Carmen, Paty y Antonia (sonríe)

Nataly y Lucía se retiran de la habitación, mientras que las demás empleadas observan con mucha atención el cheque. Un par de minutos después, Nataly y Lucía caminan por la acera de la carretera. La primera le ayuda a llevar el maletín a Lucía.

Lucía: Gracias, Nataly. Sino fuera por ti, todo esto sería un caos…

Nataly: (sonríe) No tienes nada que agradecerme, Lucía.

Ambas siguen caminando mientras se sonríen mutuamente.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE RICARDO
SALA

Ricardo lee el periódico un tanto preocupado. Antonia entra muy sonriente. La joven se sienta a su lado.



Antonia: ¡Ricardo, Ricardo! (Tocándole el hombro de modo desesperante) ¡Véndeme tu casa!

Ricardo: (deja de leer) ¿Qué dices? (En tono molesto) Tengo problemas económicos, pero no significa que puedas burlarte de mí diciendo que me comprarás mi casa.

Antonia: ¡Es cierto! Quiero comprarte la casa, la parte traseras, el jardín, todo… (Sonríe)

Ricardo sigue leyendo el periódico y Antonia se recuesta sobre su hombro muy alegre.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA MORALES
ESTUDIO

Nataly entra al estudio de la casa y deja una taza de café sobre el escritorio. Rogelio está sentado en una silla frente. Nataly iba a retirarse pero Rogelio la detiene.



Rogelio: ¡Nataly, espera un momento!

Nataly: ¿Sí, señor?

Rogelio: Te diré algo vergonzoso y humillante para mí, quiero desahogarme contigo (le sonríe irónico). Cuando el fiscal me detuvo… (Después de una pausa) ¿Ah, sabes qué es un fiscal? Bueno, seguiré contándote. Después de ser interrogado, tuve que hacer una negociación de pena (Después de una breve pausa) ¿Ah, sabes qué es negociación de pena?

Rogelio le hace preguntas a Nataly de manera a propósito, para recalcarle que es una ignorante.

Rogelio: Bueno, se resolvió con éxito mi estado de detención sin arresto y tendré que pagar muchos impuestos… ¡Oh, lo siento! Olvidé una vez más que no conoces nada de leyes.

Nataly: Lo lamento, no conozco nada de lo que me habla. Sólo debo hacer mi trabajo. ¿Me puedo ir ya? (Molesta)

Rogelio: Puedes irte, aunque me gustaría que estuvieras al alto de mis planes. Ahora estoy buscando a una esposa para mi hijo millonaria (sonríe hipócrita). Será una mujer tan rica que podrá pagar mis deudas. Estoy seguro que Alejandro no se fijará en otro tipo de mujeres que no sea del nivel de la familia.

Nataly se da una vuelta y se va del estudio un tanto molesta, no sin antes decirle a Rogelio: “Permiso”.

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DESCONOCIDA
CUARTO DE CARMEN

Carmen sostiene el cheque. La mujer escribe su nombre en la parte blanca de por detrás. Paty y Antonia también están presentes.



Paty: ¿Ya acabaste de firmar nuestro cheque, boluda?

Carmen: (se lo entrega a Paty) ¡Sí, ahora es tu turno! (Se emociona) Nunca antes había tenido un cheque de más de cien dólares en mi vida.

Paty también firma el cheque y se lo entrega a Antonia, por lo que ella también escribe su nombre.

Carmen: Vamos a hablar con Nataly, iremos al banco, para que dividamos el dinero de una buena vez y cada una tenga su cuenta bancaria.

Antonia: ¡Me parece bien! (Sonríe)

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA DE FERNANDO

Lucía sostiene una bandeja que contiene un panecillo y una taza de café. La mujer iba a entrar al estudio, pero antes de tocar, se queda escuchando la conversación de Fernando con su hija Adriana.



Adriana: Papá, me agrada más Paty. La nueva empleada no me agrada, me choca la manera en como te mira. Despídela.

Fernando: Su comida se adapta a mi gusto, estoy satisfecho.

Adriana: Esa sirvienta sólo está interesada en tu dinero. Por eso se bajó del avión contigo.

Fernando: En realidad le mentí (Lucía se sorprende). Le dije que volviera a la casa, pero todo fue por lástima y para que se solucionara un problema en el que estaba involucrado.

Adriana: ¿Y cómo vas con aquella mujer que nunca me has mencionado? Has dicho que estás enamorado de alguien en el vecindario.

Fernando: Sólo debo esperar y lograr que ella también se enamore de mí (sonríe). Te agradará cuando la conozcas.

Lucía suspira muy enojada. La empleada se dirige a la cocina y bota furiosa el café por el lavaplatos. Una hora después, se ve como Lucía sale de la casa de Fernando con dos maletas. La mujer sube los maletines en un taxi y acto seguido, ella también se monta.

BANCO DE LA CIUDAD
OFICINA

Nataly, Carmen, Paty y Antonia están frente a un encargado en una oficina del banco. El tipo es el mismo que atendió a Lucía el día pasado. Carmen le entrega el cheque.



Encargado: Que bien que vinieron al banco que sacó el cheque, así el traslado del dinero es más rápido, pero tendrán que abrir una cuenta aquí mismo.

Carmen (con confianza): ¡Por supuesto, amigo! Por eso acudimos aquí.

Encargado (sonríe): ¿Cuánto dinero debo poner en cada cuenta?

Nataly: El cheque es de ocho millones setecientos mil. Dividiéndolo entre cuatro… (Pensativa) Ponga dos millones ciento setenta y cinco mil dólares en cada cuenta de las cuatro.

Carmen (ambiciosa): Cada una puso doscientos cincuenta mil dólares por la lealtad hacia Lucía.

Nataly: Eso ya lo sabemos, Carmen. A parte de ser por lealtad, es lo más justo.

Carmen: Sólo para ti, pero para nosotras tres no (Nataly se sorprende)

Antonia: ¿No es justo que le demos la parte que queramos?

Encargado: Señoritas…

Nataly (enojada): Ustedes estuvieron de acuerdo para poner ese dinero. ¿Van a cambiar de opinión? ¿Entonces cuánto le piensan dar cada una?

Carmen: Yo no deseo darle nada.

Lo último dicho por Carmen ocasiona una gran sorpresa en Nataly. Paty y Antonia dicen lo mismo. Nataly se levanta de la silla muy molesta.

Nataly: ¡Ya no pueden dar marcha atrás! Ya le di un millón de mi parte. Ustedes deben pagarme su parte en el cheque (Carmen niega con la cabeza) ¿¡Insinúan que pagaré todo lo de ustedes!? ¡Ah…!

Nataly las mira fulminante y se marcha de la oficina muy enojada. El encargado observa curioso.

Carmen: Póngale dos millones quinientos mil a Paty, Antonia y a mí. Ya le vamos a pasar los otros datos.

Encargado: Perfecto, sólo que una de ustedes es extranjera, por lo que noto…

Paty: ¡Soy yo, pelotudo! (Hablándole con mucha confianza)

Encargado: Lo sé. Además de su pasaporte, necesito una identificación como extranjera.

Paty sonríe y busca lo que el encargado le pide en su bolso, pero no encuentra nada. Carmen y Antonia se sorprenden.

CARRETERA
TAXI

Lucía está hablando por celular con Nataly dentro del taxi.



Lucía (molesta): ¿Eso fue lo que dijeron? (Pausa) Perfecto… Dejaron que el millón me lo dieras sólo tú… (Pausa) Entonces si fue así, a cada una de las tres le tocó dos millones quinientos mil (Pausa) Exacto, es en total siete millones quinientos mil, por lo que si sacamos mi millón… Son ocho millones quinientos mil (se sorprende). ¿Entonces a ti te va a quedar un millón doscientos mil? (Pausa) Está bien, adiós…

Lucía cuelga muy molesta y en ese momento recuerda algo.

FLASHBACK
DOS HORAS DESPUÉS
BANCO DE LA CIUDAD
OFICINA

Encargado: (entregándole un cheque) Listo señora Lucía, aquí tiene el cheque que me pidió. Si esto llega a caer en manos de otra persona y usted lo reporta como un robo, el dinero se le va a devolver a usted y el del cheque robado, quedará inservible.

FIN DEL FLASHBACK

Lucía sonríe con malicia y empieza a marcar el número de policía.

Lucía: ¡Buenas tardes! Quiero reportar un robo… (Pausa) Sí, el número del cheque es…

BANCO DE LA CIUDAD
OFICINA

Paty está hablando con Ricardo en el otro lado de la línea. Carmen y Antonia están a su lado.



Paty: Sí Ricardo, por favor… (Pausa) Decíle al señor Fernando que te deje entrar a su casa y vas a mi cuarto. Allí verás en el primer cajón de la mesita de noche, mi identificación como extranjera (Pausa) ¡Muchas gracias, che!

Paty cuelga muy espantada, se levanta del asiento y sale de la oficina apurada. Carmen le sonríe al encargado.



Carmen: Vaya abriendo la cuenta de Antonia y la mía, por favor…

El encargado asiente con la cabeza. Media hora después, justo cuando le va a entregar a Carmen y Antonia la libreta de cheques, recibe una llamada. Carmen hace mal gesto. Afuera de la oficina, Ricardo llega al banco y se topa con Paty.



Paty: ¿Sí trajiste lo que te pedí, boludo?

Ricardo: Aquí está… (Se lo entrega)

Paty: (tocándole las mejillas) Sos muy amable, gracias (se va corriendo apurada)

Paty vuelve a entrar a la oficina y le entrega la tarjeta de identificación al encargado. Éste acaba de colgar el teléfono y mira muy sospechoso a las empleadas. Nataly también entra a la oficina y se sienta al lado de Carmen enojada.



Carmen: ¿Por qué no nos entrega nuestra libreta?

El encargado no dice nada y de repente, entran cuatro guardias de seguridad. Cada uno esposa a Nataly, Carmen, Paty y a Antonia.

Paty (asustada): ¿¡Qué pasa!?

Antonia: ¡Suélteme!

Carmen: ¡Soy una mujer mayor, déjenme! ¡Ah! (Molesta)

Ricardo entra a la oficina al saber qué ahí están las empleadas y entraron varios guardias.

Encargado: (mostrando el cheque) Este cheque es de casi nueve millones y fue reportado como robo. El dinero de aquí se pasará a otra cuenta bancaria, por lo que este cheque quedará inválido.

Carmen (sorprendida): ¿¡Robo!? ¡Es nuestro cheque!



Ricardo (sorprendido): ¿Casi nueve millones? No pensé que era tantísimo…

Encargado: (a un guardia) La señorita Nataly (la señala), no tiene nada que ver, déjenla y llévense a las otras.

Las tres hacen pataletas e intentan soltarse de los guardias pero éstos terminas de llevársela. Nataly se queda perpleja. Minutos después, Lucía está platicando con el mismo encargado en la oficina, mientras toma café.



Lucía: Aquellos ocho millones setecientos mil, deposítelos a la cuenta de Nataly Molina (sonríe)

Otros quince minutos más tarde, ahora Nataly es quien conversa con el encargado. Éste le da algunas noticias peor Nataly casi no le presta atención, distraída por la codicia de las otras empleadas, que ahora han parado en la cárcel.

Encargado: Las demás mujeres fueron llevadas a la cárcel por ser acusadas por robo (ve a Nataly distraída). ¡Señorita Nataly!



Nataly: Ah, sí… ¿Qué me decía?

Encargado: Le diré el punto más importante… Ocho millones setecientos mil fueron transferidos a su cuenta.

Nataly abre los ojos de la sorpresa. El encargado le entrega un documento que evidencia el dinero depositado a la cuenta de Nataly. Ésta lo lee y se sorprende al darse cuenta que es real.

ESTACIÓN DE POLICÍA
CELDA

Paty y Antonia están sentadas en el piso llorando. Carmen se pega a los barrotes de la celda.



Carmen: (llorando desgarrada) ¡Lo lamentamos, Lucía y Nataly! ¡Por favor sáquenos de aquí! ¡Por favor!

VECINDARIO STREET WINKLENT
CASA RIVERO
COCINA

Alonso se dirige a la cocina de su casa y se sirve un vaso de agua de la canilla. El anciano recoge unos restos de tomate que están encima del lavaplatos.



Alonso (molesto): Estas mujeres… Despidieron a la empleada y no limpian bien.

Alonso se acerca a la caneca de basura de la cocina y tira el trozo de tomate y justo antes de irse, se queda curioso mirando la basura. Alonso deja el vaso de agua a un lado y coge un papel que está en el bote.

Alonso (extrañado): ¿Qué es esto?

Alonso abre el papel que se encontraba arrugado y se sorprende al ver la carta, la cual tiene el nombre de Cecilia. Alonso se toca el corazón impactado y cuando comienza a caminar a pasos lentos, se desvanece en el suelo.

CAFETERÍA CERCANA AL BANCO

Son poco más de la cinco de la tarde. Lucía conversa con Ricardo. Ambos están frente a frente, ocupando un asiento en la cafetería.



Ricardo (sorprendido): Entonces todo ese alboroto fue porque se ganaron la lotería y estaban peleando por repartirse el dinero.

Lucía: Exacto. Debe resultar sorprendente que unas simples empleadas tengan tanto dinero. Si todas juntáramos el dinero, ocuparíamos el segundo lugar de ser las más ricas del vecindario, después de Fernando…

Ricardo: Sí, tienes razón…

Lucía: Ahora que he mencionado al hombre más rico del vecindario, estoy empezando a planear una venganza hacia él (Ricardo se sorprende). También hacia aquellas dos mujeres con las que sólo recibí humillaciones (se refiere a Cecilia y Teresa). Y no sólo se las haré pagar a ellos… Estoy segura que Nataly también ha sufrido por culpa de la Madam Nicole y su esposo. Me vengaré junto a ella.

Ricardo: Lucía… ¿Qué ganas con decirme esto?

Lucía: Tú estás en mala situación económica y nadie te propone ayuda, ¿verdad? (Él asiente con la cabeza) ¿Desearías unirte a mi venganza?

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